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Vicente López
domingo 22 diciembre, 2024

Vinculan a un abogado desaparecido a negocios con un comisario preso y un empresario

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La hermana de Salvador Altamura, el abogado desaparecido desde julio del 2020 y supuestamente asesinado, vinculó su crimen a los negocios que mantenía con el comisario mayor Francisco Centurión, detenido en el caso por la desaparición de Lucas Escalante y Lautaro Morello, y con un empresario que estuvo detenido por la fuga en 2015 de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez.

«Salvador importaba telas para realizar carpas para luego vendérselas al ‘Faraón’ (Marcelo) Melnyk, relacionado a la causa de efedrina. Por otro lado, Centurión facilitaba los clientes para los loteos de terreno que tenía mi hermano en Varela. Creo que la desaparición tiene que ver con esto», aseguró Lidia Altamura, al declarar como testigo en la tercera audiencia del juicio por el crimen de su hermano, que tiene como acusado a Rubén Darío Dening (55).

El testimonio de Lidia tuvo lugar este jueves por la tarde tarde en los Tribunales de Quilmes, ubicados sobre avenida Hipólito Yrigoyen 475, ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de dicha jurisdicción, Rubén Darío Hernández, Alejandro Oscar Portunato y Julián Busteros.

Dening, quien era el mejor amigo de Altamura, llegó al debate detenido, acusado del delito de «robo calificado por el empleo de llave verdadera en concurso real con homicidio criminis causa».

Allí, la hermana de Altamura afirmó estar distanciada de Salvador desde el 2013 a causa de una pelea familiar, aunque aseguró conocer que mantenía distintos negocios con el comisario mayor Centurión, actualmente investigado por la desaparición de Escalante y la muerte de Morello, y «El Faraón» Melnyk, comerciante imputado por colaborar con la triple fuga a fines del 2015 de Víctor Schillacci y los hermanos Martín y Christian Lanatta del penal de General Alvear.

De esta forma, la mujer vinculó la desaparición de su hermano con esas relaciones y dijo que Salvador se dedicaba a realizar préstamos de dinero junto a su tío, Donato Altamura.

«No era lícito y no era bueno lo que hacía. Esto es el origen de su desaparición, no creo que sea ajeno a esto», comentó.

A estos dichos, la hermana de Altamura sumó que las siglas de una de las empresas que tenía el abogado, DoCoSal, contenía las iniciales del apodo del mencionado Centurión.

«Do es por Donato, Sal por Salvador y Co por ‘Coco’ Centurión», refirió Lidia.

Foto Alejandro Santa Cruz
Foto: Alejandro Santa Cruz

A raíz del comentario de la testigo, Donato Altamura, presente en la sala de audiencias, exclamó que dichas siglas eran en referencia a su segundo nombre, Cosme, tras lo cual fue expulsado del debate por el juez Hernández.

La tercera audiencia del juicio que investiga el crimen y desaparición de Altamura comenzó a las 10 de la mañana y tuvo doce testigos, entre ellos la mamá, el tío y la pareja del abogado.

Al respecto, al menos siete de ellos aseguraron reconocer al imputado Dening ingresando y egresando del departamento de la víctima luego de su desaparición para luego la descartar la motocicleta en las zonas aledañas a la Villa Itatí.

La primera en dar testimonio fue la pareja de Sandoval, Pamela Lacur, que ya había declarado parcialmente durante la jornada del miércoles, cuando aseguró que la víctima no tenía enemigos y pidió por la aparición de su cadáver.

«Nunca nadie nos explicó qué pasó con él. La verdad que llegar acá y no saber dónde está el cuerpo duele muchísimo. Creo en la justicia y que haya paz. Que al menos se encuentre la cadenita de Salvador y decir que estuvo ahí. Cumplió 50 años y no pudimos llevarle ni una flor», expresó emocionada.

Por su parte, la madre de Altamura, Norma Wambold, consideró que el crimen de su hijo fue por «ambición. Darío estaba muy mal de dinero. Me llama la atención que haya podido llegar a hacer un acto de tanta violencia. Hacerlo desaparecer, con todo lo que él lo ayudó: iban, venían, comían juntos, caminaban».

Luego de ello, dieron su testimonio dos exparejas de Dening, quienes pidieron que el imputado abandone la sala durante sus respectivas declaraciones, a la vez que denunciaron ser menores de edad cuando salían con el imputado y que ejercía violencia de género contra ellas.

Finalmente, declararon un remisero, dos agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones de (DDI) de Quilmes y dos empleados de un hotel de la mencionada jurisdicción.

El juicio por el crimen de Salvador comenzó el pasado martes, donde el fiscal Nieva Woodgate indicó en sus lineamientos que Dening mató a Altamura con el objetivo de robarle dinero y que lo hizo «de manera tan efectiva que logró la desaparición de su cuerpo».

En el requerimiento de elevación a juicio -y al que tuvo acceso Télam-, la fiscal de instrucción Ximena Santoro sostuvo que Dening «a fin de preparar su posterior accionar ilícito y con el propósito de lograr su impunidad le dio muerte a Salvador Altamura».

Para la fiscalía, luego de asesinar a su amigo, el acusado tomó la motocicleta de la víctima y se dirigió hacia su departamento, ubicado en la calle 25 de Mayo 217, en pleno centro de Quilmes, donde «se apoderó ilegítimamente de una suma de dinero no especificada y un arma de fuego calibre 9 milímetros» propiedad del abogado.

Una de las pruebas que remarcó la fiscalía fue que luego de la desaparición del abogado, Dening adquirió un televisor, dos celulares y se halló un comprobante de pago para un estudio de abogados por la cifra de cinco mil dólares.

Al momento de ser detenido, mientras intentaba ingresar en bicicleta a la provincia de Entre Ríos, el imputado tenía en su poder la suma de 386.662 pesos y 31.500 dólares, con los que intentó sobornar a los efectivos para que lo dejaran libre, y vestía una campera que era de Altamura.


Fuente: Télam

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