Año Nuevo, nada nuevo
Honestamente, les confieso que nunca entendí la celebración del año nuevo. Puedo entender cualquier otra conmemoración: Navidad, Pascuas, Ramadán, Pésaj, Halloween y hasta el Día del Arquero, pero el año nuevo… no me entra.
Porque además hay que desear que el año que viene sea bueno… y el concepto “bueno” no es lo mismo para todos. Para algunos es bueno que no te duela nada, pero para un masoquista, es bueno que le duela, y bastante.
Y está dicho hasta el cansancio que el año nuevo no cambia nada, solo el calendario. Tu auto vale menos, tu casa vale menos y hasta tu cuerpo vale menos, porque es más viejo que hace dos días, cuando era el año viejo.
Y con cada año que pasa, vos te das cuenta que lo que pasa es más o menos lo mismo que ya viste que pasó una y otra vez. Lo mismo. Cambiarán las caras, pero lo que pasa, es lo mismo. Es la sensación permanente de Deja vu… de Deja me vu de jodeur.
Y uno no es el mismo con cada año que pasa. Ya no podés tolerar la misma cantidad de alcohol que otrora, y otrora tampoco. Ya no podés mantenerte despierto hasta las 5 de la mañana sin ayuda de algún químico, y el químico tampoco puede. Y ya no te dan bolilla las personas jóvenes que te gustaría que te den bolilla.
Es la vida que pasa y que te indica que el año nuevo te dice que no hay nada nuevo. Por el contrario. Te indica que ya no sos más joven. Con pequeños signos, como
➤ En la plaza, cuando a los pibes que juegan se les escapa la pelota no te la piden diciéndote «Cacho, flaco, o pibe…» te dicen “Señor, me alcanza la pelota”
➤ Cuando más que la pasión, te preocupa la pensión
➤ Cuando cada vez que te reunís con tus amigos a comer o a tomar un café el tema principal son las enfermedades.
➤ Cuando ya no pensás más “¿Por qué no?” y en su lugar pensás “Para qué me voy a molestar’”
➤ Cuando agarrás el diario, en lugar de empezar a leerlo por los chistes, empezás por los obituarios
➤ Cuando de tu grupo musical preferido sólo queda el bajista internado en un geriátrico
➤ Cuando podés vivir tranquilamente sin sexo, pero no sin tus anteojos.
➤ Cuando no sólo te molesta mucho la música fuerte, sino que a veces, ni siquiera la escuchás
➤ Cuando te la pasás repitiendo a tus amigos y a vos mismo: “pero yo me siento un pendejo”
➤ Cuando se te venció la garantía del Magiclick
➤ Entrás a un negocio de antigüedades y podés identificar todos los objetos
➤ Tu tipo de sangre ya no se fabrica más
➤ Las velas de la torta de cumpleaños cuestan más que la torta
➤ Vas más seguido al médico que al telo.
➤ Te comprás un auto deportivo y lo usás para andar a 40 km/h los domingos
➤ El trabajo te resulta mucho menos divertido, y la diversión te resulta mucho más trabajosa
Fuente: Télam
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