El productor, realizador y guionista Diego Palacio es una de las mentes detrás de «Frágiles», serie de Flow con una trama de misterio sobre una joven que redescubre su identidad a partir de un crimen vinculado con una secta, y que nació de una inquietud pospandemia en la que veían «un déficit humano y una vulnerabilidad que estaba bueno encarar».
«Los cultos existen y existieron acá, desde Córdoba hasta Catamarca, y en momentos de crisis florecen mucho más, pero este es un mundo inventado, verosímil y singular, que tiene muchos puntos de contacto con ideas que podemos tener en la cabeza sobre cómo funcionan», comentó Palacio sobre la propuesta de ocho episodios de media hora que desembarcó en el streaming con el sello de StoryLab, la productora que codirige junto a Nacho Viale.
Desde allí, la dupla creativa produjo no solo las famosísimas mesas de la abuela de Viale, Mirtha Legrand, de las que Palacio fue director durante casi diez años, sino numerosas series. En particular, para la plataforma On Demand de Flow ya habían generado otros dos títulos: «Post Mortem» y «Último primer día», con Palacio siempre en el rol de realizador.
En «Frágiles», la actriz Carla Quevedo, que viene de trabajar en las recientes tiras «Iosi, el espía arrepentido» y «Robo mundial», encarna a Olivia Grecco, una joven abogada y asistente de un fiscal español que lleva adelante la búsqueda de la hija del presidente del Tribunal Supremo de ese país, desaparecida a días de llegar de vacaciones como mochilera a la Argentina.
Pero cuando la chica aparece viva en una localidad patagónica y aislada y pide hablar específica y únicamente con ella, la protagonista vuelve a su tierra natal después de 20 años para profundizar en la investigación y darle un cierre, y pronto se encuentra inmersa en el sitio que fue un gran signo de pregunta durante toda su vida, el mismo donde nació y donde su madre murió en circunstancias sospechosas décadas atrás.
Es la comunidad mesiánica de El Destino, nacida en vísperas de este milenio y en el que líderes y seguidores llevan una convivencia aparentemente tranquila en medio de la naturaleza, aunque todo es un velo que oculta un pasado aterrador y sangriento vinculado a los hermanos Camilo (Ludovico Di Santo) y Eugenio Goya (Luciano Cáceres), los principales encargados de la secta.
Allí, Olivia descubrirá varios secretos alrededor de su propia historia e impulsará una arriesgada indagación de la imprevista mano de Román Macías (Andrés Gil), un joven nacido y criado dentro de la comunidad que, empujado por el dolor de la misteriosa y sorpresiva muerte de su padre en las afueras del terreno, decide sacar a la luz el turbio entramado del culto.
A días de su lanzamiento como una de los proyectos seleccionados por el Programa Renacer Audiovisual, del Ministerio de Cultura de la Nación, Palacio -que este año también produjo «Ringo, gloria y muerte» para la plataforma Star+- conversó con esta agencia sobre el panorama de la producción local y el trabajo alrededor de «Frágiles», que también tiene en su elenco a Malena Sánchez, Rafael Spregelburd, Guillermo Arengo, Julián Cerati, Ana Celentano y Emilia Claudeville, entre más.
– ¿Cómo surgió la idea detrás de la serie?
– Siempre buscamos temas medio relevantes de algún tipo de agenda, desde «Estocolmo» en adelante, con «La casa del mar», «Último primer día» o «Post mortem», siempre hay algún tema de corte periodístico en algún lado. Pospandemia nos parecía que había un déficit humano y una vulnerabilidad que estaba bueno encarar, entonces empezamos a buscar historias de sectas. En ese sentido nos gustaba la idea del fin del milenio, y creamos este universo en dos tiempos, en el que se van juntando los personajes.
– No es la primera vez que incursionan en el thriller, en tramas más policiales. ¿Qué les atrae del género? ¿Cómo lo encaran?
– Es un equipo grande de autores, somos cinco, en general nosotros tenemos un equipo interno que lo trabajamos con Lucas (Molteni) y Nacho (Viale), y sumamos a dos más, Juan Cordoni y Luciano Cocciardi, para expandirlo y darle un poco de aire, como hicimos en las últimas tres series que armamos, para crear estos mundos posibles. Sabemos que el género policial es uno de los que más se ve, así que buscamos dramas entre personajes y, en definitiva, la búsqueda de alguien de su identidad, del amor, de cómo sobrellevar la soledad. Son temas universales y buscamos puntos de conexión entre tiempos, que es algo que también nos gusta, para ver el recorrido y el arco dramático de los personajes, para entenderlos.
– Tu colaboración con Nacho estuvo presente desde los principios del streaming en Argentina. Después del «boom» de las plataformas y su instalación, ¿cómo ves el panorama? ¿Cómo cambió la producción?
– Yo lo veo de una forma muy positiva, la verdad es que venimos estrenando una serie por año, en Flow ya tenemos tres. Por suerte nos va muy bien, y obviamente siempre vemos el vaso medio lleno, una oportunidad. Cada vez que hubo más demanda de contenido hubo mejor producción, aunque siempre hay que buscar un balance donde se promedie la calidad y las buenas historias.
– En ese sentido, ¿subió mucho la vara en estos años?
– Yo siento que sí, para nosotros y para todos. Las series que tenemos hoy en Argentina son mejores que las que teníamos hace tiempo. Después hay una cuestión de género, la televisión, que ojalá volviese a apostar más fuerte por la ficción, por la producción nacional. Lo hace Polka, que se la juega, o Paramount, y le va muy bien. Pero son dos mundos distintos porque el consumo es distinto, no es lo mismo el aire que las plataformas. Me parece que hay una tensión entre hábitos de consumo y programación, y hay que ver dónde termina todo eso, pero me parece que siempre ha sido para mejor.
– «Frágiles» contó con el apoyo del Ministerio de Cultura para su desarrollo. ¿Para vos es fundamental esa colaboración para la industria audiovisual?
– Sí, totalmente. Para mí la forma de crear cultura siempre es en el músculo público-privado. Esta serie fue una más de varias que se hicieron a partir del Renacer, y ese apoyo inicial es clave, después tenés la búsqueda propia de la productora de la ventana de exhibición, dónde se va a ver, dónde va a llegar a más gente, dónde podemos escalar mejor la serie. En ese sentido, público y privado trabajando juntos no falla, pero no estoy descubriendo nada, en el mundo es así. Tiene que estar bien hecho, pero da muy buen resultado siempre, siempre. La búsqueda privada siempre va a llevar a la mayor cantidad de ventanas, porque yo quiero que mis series se vean en todo el mundo, pero el empuje inicial que te da lo público no tiene reemplazo.
Fuente: Télam
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