El reconocido productor, compositor y músico Andrés Schteingart sacó del letargo a su alter ego El Remolón para editar el flamante «Asimétrico», un larga duración en el que reivindica el concepto de disco porque «esto de sacar simples todo el tiempo es una locura».
«A mí esto de los simples me parece una locura. Tener que hacer hits todo el tiempo es como alimentarse a puro dulce de leche. Me seducen los hits, pero si no los amalgamás con otros temas, duran menos que cero», dijo el artista en una entrevista con Télam.
Con nueve discos y varios EPs, Schteingart se erigió como uno de los pioneros de la cumbia digital, con colaboraciones con artistas como Pablo Lescano (Damas Gratis), Li Saumet (Bomba Estéreo), Ale Sergi (Miranda!), Gotan Project, Luzmila Carpio e incluso con la artista peruana Wendy Sulca, una de las sensaciones de YouTube. Además, formó parte de los inicios del colectivo Zizek.
«El disco comenzó a gestarse hace casi tres años, varios temas empezaron musicalizando una performance de danza de Lucas Condró, un bailarín de acá. Así se fueron gestando unos temas más experimentales y enigmáticos. La performance se llamaba «Las Palabras y los cuerpos» y era un proyecto de investigación del movimiento basado en su libro, «Asymmetrical-Motion». Desde allí fui trabajando sobre la idea de lo asimétrico, formatos raros de los temas, hay temas que tienen parte A, B, C, pero también en la asimetría que tienen nuestro cuerpo, la naturaleza y el mundo en general», explicó sobre el trabajo que en noviembre verá la luz en formato vinilo.
El álbum cuenta con diez temas y la colaboración de Pol Nada, Cuervo Cuervo, San Ignacio, Brawlio, Afroklunker, Nuria, Luvi Torres y Laupahn, un batallón de artistas para darle swing a un disco que presentas canciones disimiles, pero que se combinan en el mismo espíritu de la materia.
«Algunas canciones las escribí yo y me pareció que voces invitadas iban a sumarles algo más, otras fue un trabajo más colaborativo. La pandemia permitió concentrarme un poco más en ese proceso de armado, aunque fue difícil todo el tema de grabar en estudios», sostuvo el músico.
Schteingart dudó en sacarlo durante la pandemia. Prefería hacerlo en un contexto de mayor normalidad, pero, por temor a que dentro de uno o dos años le pareciera un material «viejo», prefirió lanzarlo ahora. Aunque su música y su estilo siempre suena a imperecedero; a algo que siempre suena familiar en el contexto.
Télam: ¿Cómo ves la evolución del género en estos años?
Andrés Schteingart: El género ha ido mutando, la «cumbia digital» no existe más, murió. Se comió a sí misma, pero sí hubo una electronificación de la cumbia y el reggaeton a sonidos más comerciales y efectivos de la mano del trap. Fue un camino posible. Yo elegí otro camino un poco más orientado a una lectura techno rebajado de los sonidos folklóricos, más minimalista, más viajera, menos efectista. Son dos caminos posibles, a mí me interesó más este que elegí.
T: ¿Cómo pensás tu música, que es bailable o llama a encuentros, en este contexto en el que nadie puede juntarse a bailar?
AS: Las dos cosas, la música está pensada para escucharla como un disco de principio a fin y también para bailarla en una pista de baile. Eso está pensado desde la ingeniería de audio que trabajamos con Andrés Oddone, para que el disco suene bien en el auto, en un equipito hogareño y en la discoteca. Si la sentís en una pista de baile, los temas están preparados para hacerte bailar. En esos casos también me puedo dar el gusto de tocar versiones de los temas mas dub, con menos voces… es algo que habitualmente hago.
T: ¿Creés que este contexto puede llevar a la creación de nuevos géneros musicales o la extinción de otros?
AS: No lo sé honestamente, sigue habiendo muchísima producción de música bailable. A mí y a muchos otros productores la pandemia nos dio para explorar también otros sonidos más downtempo y ambient. Lo pueden escuchar en mis discos «Fina Calma» 1 y 2 , en los discos de Azulina, el proyecto de Chancha Via Circuito o en los últimos discos de Klik and Frik. También hubo un cierto auge del lowfi hip hop y de música para trabajar y relajar. Hubo mucha ansiedad en la pandemia y la música relajante funciona, hace lo suyo, así que fue un remedio necesario. Hay que ver qué pasa en el futuro; probablemente todo vuelva a la energía de antes o más.
T: Definís al disco como un «relato». ¿Cuál es el de estos días?
AS: El relato de lo asimétrico, de un mundo completamente imperfecto, oscuro, hostil, injusto y a su vez, que tenemos que acomodarnos a él. Entender que la naturaleza es imperfecta y que tenemos que aceptarla tal cual es. Que los cambios que propone el hombre para perfeccionarla y adaptarla a él terminan generando un daño sobre el mundo inusitado. El relato es: el mundo está estallando en mil pedazos por culpa del hombre, dejémoslo ser con su imperfección y su asimetría y nos va a ir mejor.
T: ¿Te vas a animar a lanzar más simples y EPs o seguís apostando al disco?
AS: No creo que saque un disco en el corto plazo. Tengo un par de EPs en proceso que son unidades propias; uno más bailable, otro que investiga los ritmos ternarios y otro que pienso editar con otro alias que es más de piano (mi instrumento primordial) y electrónica. Me gustaría poder llevar al vivo el show de asimétrico, con visuales led.
T: ¿Creés que el formato disco es algo que se va a recuperar o la industria seguirá apostando a los simples y a los EPs?
AS: Seguro va a seguir el modelo del disco, hay que darle tiempo a que se revitalice. Más para esta música que te propone entrar en un viaje.
Fuente: Télam
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