Investigadores del Conicet realizan el primer estudio sobre los efectos de la interacción entre el estrés y las patologías de la tiroides en la gestación que aumentaría la predisposición para desarrollar en la adultez trastornos de depresión y ansiedad, relación sobre la que todavía no hay evidencia a nivel internacional pero reviste de suma importancia porque los desórdenes tiroideos son una «problemática de salud mundial», aseguraron a Télam los responsables del trabajo en el marco del Día Mundial de la Tiroides, que se conmemora cada 25 de mayo.
«A nivel internacional no hay trabajos que estudien a largo plazo los efectos de las patologías tiroideas en interacción con el estrés durante el embarazo. Pero es una problemática que existe y, lamentablemente, hoy el contexto de estrés está más vinculado con la violencia intrafamiliar», aseguró a Télam Susana Valdez, jefa del laboratorio de Reproducción y Lactancia del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
Desde el laboratorio que Valdez dirige en el Centro Científico Tecnológico de Mendoza, ubicado en el Parque General San Martín, buscan generar evidencia sobre el impacto del hipertiroidismo, uno de los desórdenes de la glándula tiroides menos explorado que consiste en una producción excesiva de hormonas y tiene como síntomas la piel pálida y sudorosa, ojos saltones, diarreas frecuentes, palpitaciones, intranquilidad, insomnio, temblores y pérdida de peso.
Si bien la incidencia del hipertiroidismo durante el embarazo es baja, Valdez advirtió que es una «problemática de salud mundial» porque puede conducir a graves consecuencias como la muerte perinatal.
La tiroides es una glándula en forma de mariposa situada en el cuello, entre la laringe y la tráquea, que pesa aproximadamente 20 gramos y tiene como función principal secretar hormonas que son claves para nuestro organismo, promoviendo la maduración del sistema nervioso central y la regulación del metabolismo.
La investigación, que lleva el nombre «Interacciones entre las hormonas tiroideas y el estrés: sus efectos en la reproducción humana y animal», comenzó a mitad de 2021 a partir de la financiación de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), el Conicet y la UNCuyo.
El estudio en ratas
En diálogo con Télam, Valdez explicó los detalles de este estudio inédito de investigación básica que fue realizado a partir de modelos experimentales con ratas y que, actualmente, está en pleno proceso de redacción para ser publicado.
«Dejamos crecer a las crías y a lo largo de su vida le vamos haciendo monitoreos desde parámetros muy sencillos del desarrollo hasta test que sirven para evaluar los reflejos neurológicos», precisó la doctora en bioquímica e investigadora adjunta del Conicet sobre la metodología aprobada por el Comité Institucional para el Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio de la UNCuyo.
Y continuó: «Tomamos muestras y estudiamos si el impacto que sufrieron durante la gestación en el útero de la madre después les genera problemas para manejar la respuesta al estrés en la vida adulta».
Entre los test más complejos, están las pruebas de actividad locomotora para cuantificar variables de desplazamiento y estado emocional de las ratas, que tienen su «correlato con los humanos», explicó Valdez, quien también es docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo.
Sobre los primeros resultados, la investigadora reveló que «en las crías de ratas hipertiroideas tardan en aparecer los dientes incisivos y se demora la apertura de los ojos entre uno y dos días, que es mucho y evidencia un retraso de maduración».
Aunque los animales logran con el tiempo compensar parte de las alteraciones que sufren en las primeras semanas de vida, eso «no quiere decir que sea del todo exitoso y no queden secuelas», aclaró Valdez.
Y detalló: «En la prueba de actividad locomotora, cuando las crías de ratas hipertiroideas ya son adultas recorren una distancia más larga en el mismo período de tiempo que una rata común».
A pesar de que los animales muestran esos signos de hiperactividad, en otros test también evidencian un perfil de depresión: «En una prueba de natación adaptada observamos que se mueven menos. El quedarse quietos y flotar son índices de desesperanza», explicó la investigadora y sostuvo que, del mismo modo, las personas pueden sufrir tanto trastornos de ansiedad como de depresión.
Así, una de las primeras conclusiones es que las áreas cerebrales que manejan las emociones y la respuesta al estrés en las crías se modifican por el desbalance tiroideo y el estrés gestacional.
«Encontramos que las ratas muestran signos de alteración que tienen que ver con trastornos de ansiedad y depresión«, agregó Valdez y advirtió que las crías que en su gestación estuvieron expuestas a hipertiroidismo y estrés maternal tienen acentuados los parámetros en comparación con las crías que sólo experimentaron hipertiroidismo.
Sobre este punto, la investigadora apuntó: «El estrés crónico libera en los humanos cortisol y en los roedores corticosterona, que afectan al sistema inmunológico y lo deprimen, contribuyendo a un mal funcionamiento de la tiroides y de otras glándulas».
«Hoy lo que sabemos es que hay muchas personas que sufren trastornos de ansiedad y depresión. Lo que no sabemos, y es difícil de establecer, es si hay alguna relación con lo que les pasó en su vida temprana y por eso es innovador este trabajo», señaló Valdez.
Con motivo del Día Mundial de la Tiroides, que se conmemora cada 25 de mayo, la investigadora recordó la importancia de que las personas con patologías tiroideas se realicen controles periódicos que no son más que «un simple análisis de sangre», ya que «no funciona tomar toda la vida la misma dosis de medicación».
Además, indicó que en caso de presentar alguno de los síntomas tanto del hipertiroidismo como del hipotiroidismo (piel seca y fría, caída de cabello, constipación, disminución de la frecuencia cardíaca, somnolencia y dificultad para bajar de peso) o detectar algún nódulo en la parte anterior del cuello es necesario consultar con un médico.
Y concluyó: «Los trastornos hormonales tienen consecuencias en la salud de las personas, no solo en la reproducción, sino también en la parte emocional y en la respuesta al estrés que hoy en día estamos más expuestos que en otras épocas porque la vida actual es estresante».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 750 millones de personas en el mundo padecen alguna patología tiroidea, de las cuales un 60 por ciento lo desconoce.
Fuente: Télam
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