Para conocer en profundidad las causas que condujeron a la fundación de nuestro Pueblo, debemos dejar de lado las erradas historias que con escaso rigor histórico fueron tomadas por ciertas personas en décadas pasadas, y recurrir a otras fuentes de información:
Los testimonios de los amigos de Ángel de Alvear que lo acompañaron en la fundación del primer Comité Radical de la Zona Norte en 1890.
En primer lugar mencionemos a los hijos de don Higinio Querido, que había servido en Olivos durante años a las órdenes de Rosas, y había fundado en Olivos su familia, donde nacieron sus hijos Natalio, Pedro, Carolina (cc. Rubio). Natalio expresó en los diarios de la época, que el precursor de que Vicente López formara territorialmente un Partido fue don Angel Torcuato de Alvear, hermano del Presidente de la República. Conceptos ratificados por don Atilio Deprati. Nietos de don Higinio Querido fueron Marcelo, Samuel, Vicente, Anastasio, Celia (cc. Aiello), y Nélida, madre del Escr. Canclini. Todos formaron parte del primitivo plantel de la UCR, acompañando primero a Don Angel de Alvear y luego a su hermano el Dr. Marcelo T. de Alvear, Presidente de la Nación (1922-1928). Fueron diputados y senadores en la Legislatura y concejales e intendentes de nuestro Partido. Natalio Querido, septuagenario en 1930, dejó el testimonio de sus recuerdos, donde revela que fue el Caballero Don Angel T. de Alvear, que estaba radicado aquí, desde tiempo atrás entre nosotros, quien echó las bases, en 1890, del primer plantel de la UCR, enrolándome a mí en compañía de mi hermano Pedro entre los primeros, militando desde entonces en las filas del Radicalismo, sin haberme apartado durante 40 años de su tradición e ideales. Padrino de los Queridos fueron Quintín de los Santos, Laurentino Páez, Ricchieri, Saborido, Pérez, Arana, y otros. Pedro, hermano mayor de Natalio, recordaba a otras familias que se unieron a Alvear, en 1890, que fueron las de Baccini, Cambiasso Trabucco, Esperón, Poggi, Peirano, Molinari. Y luego, Benito Couto, Sebastián Patrone y Juan Bignale, entre otras más. En aquella agrupación organizada por Alvear latía la tradición del Pago.
Aquellas eran épocas distintas a las de ahora. La política se hacía por devoción, no por política. Ser concejal era considerado una carga pública, y no un empleo. Por eso el Concejo era el Honorable Consejo Deliberante. Los Concejales no abandonaban por eso sus trabajos particulares, sino que cambiaban los horarios de sus ocupaciones para adaptarlos a las necesidades de sus conciudadanos. La dieta que percibían era equivalente al sueldo mínimo que le estaba asignado a los barrenderos. Por eso, en el juicio definitivo de la Historia ha quedado establecido que la creación del pueblo de Vicente López fue el resultado de una disputa entre los radicales alvearistas de Olivos contra los mitristas liberales de San Isidro (opositores al Gobernador Ugarte); que la pretensión de la Comuna de San Isidro de cobrar una sobretasa del 4% sobre el loteo de tierras en Vicente López fue una maniobra política para expoliar a sus enemigos políticos – que seguían a Alvear y Ugarte, y que en este análisis histórico no puede aplicarse la máxima maquiavélica de Divide y Reinarás – copia de la frase inglesa, “Divide and Rule” -, como pretenden ciertos grupos, porque San Isidro ya se había disgregado en varios fragmentos desde el Siglo XIX, y antes que San Isidro, a partir del Siglo XVIII, la histórica Villa de Luján, ya se había subdividido en diversos Municipios.
Hace pocos años un Gobernador de la Provincia de Buenos Aires dividió el Partido de Gral. Sarmiento en varios municipios. Y el mismo Ugarte fundó el Partido de Avellaneda en 1905 con tierras extraídas de Barracas al Sur. A lo cual debemos sumar la bien conocida tirria que Mitre y los mitristas sintieron siempre por Ugarte, entre otros motivos, y no el menor, porque estaba casado con una nieta de Alvear, Carolina Tomkinson Alvear, y el Libertador Alvear era el prócer de la Independencia que Mitre menospreciaba con más ahínco en sus polémicas narraciones, por otra parte, parciales y subjetivas … Es que los herederos de los Directoriales del Año XX (1820), como Pueyrredon, sabían odiar.
