El Hospital del torax, Dr. Antonio A. Cetrángolo de Vicente López, vive uno de sus momentos mas delicados. Los ocho años de gestión Daniel Scioli dejaron muchas problemáticas y según indican los trabajadores, la administración de María Eugenia Vidal tampoco está dando respuestas a las constantes denuncias que vienen realizando. Este establecimiento de salud, destacado por su atención especializada en medicina respiratoria, vive uno de sus momentos mas críticos.
Trabajadores de ATE Zona Norte alzaron la voz mostrando documentos fotográficos y testimoniales del estado actual. Apenas uno ingresa por la entrada de la calle Caseros se puede ver la primera falta grave. Una cortina de plástico que oficia de puerta hace mas de quince días dejando entrar el fuerte frío de la época invernal.
La infraestructura es delicada, por donde se vea hay manchones de humedad y revoques a punto de caer. “Todo lo que es cañería está en mal estado. No hay mantenimiento y funciona muy mal. Es un estado de abandono total” señala una de las enfermeras. Así se entiende como las filtraciones de agua debilitan todas las paredes del hospital.
Otro punto que señalan los trabajadores es la falta de aislamiento entre sector y sector: “No hay un trabajo de aislamiento en ningún sentido. Nosotros trabajamos con enfermedades contagiosas y se junta lo que es tomografía, rayos con la guardia”. A su vez agregaron que “la única aislación que existe es una cadena de plástico con un cartel”.
Por si fuera poco el segundo y tercer piso no tienen gas y agua caliente: “En el tercer piso no hay calefacción ni agua caliente, baños rotos, paredes cayéndose, las camas todas rotas, también los colchones”.
El Cetrángolo es un hospital especializado en enfermedades respiratorias. Eso hace que muchos pacientes de otras localidades de la provincia vengan a usar de estos servicios. Sin embargo solo cuenta con dos tanques de oxígeno. Según denunció el cuerpo enfermero, esto provoca que muchas veces no se llegue a reponerlos y genere momentos donde el hospital se queda sin oxígeno para proporcionar.
El subsuelo parece salido de una película de terror. No solo porque está allí la morgue, sino por el estado de abandono total de la infraestructura en todo sentido. Sin contar que el lugar no es el adecuado por su falta de ventilación y mantenimiento, la morgue cuenta con solo dos cámaras de refrigeración que suelen romperse por su poco mantenimiento. “Muchas veces dejamos los cuerpos en el hospital municipal por que las dos están rotas” subrayó uno de los trabajadores. Por otro lado, el tanque de agua que está contiguo a estas cámaras tiene filtraciones y produce inundaciones.
No hay servicios médicos que brinde el hospital que no tenga denuncias de falta de insumos y problemas de infraestructura. En el sector de análisis informaron que “hace un año estamos sin posibilidad de diagnosticar hepatitis y toxoplasmosis porque no nos compran los reactivos. Tenemos todo el equipamiento y al bioquímico pero no los reactivos. Cuando hacemos la orden de compra nos dicen que es muy caro”. Además agregaron que para “la licitación de este año redujeron los insumos a la mitad en la parte de química”.
Emoterapia sufrió una fuerte filtración en el techo cuando los caños del tercer piso colapsaron. Eso dejó una gran huella en el techo. Los pedidos para ese sector se resumen en “desde una estufa para arriba todo”.
Quimioterapia se brinda en un cuarto de 4×4, sin ventilación. Apenas uno ingresa puede oler el químico y sentir como queman las fosas nasales. “Se necesita una campana cerrada con un filtro especial y eso no lo tenemos. Esto genera que quede todo el químico concentrado en el ambiente” advirtieron desde el sector.
Las necesidades en cirugía empiezan por tener gas para el agua caliente. “No se puede hacer el pre quirúrgico por falta de agua caliente. Tenemos que limpiar a los pacientes con paños húmedos para poder operar” alertó el cuerpo de enfermeros. También tiene habitaciones clausuradas hace meses por rupturas de caños: “En esta habitación se rompió un caño, se inundó el segundo piso y la terapia intensiva. Hace mas de un mes que estamos pidiendo su reparación y no hay respuestas”.
Por último terapia intensiva hace, lamentablemente, honor a su nombre. El servicio tiene una capacidad para atender a seis pacientes en estado óptimo. Sin embargo la realidad marca que no mas de dos pacientes podrían tener la atención completa. Faltan cables para los monitores, “si tengo que internar seis pacientes hay uno que se queda sin monitor seguro” señalaron los enfermeros.
Las seis camas tienen el motor de levantamiento roto: “Nunca hubo un mantenimiento de las camas y se terminó de romper su sistema eléctrico. Entonces debemos acomodar a los pacientes haciendo fuerza, para algunos se necesitan hasta tres enfermeros”. Tampoco hay máscaras bipap, que son las que permiten entubar a los pacientes. En la actualidad una doctora presta las propias para mantener el servicio. No hay habitación con aislación respiratoria, aparatos rotos a un costado, hasta una máquina de diálisis abandonada hace mas de 4 años. Por último un baño con un techo que filtra agua desde no se sabe donde.
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