A veces nos maravillamos tanto mirando el cielo (con sus atardeceres, sus tormentas, su celeste prístino y sus luces nocturnas) que olvidamos que bajo nuestros pies también existe un universo maravilloso por descubrir.
Lo bueno es que cada 5 de diciembre, cuando el calendario marca un nuevo Día Mundial del Suelo, tenemos una oportunidad perfecta para entender por qué es un tesoro invaluable que es súper interesante conocer.
El lema de 2023 tiene como objetivo concientizar sobre la importancia y la relación entre el suelo y el agua para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.
¿Qué es el suelo?
El suelo no es tierra nada más. En verdad es una combinación (casi mágica) de restos de roca que se fue erosionando y de materia orgánica donde pequeños animales y abundantes microorganismos viven, se reproducen y mueren, aportándole fertilidad.
Podemos decir que es en el suelo donde todo comienza porque es la base que sostiene la producción de alimentos, que filtra el agua, donde crece nuestra medicina y la que nos permite combatir y adaptarnos al cambio climático (al almacenar carbono).
Es decir, se trata de un escenario donde acontecen procesos químicos y físicos muy complejos aunque pasen desapercibidos ante nuestros ojos. Pero este proceso lleva mucho tiempo: cada centímetro de suelo tarda más de 1000 años en formarse.
Se entiende por qué estamos frente a un recurso no renovable. Este suelo que tenemos es el único suelo que habrá a lo largo de nuestras vidas y por eso es crucial cuidarlo.
5 beneficios de cuidar el suelo
Este invaluable ecosistema subterráneo viene sufriendo la presión de las actividades humanas. El resultado es que su capacidad se viene degradando debido a la erosión, los desmontes, el sobrepastoreo, las labranzas inadecuadas, la falta de rotación de cultivos y la expansión de las fronteras agrícolas.
Necesitamos cambiar la forma de hacer las cosas si es que queremos preservar y regenerar esta capa vital. Si nos comprometemos a cuidar los suelos tendremos todos estos beneficios:
Los suelos son clave para el suministro de agua limpia porque capturan, almacenan y filtran el líquido y lo transforman en seguro para beber.
Además, se convierten en depósitos naturales que hacen que el agua esté disponible para cultivos.
Casi la totalidad de los alimentos que consumimos (95%) se produce en nuestros suelos. Debemos procurar que el contenido de nutrientes sea óptimo para tener cosechas saludables y abundantes.
Reformular las prácticas agrícolas actuales y buscar otras maneras sostenibles de producir en armonía con los ciclos naturales (como la agroecología y los sistemas biodinámicos) es un primer paso en este sentido. Sólo así podremos proveer a la creciente población mundial y aumentar 50% más de alimentos que necesitamos para 2050.
Los suelos albergan la cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta. Hay más organismos vivos en una cucharada de tierra que personas en nuestro planeta.
Cuidar la trama de la vida desde el suelo hará a nuestro planeta resiliente, adaptable y saludable. Para eso, nuevamente serán la agricultura orgánica, el pastoreo por rotación, la rotación de cultivos y la agricultura de conservación los métodos que aumentan de manera sostenible la productividad agrícola sin degradar los recursos de suelo y agua.
Cuando se gestionan de forma sostenible, los suelos pueden jugar un papel importante en la mitigación del cambio climático almacenando el carbono (secuestrando carbono) y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Los suelos sanos con un alto contenido de materia orgánica también pueden almacenar grandes cantidades de agua, que ayuda a los cultivos a sobrellevar la sequía y adaptarse a las precipitaciones extremas.
A partir de los microbios del suelo se crearon más de 500 antibióticos, incluida la penicilina. Es por esto que cuidarlo y a sus microorganismos está relacionado con cuidar nuestra salud, en más de una forma.
No es posible tener un planeta sano con suelos degradados. Encarar una gestión sostenible y las técnicas de cultivo cuidadosas pueden revertir esta tendencia. Es tiempo de hacer correr la voz 🌎📣.
Exigí deforestación cero
Un monitoreo satelital de Greenpeace demostró que Chaco, por el avance de la producción agropecuaria, es la provincia con más pérdidas de bosques nativos.
Participá
Fuente: Greenpeace
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