Otro amigo de Alvear era don Carlos Deprati, nacido en Génova en 1851. Venido a Buenos Aires en 1856, se había radicado en Olivos en 1889, siendo testigo de importantes acontecimientos de los que Alvear había sido protagonista, frente a los mitristas de San Isidro. Don Carlos Deprati recordaba muy bien el recio cambio de palabras que Alvear sostuvo con Mitre. Su hijo fue Atilio Deprati – una prolongación del Pasado en el Presente -, que ocupó el más alto cargo en nuestra Municipalidad. Memorialista, escribió unos “Apuntes”, que eran un tesoro inagotable de entrañables recuerdos históricos de la primera hora de la fundación de Vicente López. Invalorables “Apuntes” que el recordado y querido Francisco Romeo Grasso tuvo ocasión de leer, analizar y transcribir.
No debemos olvidar, además, a don José Bardi (nacido en 1854), que falleció en Vicente López en 1938. Padre de una familia ejemplar, fueron sus hijos: Federico – cuya memoria se perpetúa en una calle que llega hasta la Avenida Maipú, entre Haedo y Lisandro de la Torre; José Rufino, Norberto – el poeta -, y Sabino. Néstor, hijo de Norberto, – egresó de la Facultad de Derecho, fue profesor, vicedirector y director de escuelas, Presidente del Colegio de Procuradores del Departamento Judicial de San Isidro, que se fusionó en 1983 con el Colegio de Abogados; vicepresidente de la Asociación de Procuradores de la Provincia de Buenos Aires, Concejal, Presidente del Honorable Concejo Deliberante y Secretario Parlamentario del Honorable Concejo Deliberante de Vicente López-. Queremos recordar a una de las hijas de Federico Bardi, María Isabel Bardi de Readigós (Chicha para sus amigos, nuestra profesora de piano en 1940, cuando teníamos pantalones cortos), quien fue Decana de los Ministros de la Eucaristía en la Parroquia de los PP. Pasionistas Irlandeses, San Gabriel de la Dolorosa, de quienes mi madre, que había vivido en Irlanda, a principios de Siglo, había sido una de sus primeras colaboradoras, desde 1928. Cerca de la vieja Capilla de San Gabriel, donde recibimos por primera vez a Jesús Sacramentado, por el Bajo, había estado la vieja quinta de Llavallol, que tenía una capilla donde, a principios de Siglo, Julito Roca, hijo del Presidente, primo hermano de los Roca Tomkinson y Alvear, contrajo enlace con Esther Llavallol.
Una familia que también queremos recordar es la de Rodolfo Aiello, n. 1876, vinculado a los Querido, que no era político sino pintor, paisajista y retratista, que fue padre, entre otros, de Rodolfo Aiello, compañero, condiscípulo y colega de mi Padre, en la Facultad de Ciencias Médicas y en el Hospital Pirovano. Lo recuerdo con profundo afecto porque era mi médico de cabecera cuando era joven. Un día le pedí que me recetara unos comprimidos para poder dormir. Me miró a los ojos y me dijo: Leé el «Quijote”. No se había equivocado. Los hermanos de Rodolfo Aiello fueron Américo, farmacéutico, que junto con su hermano Eliseo, bioquímico, fundaron la recordada Farmacia “Aiello” de Olivos; Eliseo, cc. Celia Querido, padre del Dr. Eliseo (hijo), médico; Teodelina, cc. Ricardo Zanovello, de vieja estirpe radical; y Oscar, médico como sus hermanos. Todos alcanzaron altos cargos en la Municipalidad y en la Legislatura.-
Bibliografía:
“2005 – Centenario del Partido de Vicente López – Personalidades de Vicente López en la Historia y los Recuerdos de mi familia”, por Ricardo F. Thomsen-Hall, presentado en la Primera Jornada sobre preservación del Patrimonio Cultural y Natural de Vicente López, 3 de Junio de 2005, Suplemento especial de la Serie Historias de la Historia, Ediciones AqL.
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