Llegó de Francia con 40 años y muy poco tiempo le llevó a Carlos Thays enamorarse de Buenos Aires y de una joven porteña. Entre 1891 y 1895 terminó 22 nuevos paseos en una ciudad en la que solo existían 27. A 124 años de la apertura de una de sus obras más emblemática, el Jardín Botánico, su figura se agiganta en una ciudad en la que hoy se promueve más el cemento que el verde.
Fuente: Télam
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