Desde la Antártida el equipo de Greenpeace a bordo del barco Arctic Sunrise alerta sobre la situación climática de la Antártida. La expedición que llevan a cabo se enmarca en el tour de la campaña mundial para pedir un Tratado Global de los Océanos (la creación de una red de santuarios marinos, libres de actividad humana dañina, en aguas internacionales) que podría ser realidad en la ONU este próximo mes de marzo.
Las poblaciones de pingüinos están siendo afectadas de manera muy grave por la rapidez del impacto del cambio climático en la Antártida. Durante este mes la expedición confirmó que los pingüinos papúa o juanito (Pygoscelis papua) se están reproduciendo más al sur como consecuencia de la crisis climática. Se trataría del registro más meridional de pingüinos juanito reproductores en el lado oriental de la Península Antártica.
En 2020 Greenpeace también descubrió que las colonias de pingüinos barbijo en la isla Elefante se habían desplomado, y algunas de ellas habían disminuído en el número de individuos hasta en un 77% en los últimos 50 años.
Un refugio climático para los pingüinos
Durante este tour el barco Arctic Sunrise navegó hacia el Mar de Weddell y permitió confirmar que la zona se mantiene como un refugio climático para los pingüinos. Recientemente un equipo de científicos de la Universidad de Stony Brook de Nueva York comprobó (en un censo realizado 10 años después de su última visita a la zona) que las poblaciones de pingüinos de Adelia –Pygoscelis adeliae– que se instalaron ahí se pudieron mantener estables a lo largo la última década.
Según los investigadores, embarcados abordo del Artic Sunrise estos datos obtenidos refuerzan la necesidad urgente de proteger y preservar el Mar de Weddell mientras pueda conservar un ecosistema intacto, algo que podría lograrse mediante la ratificación internacional de un Tratado Global de los Océanos
La Antártida calentándose más rápido que nunca
Ahora los datos del Centro Nacional de Datos de Hielo Marino señalan que este año el hielo marino antártico alcanzará la extensión más baja registrada por satélite en su historia. Las mediciones preliminares muestran que el hielo marino alrededor del continente ya superó el récord mínimo anterior de marzo de 2017 (de 2,1 millones de kilómetros cuadrados) cayendo a 1,98 millones de kilómetros cuadrados el pasado domingo 20 de febrero.
“Es aterrador presenciar cómo se derrite este océano. Las consecuencias de estos cambios se extienden a todo el planeta, afectando las redes alimentarias marinas de todo el mundo. A la vez, en 2020, vimos que el Ártico alcanzaba su segunda extensión de hielo marino más baja registrada, ahora necesitamos una red global de santuarios oceánicos viendo la crisis que está ocurriendo en ambos polos. Cada ser humano en la Tierra depende de unos océanos saludables para sobrevivir; esta es una clara advertencia de que debemos protegerlos para siempre”, declaró Laura Meller, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace nórdico a bordo del Arctic Sunrise desde la Antártida.
Durante las últimas dos décadas, la región tuvo variaciones extremas en la extensión de su hielo marino, pero la caída de este año no tiene precedentes desde que comenzaron las mediciones.
Mientras los científicos investigan la dinámica entre el calentamiento global y las tendencias del hielo marino, el colapso climático es evidente en la región: algunas de las partes de la Antártida se están calentando más rápido que en cualquier otro lugar del planeta.
El casquete polar de la Antártida está perdiendo masa tres veces más rápido ahora que en la década de 1990 y contribuye al aumento global del nivel del mar . Además, que las temperaturas suban tan rápido ya está causado un cambio profundo en la distribución y concentración del krill, que es el alimento clave de todas las especies que habitan en la Antártida.
Es urgente un Tratado Global que proteja los Océanos
Unos océanos sanos son fundamentales para reducir los impactos de la emergencia climática, ya que ayudan a mantener el carbono almacenado de manera segura fuera de la atmósfera y de las emisiones globales. La comunidad científica señala que proteger al menos el 30% de los océanos con una red de santuarios es clave para permitir que los ecosistemas marinos desarrollen resiliencia para resistir mejor los rápidos cambios climáticos.
Desde Greenpeace a nivel mundial la campaña para pedir un Tratado Global de los Océanos continúa su trabajo incansable a bordo del Arctic Sunrise para generar presión social de cara a marzo y muy pronto llegará a Argentina.
Conocé mas sobre la situación de los pingüinos en la Antártida y el trabajo científico de Greenpeace
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