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Vicente López
martes 3 diciembre, 2024

Camareros, el oficio que generó furor en los jóvenes de La Cava

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En pleno corazón del barrio La Cava de Beccar, sobre la calle Newbery 1450, el Municipio de San Isidro abrió el centro de inclusión y formación “La Sede” a mediados de septiembre. A partir de allí, el curso de camareros generó furor en los jóvenes por su rápida salida laboral. Por estos días, se encuentran participando en Bocas Abiertas, el principal festival gastronómico de la zona Norte.

“Si bien me interesaba la gastronomía, nunca me vi trabajando en eso. Pero cuando pusieron este lugar en el barrio decidí anotarme. Fue la mejor decisión de mi vida. Es una experiencia inolvidable y en solo dos meses ya estoy trabajando en un restaurante del Bajo de San Isidro”, cuenta con emoción Axel Maldonado (21), que vive con su abuela a escasos metros del centro municipal inaugurado con el objetivo de formar a jóvenes para que puedan insertarse en el mercado laboral.

La subsecretaria de Acción Social, Ticiana La Mónica, define al espacio como un lugar de contención y formación para toda la comunidad. “Además de educar a los chicos, los formamos en valores para que puedan llevarlo a la práctica”, señala.

Incluso los chicos y chicas pueden asistir al curso y traer a sus hijos. “Por eso digo que no solo es un lugar de capacitación y contención, sino de la familia”, indica La Mónica.

El curso, que se dicta para personas mayores de 18 años, tiene una duración de tres meses y son dos clases semanales de una hora y media. La parte teórica se brinda en La Cava, mientras que la práctica es en el restaurante “Taller Cantina”, ubicado en la calle Tiscornia, en el Bajo de San Isidro. Los alumnos son trasladados allí en un micro dispuesto por el municipio.

En ese sentido, Milagros Samoa (23) destaca que las pasantías sean en uno de los polos gastronómicos más importantes del distrito. “Tenía nervios, me temblaban las piernas cuando lleve mi primer plato a una mesa”, recuerda en sus inicios con timidez. Y sigue: “Los profes son muy copados, me ayudaron a tranquilizarme y a que pierda el miedo. Hoy llevo hasta tres platos en una mano”.

Esta capacitación es dictada por profesores y especialistas en gastronomía como el chef y organizador del festival Bocas Abiertas, Diego Tedesco. “Buscamos una capacitación que tenga empleabilidad en gastronomía y decidimos que sea camareros porque es lo que más requiere el sector”, explica Tedesco.

Sin embargo, reconoce que no esperan que tuviera tanto éxito desde un inicio. “Vinieron más de 30 chicos y tuvimos que guardar otras vacantes para otro grupo por protocolo. Fue impresionante la aceptación que tuvo en el barrio. Se produjo una química especial entre nosotros y los alumnos”, cuenta el reconocido chef.

Previo al inicio de Bocas Abiertas, los chicos formaron parte del pre opening que se realizó en el emblemático Museo Pueyrredón. “Fue como salir a la cancha para nosotros, estuvimos con los servicios de bebidas en la recepción y sociabilizamos con mucha gente”, relata Joaquín, otro de los alumnos.

Durante estos días, los chicos están participando en la novena edición del festival gastronómico que se realiza en el Centro de Exposiciones del Bajo. “Es un sueño, estamos en el VIP con los mismos servicios que hicimos en el pre opening”, comenta Estefanía, que participa de este evento durante siete horas. Los alumnos van rotando y la pasantía es remunerada.

Según los especialistas del curso, los egresados están preparados para trabajar en cualquier bar-cafetería, hotel o restaurante. El programa es muy completo: abarca desde la realización de cócteles, servicios de bar y restaurante con carta, hasta eventos y cata de vinos.

También aprenden a definir y supervisar todo tipo de servicios de alimentos y bebidas, elaboraciones culinarias a la vista del comensal, atención al cliente y maridaje de platos, con el objetivo de ofrecer un servicio de calidad con seguridad e higiene.

Tedesco señala que este oficio es ideal para aquellas personas que son “inquietas”, que quieren “divertirse” y les gusta “moverse”. Y ese fue el caso de Anabella Cáceres: “Me anoté porque no me puedo quedar quieta y ahora mi sueño es trabajar de esto”.

Además, valora que “todos tengamos acceso a la educación”, ya que el centro de formación se encuentra en un barrio vulnerable. “Los chicos quieren estudiar más porque no tienen que viajar y gastar en traslados”, finaliza Cáceres.

Los interesados en sumar a este taller o conocer la oferta académica del espacio municipal “La Sede”, pueden informarse o inscribirse al 4512-3174/75/77 o enviar un mail a [email protected]

El espacio abre de lunes a viernes de 9:00 a 17:00, y los sábados de 9:00 a 13:00.

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