Con diferentes acciones y programas preventivos en jardines de infantes, el municipio logró índices muy positivos en salud pública. Actualmente, implementó la aplicación del barniz de flúor, un elemento fundamental para el cuidado de la boca.
La imagen del odontólogo y su torno no suele ser divertida para los niños, pero las cosas cambian si su entrañable sala de jardín de infantes se convierte en un consultorio. Allí, su primer contacto con el dentista tiene otro sabor. Y los resultados, en cuanto a disminución de caries, son sorprendentes. El Municipio de San Isidro tiene uno de los índices más bajos de la Provincia de Buenos Aires, gracias a un trabajo sostenido, desde la década del 80, a través de diferentes acciones y programas preventivos en 12 jardines municipales y 14 provinciales.
En esa línea, recientemente, San Isidro y la Provincia de Buenos Aires lanzaron un programa de aplicación de barniz de flúor, uno de los elementos más importantes para la prevención de la caries dental. El punto de partida fue la sala de tres del Jardín Municipal Nº 7 “Gregoria Matorras de San Martín”, en Boulogne.
“Hoy es la primera vez que muchos de estos niños se sientan en lo que sería un sillón odontológico. Es una colaboración entre las maestras que los van preparando y nuestras odontólogas. Todo en un contexto amigable y de juego para los chicos”, contó el intendente Gustavo Posse.
Y sumó: “De esta forma, logramos muy bueno índices en la disminución de caries. Es un trabajo sostenido de muchísimos años. Y la incorporación de la topicación de flúor es algo de avanzada en lo que respecta a prevención odontológica”.
El director de Programas de Salud, Daniel Fiszman, explicó que el barniz de flúor (se aplica dos veces al año) refuerza el esmalte dentario de los niños, por lo tanto, lo hace más resistente a las caries. “Este año el programa abarcará las salas de tres, cuatro y cinco años, alcanzando a un total de 3.500 alumnos”, adelantó Fiszman.
En este programa la Dirección Provincial de Salud Bucal provee el material y el Municipio pone la estructura de los jardines y los profesionales.
Acerca del índice de disminución de caries, uno de los más bajos en salud pública de la Provincia, la odontóloga Andrea Herman, explicó que para medir el impacto de estas acciones hay dos factores a tener en cuenta: el índice COP (cantidad de dientes cariados, obturados y perdidos); y el de Necesidad de Tratamiento (cantidad de niños que requieren tratamiento odontológico).
“En el caso del COP, durante 2017, San Isidro tuvo un índice de 2,2 (valor que se mide de 0 a 6,5, al aumentar el número se incrementa la gravedad). En cuanto al índice de tratamiento, se redujo un 50%”, afirmó la especialista.
La directora del Jardín Nº7, Mónica Othasegui, comentó: “Las madres nos transmiten su agradecimiento por pensar en la salud bucal de sus hijos. El contacto con el dentista en este ámbito los relaja, algo que facilita estos controles tan importantes a su edad”.
Salud bucodental en jardines de infantes:
Los programas y acciones de salud bucodental se desarrollan en 12 jardines de infantes municipales y 14 provinciales. Uno de los programas es de controles odontológicos (incluyen charlas, juegos y la reciente topicación de barniz de flúor). Otro de los programas es el que se realiza junto a la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), específicamente con la cátedra de Odontología Comunitaria y Preventiva. Este programa contempla control, prevención, derivación, asistencia clínica en el mismo establecimiento educativo y charlas a los padres.
“Las charlas informativas a padres son importantes, porque de nada sirve arreglar una carie si los chicos no continúan con la prevención. El resultado final de nuestro trabajo temprano nos asegura que vamos a tener chicos con menos caries a futuro”, remató Fiszman.
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