Desde el Ejecutivo estuvieron presentes: Juan Manuel Quintana, responsable de Emergencia Alimentaria; Micaela Francisco, del Programa de Acción Social; Mirta Miño, de la Dirección General de Servicios Sociales y Sonia Stegmann, secretaria de Educación y el jefe de Gabinete, Juan Pablo Martignone, quien encabezó la reunión.
Tras la reunión, Lourdes Filgueira señaló: Salimos muy preocupadas. Mientras en los barrios los padres y las madres nos hablan de que no pueden garantizarle un plato de comida a sus hijos y mientras hay merenderos que dejaron de darle de comer a muchos chicos porque, pasadas las elecciones, ya no reciben asistencia del Municipio; vemos un área de Desarrollo Social que no está preparada para resolver estas demandas.
«Las irregularidades en la aplicación de la Emergencia Alimentaria era uno de los principales puntos a evaluar. Queríamos entender qué disponibilidad de mercadería y de distribución había y lo que confirmamos es que se hizo un uso totalmente electoral de esta situación. Porque cuando el que define qué familia tiene necesidades y el que reparte después la mercadería es un puntero y no una trabajadora social, como nos confirmaron hoy que sucedió, lo que pasa es eso.
Paula González mencionó: «Comprobamos que hubo un reparto indiscriminado y sin planificación de los alimentos, sin que se pusiera como prioridad el fin social. Y no hay un pilarense al que se le pueda negar la respuesta a algo tan delicado como es el hambre.
Nos preocupa ver que ahora que no es época electoral deje de haber ayuda y que tampoco haya una dimensión real de lo que sigue pasando en la calle. Son miles los niños, los jóvenes, trabajadores y jubilados que pasan el día sin comer, y esa situación no puede seguir esperando.
Además, señaló: Mientras en Pilar crecen las situaciones de hambre, de pobreza y de gente en situación de calle, la capacidad de respuesta de Desarrollo es muy baja. Más allá de la Emergencia, tampoco vimos que se esté haciendo un trabajo de fondo en el fortalecimiento a nuestras instituciones intermedias, como las escuelas, los CDIs, o los merenderos, cuando son estos los principales espacios desde los que se pueden combatir las situaciones de vulnerabilidad».
Victoria Machado agregó: «Preguntamos qué se estaba haciendo para fortalecer el Servicio Alimentario Escolar, porque sabemos que Pilar es uno de los distritos que menos cupos cubre, y con lo que nos encontramos es con una gestión que tampoco trabajó en ese sentido. No se demandó a la Provincia extender el presupuesto o la cantidad de viandas, cuando se sabe que en los comedores escolares los chicos están alimentándose a base de un sándwich y dos mandarinas hace meses. Pero además lo triste es escuchar que se habla de calidad nutricional cuando en las escuelas se tienen que repartir las viandas entre 2 ó 3 chicos, y definitivamente eso no resuelve el problema del hambre.
Luego, Valeria Domínguez dijo: Nos encontramos con una gestión totalmente desarticulada con la Nación o la Provincia, y por eso fue casi nula la información que pudimos tener en materia de aplicación de planes como la Asignación Universal, pensiones por discapacidad o cifras que nos permitan entender cuál es la situación particular en cada localidad. Y creemos que sin ese panorama es muy difícil que se puedan llevar adelante políticas públicas serias.
Necesitamos que la situación económica y social que se vive sea realmente una prioridad para esta gestión porque lo que están sufriendo miles de familias no puede sostenerse un sólo día más.
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