El músico, productor y compositor Xross, colaborador de María Becerra desde su último disco “La Nena de Argentina” hasta sus más recientes singles “Corazón Vacío” y “Te Cura”, canción de la banda sonora de “Rápido y Furioso 10”, señaló que su enfoque está puesto en hacer “algo digerible que a la vez sea arte”.
Xross conversó con Télam sobre su camino dentro de la producción musical, una habilidad que “no se aprende” sino que más bien “viene de fábrica” y de tener bien afilado el “gusto” y que nunca debe estar al servicio de dar con un hit.
“Uno puede aprender a manejar ciertas herramientas que funcionan, pero la producción musical no se aprende. Se trata de gusto, es como vestirte. Por ahí tenés toda la pilcha del mundo pero si te ponés relojes, gafas y todo junto puede resultar mucho. A veces se trata de elegir un solo color, a veces dos tonos o más, pero siempre de tener ese gusto en particular para saber cómo vestir cada prenda”, comentó el músico Xavier Rosero Moreira, trazando un paralelo con el mundo de la moda, otra de sus fuentes de inspiración.
Y agregó: “Si a ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen en la introducción le agregaban algo más al piano y la voz, tal vez la cagaban. Esa canción es así hasta que entra el resto y lo mismo en el final. Los que producimos nos damos cuenta cuándo debe salir paulatinamente cada instrumento y qué es lo que se necesita para a mantener la emoción y la dinámica de una canción. De lo contrario, es como estar corriendo y querer parar de una; hay que caminar de a poquito hasta ir bajando el ritmo”.
Maravillado por el rock argentino y la obra de algunos de sus héroes como Luis Alberto Spinetta, Charly García y Gustavo Cerati, música que conoció de primera mano en su adolescencia a través del profesor de música argentino que tuvo en el colegio, recaló en el 2012 desde su Guayaquil natal a una Buenos Aires donde todavía reinaban el rock y el pop para profundizar en sus estudios sobre la música.
En esa etapa viajera donde era surfista profesional y tras un breve paso por Estados Unidos, recordó que “Argentina fue mágico desde el día uno”, pero fue en Ecuador donde formó sus primeras bandas, en especial una de punk rock en la que fue guitarra líder, y pasó por el Conservatorio Superior de Música y Arte Rimsky Korsakov en Guayaquil.
Ya en Buenos Aires, pasó por institutos privados en donde profundizó sobre producción musical, grabación y post-producción de audio, pero la semilla ya había sido sembrada desde su adolescencia: “Fácil, podría ser uno de los fanáticos más ‘heavy’ de Gustavo Cerati que hay; lo amo con locura y no puedo creer lo que escribí y componía de bien, además de tocar la viola así, ser tan ‘cool’ y producir muy bien”.
Sobre este modo de abordar la creación, señaló que hay veces que hasta le gustaría ser “un pintor” para poder hacer “un cuadro artístico hermoso y perfecto” de una situación tomada del paisaje urbano y cotidiano: “La colaboración con Ráfaga que hicimos en Lollapalooza con María surgió en uno de sus cumpleaños. Estaba todo el mundo divirtiéndose y en un momento llegó un chabón que tocaba cumbia, María agarró el micrófono y de repente todos estaban ahí participando improvisadamente de un show”.
“Vi ahí como toda una familia argentina normal unida por un tipo de música. Había gente de diferentes edades, puntos de vista de la vida, pero todos bailando. Yo en ese momento lamenté no ser un pintor para poder sacar todas mis cositas y hacer un cuadro artístico hermoso, pero empecé a buscar otras salidas. Hablé con María y le propuse hacer una colaboración con alguien legendario de la cumbia de la vieja escuela para presentarlo en un escenario tan internacional como el Lollapalooza y que la gente estuviera orgullosa de su Argentina”, agregó.
-¿Cómo trabajás tu relación con los artistas dentro del estudio para poder traducir lo que ellos quieren expresar y a la vez acompañarlos como compositor? ¿Hoy el trabajo de un productor es mucho más integral que antes?
-Sí, el productor cambió su forma de trabajo hoy, pero existe eso que es un híbrido más completo y que permite que las alas de los artistas no sean cortadas. Yo respeto por igual todas las formas de trabajo, pero yo quiero que el artista venga con su idea. No importa si está muy terminada o llega muy cruda porque podemos darle el toque para que termine de ser. El resultado tiene que poder llegar a la gente; hay que entender también que no todo el mundo tiene todo el tiempo del mundo para analizar mucha música. Tiene que ser algo digerible y al mismo tiempo que ser arte. Entonces, hay que moldear la idea de los artistas, cumpliendo diversos roles pero siendo capaz de aportar sugerencias.
-¿Cómo es el enfoque para las voces, una de tus especialidades como productor?
-En las canciones de hoy, el 80% está en la voz. Hoy no nos podemos imaginar una canción sin voz porque hasta nos parecería como incompleta. Y no hablo de música instrumental, que es como otra cosa y otro mundo. Aparte de eso, la música sin voz no existe; para mí la voz es el instrumento más delicado y el único que no puede ser digitalizado. No existe un programa para darle o más fuerza o más tristeza. Eso se consigue en la toma. Es así como la gente se enamora de ciertas cosas que la inteligencia artificial no puede crear. No se puede hacer así otro “Nevermind”, porque si escuchás la voz de Kurt Cobain es como si el tipo se fuera a morir en cualquier momento.
