Un juez de Quilmes ordenó la excarcelación de un oficial de la policía bonaerense en el marco de la causa por el crimen y desaparición de Lautaro Morello y Lucas Escalante, quienes fueron vistos por última vez hace un año en la localidad bonaerense de Florencio Varela, mientras que confirmó la elevación a juicio para un comisario mayor, su hijo, su sobrino y otros dos integrantes de la fuerza de seguridad, informaron este jueves fuentes judiciales.
El juez de Garantías 6 de Quilmes, Diego Agüero, benefició al oficial Juan Manuel Brito, quien estaba procesado con prisión preventiva por el encubrimiento del homicidio de Morello (18) y la desaparición de Escalante (26), a pedido del fiscal Daniel Ichazo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Berazategui.
Sin embargo, el juez consideró que Brito debía ser imputado por «falso testimonio», un delito más leve que habilita la excarcelación, por lo que le concedió la libertad mientras sigue siendo investigado en el marco de la pesquisa.
En tanto, el magistrado no hizo lugar a un pedido similar por parte de otros dos policías, llamados Ramiro Yair Forchinito y Damián Rodríguez, quienes permanecerán detenidos acusados de «encubrimiento» y se espera que se resuelva el pedido del fiscal Ichazo para que sean juzgados.
Por otra parte, el juez Agüero hizo lugar al pedido de Ichazo para que el comisario mayor Francisco «Coco» Centurión, su hijo Cristian Alejandro y a su sobrino Maximiliano Tomás, sean sometidos a un juicio por jurados.
Ichazo les imputó a los primos Centurión los delitos de «homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento (que tuvo como víctima a Lautaro) en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada por ser cometida con violencia (cuya víctima fue Lucas)».
En tanto, al comisario Centurión se lo acusó de los delitos de «sustracción de caudales públicos en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada (de Lucas) por haber durado más de un mes y por ser cometida con violencia y, alternativamente, por homicidio agravado (de Escalante) para procurar la impunidad para sí o para otro».
Es decir que el fiscal acusó a Cristian y Maximiliano Centurión de haber matado y calcinado a Lautaro y de haber mantenido cautivo a Lucas, mientras que al comisario Centurión no lo acusa del crimen de Lautaro, pero sí del secuestro de Lucas y, eventualmente, de haber sido quien lo asesinó para darle impunidad a su hijo y a su sobrino.
También fueron confirmadas los pedidos de afrontar un debate oral para el exjefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, Luis Zaracho, y el extitular de la comisaría de Bosques, Sergio Enrique Argañaraz, al ser responsables del «encubrimiento calificado por ser el delito precedentemente grave y por su condición de funcionario público».
La hipótesis del fiscal
Para Ichazo, el 9 de diciembre de 2022, Cristian y Maximiliano Centurión «estrangularon y propinaron golpes a Lautaro Tomás Morello, con claras intenciones de darle muerte, provocándoles múltiples heridas en su cráneo y mandíbula, causándole finalmente su óbito por estrangulamiento (…) para luego disponer del cuerpo del mismo, e incinerar sus restos, en una zona rural a los fines de deshacerse de las evidencias del delito».
En tanto, junto al comisario mayor Centurión, se les imputa que el 10 de diciembre de año pasado, en el domicilio del policía «ejerciendo violencia privaron de su libertad a Lucas Escalante», a dónde había ido junto a Lautaro engañado por Cristian, quien le había prometido que le iba a entregar vales de nafta que estaban destinados a patrulleros.
Según el requerimiento de elevación a juicio, Centurión padre arribó a su domicilio por la noche de ese 10 de diciembre y se sumó «al plan de su hijo y sobrino», de mantener privado de su libertad a Lucas «en un lapso mayor a un mes».
En el marco de la misma investigación, también fue imputado de encubrir los hechos el sacerdote Fernando Papa, actualmente vicario de la iglesia Nuestra Señora del Huerto de San Francisco Solano, quien quedó procesado aunque sin prisión preventiva.
Por otra parte, la Policía Federal Argentina realizó este jueves un peritaje y rastreo de huellas en un Chevrolet Spark negro, secuestrado en uno de los operativos realizados en la causa, con bomberos con canes especializados en búsqueda de restos humanos.
En tanto, este miércoles también se llevó a cabo un rastrillaje en la localidad de Brandsen, donde fue el último lugar donde la señal del teléfono celular de Escalante impactó con una antena. Del rastrillaje participaron la División Homicidios y Búsqueda de Personas de la Policía Federal Argentina (PFA), junto a canes y drones.
Cronología del horror
Escalante fue visto por última vez esa misma fecha en la localidad de Bosques, de Florencio Varela, cuando pasó a buscar a Morello para salir a festejar el triunfo de la Selección Argentina ante Países Bajos por las semifinales del Mundial de Qatar, a bordo de un auto BMW que al día siguiente apareció incendiado.
El cuerpo de Morello fue encontrado cerca de las 21.30 del jueves 15 de diciembre a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica, partido de Presidente Perón, recostado boca abajo, «semicalcinado y en avanzado estado de descomposición» y, según la autopsia, la muerte se produjo por «asfixia mecánica».
El último destino en el que quedó acreditado que estuvieron los dos amigos, en base a la declaración de testigos y por el análisis de antenas de celular y cámaras de seguridad, fue la casaquinta del comisario mayor Centurión, en la localidad de La Capilla, partido de Florencio Varela.
Si bien el móvil del hecho aún no está esclarecido, una de las hipótesis que se investiga es que Cristian y Maximiliano Centurión le ofrecieron como anzuelo a las víctimas los vales de nafta gratuitos que tiene la policía bonaerense para abastecer los móviles de combustible.
Fuente: Télam
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