Los Payamédicos es una organización no gubernamental cuya misión es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado y a la «desdramatización del medio hospitalario».
Esta ONG está formada por cientos de personas que, vestidos de payasos, desarrollan su labor en hospitales de todo el país. Pero a diferencia del imaginario popular, la tarea que realizan estos verdaderos sanadores de la risa no es para nada sencilla. Antes de decidir invertir gran parte de su tiempo libre para ayudar a los demás, los aspirantes a payamédicos deben formarse abordando temas complejos como la psicología, infectología, neurociencias, tanatología, filosofía, juego, patologías de los posibles pacientes, ética, bioseguridad, vicisitudes de la hospitalización y cómo comportarse en diferentes situaciones en el hospital, además de técnicas propias del payaso, como la actuación y la magia. Además los payamédicos tienen hasta su propia histórica clínica de cada paciente, para estudiar y monitorear los avances y evoluciones de las personas enfermas, junto con el diagnóstico de los médicos.
Los payamédicos tenemos nuestra propia historia clínica y hacemos una representación teatral para explicar las situaciones vividas
NoticiaNorte dialogó con Paz Romero, payamédica del Hospital de Vicente López, «Dr. Bernardo Houssay», quien contó su experiencia ante nuestros micrófonos. «Somos una asociación civil que a partir del 2015 empezó a estar regulada y el trabajo que hacemos pasó a estar reconocida por ley. La única condición para poder ser payamédico es hacer un curso, el cual tiene una parte teórica y que fundamentalmente contiene normas de bioseguridad y temas puntuales acerca de los colores. Con eso, nosotros pedimos trajes que tengan determinados colores, porque aunque uno no sepa, hay determinados colores que le pueden ocasionar molestias a algunos pacientes». En ese sentido, Paz explicó: «Tenemos cuidado con todo lo que contiene nuestros trajes, ya que si por ejemplo tiene un corazón y la persona está internada por una afección cardíaca, eso que parecía un simple detalle puede generar un gran un malestar». «Son cosas que nos enseñan dentro de lo teórico que uno después lleva a la práctica, tanto en el tema del vestuario, como las actividades propias que realizan los payasos», agregó.
Creía que iba a ser algo que me ayude a desarrollar la parte de teatro, nunca pensé que me iba a terminar involucrando tanto
«Pachu», como la llaman sus amigos, explicó a NoticiaNorte que para estudiar para payamédico «hay distintas formaciones en todo el país». «En Buenos Aires puntualmente la mayoría de los cursos se dictan en Capital Federal pero también hay en Zona Norte y Oeste. En la página web de Payamédicos se informa detalladamente donde se puede anotar y en que horarios», comentó. «Después de hacer la formación, tenés una instancia que es como la parte práctica para poder completar el curso y recibirse, que consta de ir al Hospital, teniendo el traje aprobado. Al Hospital se va una vez por semana durante cuatro horas. Uno llega, visita a los médicos para que nos informen cómo están los pacientes, que enfermedad padecen y cómo es su evolución. Luego nos cambiamos y vamos visitando con los payasos todas las áreas del Hospital. Cuando se termina la recorrida, nos cambiamos y hacemos un balance de cómo fue la experiencia con cada paciente», contó Romero, quien detalló: «Los payamédicos tenemos nuestra propia historia clínica y hacemos una representación teatral para explicar las situaciones vividas y ver de que modo reaccionar si nos vuelve a suceder una situación similar».
En el Hospital Al principio no teníamos mucha recepción, ahora son los mismos médicos los que nos esperan para visitar a algún paciente
Por último, la joven que trabaja como Licenciada de Comercio Exterior, contó su experiencia personal, que comenzó como un hobby y se terminó transformando en una verdadera pasión. «En mi caso, vi el curso una vez en la página en el 2012. A partir de ahí me anoté, hice el curso, pero sinceramente no pensé que iba a llegar a esta instancia de estar tan comprometida con todo esto. Desde principio del 2013 siempre voy al Hospital Houssay de Vicente López. Creía que iba a ser algo que me ayude a desarrollar la parte de teatro y nunca pensé que me iba a terminar involucrando tanto como al día de hoy», expresó. «Además el Hospital cambió mucho. Al principio no teníamos mucha recepción del personal de ahí y actualmente son los mismos médicos los que se comunican con nosotros y nos esperan para llevarnos con algún paciente. Eso está muy bueno, porque ellos entendieron nuestro trabajo y ahora no solo nos abren las puertas, sino que nos ayudan muchísimo al punto de que hoy los payamédicos tenemos intervenciones junto con los médicos, empleados del Hospital y hasta con el personal de seguridad», concluyó.
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