Asistieron más de 500 personas de distintas instituciones que trabajan con niños, niñas y adolescentes.
La jornada comenzó con una dramatización interpretada por miembros del Taller de Teatro del Centro Cultural de Barrio Obligado y luego se brindó una charla a cargo de la especialista María Inés Franck.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 varones han sufrido abusos sexuales en la infancia. En Argentina, por cada chica embarazada por abuso, hay 83 niñas y 27 niños que sufren abuso sexual. El 75% de las víctimas son mujeres y en el 30% de los casos es el padre biológico quien abusa y el 22% el padrastro.
El programa Las Víctimas contra la Violencia, del Ministerio de Justicia y Derecho Humanos, indica que en 2018 hubo 1.985 llamados telefónicos referidos a abusos sexuales de niños, niñas y adolescentes. La mayoría de los casos ocurre en la propia casa: 7 de cada 10 abusadores son los padres, padrastros, tíos y abuelos. Por esta razón, el subregistro y la impunidad son altísimos.
Generalmente en los talleres de Educación Sexual Integral (ESI) o de prevención se pone el acento en que el niño hable o cuente lo que le está pasando, lo cual implica una cierta responsabilidad de los menores respecto a la detección del abuso.
En ese sentido, si bien es muy valioso que los niños, niñas y adolescentes puedan defenderse frente a una situación como esta, son los adultos los que deben generar los ambientes seguros para los menores, estar atentos y tener las herramientas y capacidad para cortar todo proceso de seducción por parte de otro adulto a un menor.
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