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Vicente López
lunes 25 noviembre, 2024

Una artista y cuatro niños intervienen los muelles de Tigre para concientizar sobre los humedales

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Benteveos, garzas moras, colibríes, caburés y garzas brujas son algunas de las más de veinte especias de aves retratadas, con trazos infantiles, en banderas de 2 por 2 metros, que desde hace varios días flamean en los muelles del arroyo Gambado, en el partido de Tigre, para interpelar a los hombres y mujeres que circulan y navegan por allí sobre la necesidad de cuidar ese humedal.

«Las banderas buscan llamar la atención a quienes viven o pasan por allí, a los remeros, a los turistas y decirles que esas aves también viven con nosotros, que las podemos ver, o, aún cuando no las veamos podemos escucharlas. Buscamos intervenir ese espacio verde con esas banderas, con tipografía en rojo, y con la potencia y el color del trazo infantil», explica a Télam Fabiana Di Luca.

Esta no es la primera intervención de la artista a los muelles de Tigre, ya que desde 2018 utiliza su propio muelle para hacer intervenciones gráficas.

«Hubo banderas con poemas y con reivindicaciones políticas como fue la resistencia del 2 por 1, la muerte de Santiago Maldonado, las luchas docentes, la lucha para que no cierren las escuelas de las islas. Es por esto que los muelles venían siendo para mi como una plataforma de comunicación pública, ya que en la isla no hay espacios públicos como plazas, parques, veredas, sólo están los arroyos donde transitamos para movernos», precisa.

A fines de 2020, Di Luca presentó un proyecto ante el Museo Nacional del Grabado que consistía en invitar a otros isleños a pensar banderas para sus muelles con el objetivo de interpelar sobre algún tema y plantear su debate. En esas intervenciones participaron 13 isleños, con sus respectivos muelles. La convocatoria consistía en pensar una imagen y una consigna, que luego la artista imprimía con técnica de monocopias calcográficas.

«La idea de hacer una bandera les gustó a dos niños vecinos míos, que viven enfrente, quienes cruzaron a mi casa, a mi taller, para hacer su bandera. Les gustó la idea e invitaron a un primo; luego la veterinaria de la isla me escribió y preguntó si podía sumarse su hijo y así se armó este grupo al que le puse Benteveo, ya que hay muchísimas de estas aves siempre viéndonos, asomándose, pispeando todo el tiempo».

«Nunca me lo planteé como un taller con propuesta pedagógica ni tampoco como un taller abierto sino como un grupo de encuentro y trabajo que funciona hasta hoy. Es la experiencia de 5 amigos», dice la artista. Los cuatro niños participantes de esta iniciativa son Leonardo Cardozo Cháves y Luciano López Chaves, ambos de 11 años; Ignacio López Cháves y Constantino Barbieri, los dos de 8 años.

«Entre junio y agosto último se acrecentó la lucha por los humedales, pero fui viendo que los que más nos movilizábamos éramos siempre el mismo grupo, los devenidos isleños con perfil cultural y social similar y que los propios isleños no sabían que vivían en un humedal, y lo que implica un humedal. Charlando con estos 4 niños, me dicen que no sabían nada del territorio donde vivían, ni que vivían en un humedal, ni por qué era importante cuidarlo ni qué acciones ponían en riesgo los humedales- recuerda Di Luca-. Había todo un trabajo de hormiga que hacer».

«Les propuse a los cuatro niños investigar sobre las aves en los humedales y luego se me ocurrió la idea de hacer una serie de banderas con esas aves para los muelles. Cuando se abre la convocatoria a las Becas de Creación del Fondo Nacional de las Artes armé este proyecto y lo presenté con el título de ´Acá cerca y ahora mismo´, título que evoca el libro de Guillermo Enrique Hudson ´Allá Lejos y hace tiempo´».

La artista destaca que «Hudson escribe ese libro ya radicado en Londres, de la memoria que tiene de esas vivencias en la Pampa argentina. Es un libro iluminador en el sentido que nos plantea un modo de estar en el territorio, de mirar, de nombrar y encontrarse con la enorme diversidad de especies que puede habitar un territorio, no sólo los humanos».

«Se me presentó ese modo de detenerse a mirar el territorio junto con una máxima: lo que no se conoce no se ama, lo que no se ama no se cuida», remarca, y recuerda que reflexionó que «si los chicos no saben cuáles son las aves que conviven con nosotros y que nos preceden con tanto derecho como nosotros a estar acá, no las podemos querer y por lo tanto no las vamos a cuidar».

Di Luca y los cuatro niños salieron a explorar el territorio. Así como el naturalista dio a conocer las tijeretas, chimangos, caranchos, tordos y cotorras que veía en el campo bonaerense donde pasó su infancia, la artista y sus cuatro pequeños amigos identificaron las aves del Delta. Sabían que había pájaros, los oían al despertar y mientras jugaban, pero nunca se habían detenido a ver cómo eran, si eran todos de una especie o eran diferentes.

«Nos pudimos detener en 23-25 aves e hicimos una suerte de catálogo. Las dibujamos, miramos fotos, nos compramos una guía de aves argentinas, aprendimos dónde anidan, cuándo tienen cría, cómo son sus huevos, qué comen y escuchamos un CD de esa guía donde aprendimos a reconocer a las aves por su canto», explica la artista plástica.

«Aprendimos los nombres científicos de las aves, encontrando que muchas tiene nombre guaraní, porque toda esta zona era tierra de guaraníes. Aprendimos que a estas aves las nombraron con nombres en latín los europeos pero también fueron nombradas mucho antes por los pueblos originarios», destaca Di Luca.

«Recuperamos también la tradición de esos primeros artistas viajeros que habían registrado esa diversidad en acuarelas y la imagen de cada ave la llevamos a la técnica de plantillas, que se recortan en planchas de goma eva, se entintan y se pasan sobre prensa calcográfica para ser estampada en tela», detalla.

Di Luca precisa que hicieron «20 banderas con 20 aves diferentes, dos juegos, más una bandera con un texto presentación. Todas las banderas tiene la imagen del ave, el nombre común para nombrarlas en lo cotidiano, el nombre científico y una leyenda, que dicen el humedal, nuestra casa y el logo del proyecto, Acá cerca y ahora mismo».

«No me gusta hablar del mensaje, me interesaba en principio que los chicos se acerquen a este universo, que pudieran dedicarle un momento a ese reconocimiento de aves, dibujarlas, poder nombrarlas y el traslado a una bandera invitando a otros a ese mismo proceso», cuenta.

Las 20 banderas que cuelgan de otros tantos muelles sobre el arroyo Gambado «le dicen al isleño que acá vive la garza mora, el benteveo, los colibríes, los caburé, las garzas brujas, etc y tienen estas forma, estos colores, estos otros nombres, que estos seres también viven con nosotros en este humedal». Télam.

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