El 8 de agosto de 1963, el tren postal que unía Glasgow con Londres fue asaltado en 28 minutos sin necesidad de disparar un tiro. Del botín -3 millones de libras esterlinas, además de acciones, cheques y otros valores- se recuperó apenas una parte. El cerebro del atraco se fugó de la prisión y huyó a Río de Janeiro, donde vivió durante más de 30 años, hasta que enfermo, se entregó a la policía británica.
Fuente: Télam
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