-¿Cómo es trabajar con María Becerra dentro del estudio?
-María es talentosísima, una máquina de ideas y melodías. Casi todos los temas comienzan por una melodía o idea o que ella tiene en la cabeza. Últimamente también de algunas situaciones ahora que estamos compartiendo más tiempo juntos y vamos a shows. Por ahí pasa algo y ella dice “¿y esto? ¿por qué no hablamos de esto en un tema?”. Nos pasa en todo momento y terminamos grabando esas ideas con un celular, por ahí mientras caminamos por la escalera de un aeropuerto. Estamos así como loquitos en cualquier parte, donde sea que estemos y luego lo llevamos al estudio. Mari tiene mucha data: siempre le digo y se lo repito un montón, “lo que pasa es que el arte siempre estuvo dentro de ti, pero ahora eres libre para expresarte como se te cante”. Tenemos un montón de proyectos, canciones que hay que ver cómo siguen su curso. Hay salsa, merengue, boleros, reggaetón, de todo.
-También firmaron juntos una bachata, “Hasta que la muerte nos separe”, en el disco “La Nena de Argentina”.
-Es que nos complementamos mucho. Yo tengo unos años más que ella y vengo de una cultura que también es diferente, entonces nos terminamos mezclando. Siempre le digo que lo importante es entender cómo funcionan ciertas culturas. El reggaetón tiene su propio flow para entrarle y cierto tiempo. Hay muchos artistas que lo agarran por Daddy Yankee y empiezan desde ahí, pero si vos le preguntás a los artistas de antes ellos empezaron en otro lado, en la salsa. Con el pregón, que es esa parte del final de una salsa, donde los cantantes improvisan cambiando hasta la métrica de la canción, al igual que pasa en el jazz. Ahí está el sabor de esa música. Todos esos reggaetoneros escuchaban salsa en el auto con sus padres. Entonces, como productor, siento que hay que estudiar a la Fania, a Celia Cruz y si vamos a hacer bachata, vayamos a las raíces dominicanas. Estudiamos primero antes de lanzarnos y si el artista logra meterse en esa película, entonces está listo para dar el 100%. Hay que ser esclavo de la obra, de la canción. No importas tú, ni yo, ni el hit, que es algo que odio porque es como empezar mal. Es arrancar con una preocupación, cuando el viaje de hacer arte es todo lo contrario.
«El arte es una forma efectiva y sin violencia de luchar contra el racismo»
El músico y productor Xross habló con Télam sobre los episodios de racismo que vivió en carne propia y resaltó como algunos de sus «héroes» como Malcolm X y Martin Luther King guían tanto su creación musical como su lucha para llevar un mensaje sin violencia contra la discriminación.
En diálogo con Télam, destacó a María Becerra por dejarlo «meter un afrobeat» con la canción «Pídelo» que co-compuso y produjo para el disco «La Nena de Argentina»: «Es una canción que, además, ella canta con su hermana. Es súper importante que la gente simpatice con estas raíces musicales».
«Siempre me acuerdo de B.B. King, quien en un show celebró que estuviera presente en el público gente que por ahí era nieta de quienes obligaban a latigazos a él y a sus abuelos a recoger algodón, y que pudieran ahora estar compartiendo y disfrutando, sin que haya muerte o sufrimiento. ‘Esta es la oportunidad que tengo para demostrarles que así siempre debió ser’, les dijo», evocó.
Télam: ¿Cómo se relaciona con tu producción musical otras inspiraciones que encontrás en referentes como Malcom X, a quien le rendís homenaje con tu nombre artístico?
Xross: Para mí es un todo; es un motor de muchas cosas. Yo esto no lo entendía hasta que sufrí en carne propia episodios de racismo. Fue en el colegio, cuando era chiquito y escuchaba decir a alguien «¿y por qué él es negro?». Y acá en Buenos Aires, en una calle muy famosa donde venden instrumentos, fui a buscar trabajo y una vez le pregunté a unos amigos que trabajan ahí y me respondieron que el lugar estaba buscando «otra presencia». Me lo supo decir de una forma más suave, pero entendí perfecto de qué se trataba. Entonces fue importante cruzarme con estos héroes como Martin Luther King, Malcom X y Kanye West, quien hoy tiene sus problemas y mucha gente lo tiene cancelado, pero que hay que entender que está enfermo. Antes de eso, él tuvo una misión increíble con su marca de ropa, al igual que Virgil Abloh, el creador de la marca «Off White» que también en su momento fue el director creativo de Louis Vuitton. Es algo que yo trato de incluir en mi arte y supe que era posible en el momento que lo vi a él. También me inspiran otros personajes de la historia como las chicas de la NASA que en los ’70 y ’80 obligaron a que las autoridades pusieran baños para todo el personal, porque el personal negro tenía que caminar un kilómetro para ir al baño. Todo ese tipo de personajes me identifican y se volvieron parte de mí, y es algo que yo trato de incluir en mi arte.
T: Tu mirada resume de algún modo la libre circulación de mixturas culturales, lejos de cualquier apropiación cultural.
X: Es que siempre que sea con respeto, para unir y no para desunir, es espectacular. Me parece lo mejor que puede existir. De hecho, la salsa tiene instrumentos y aportes de todas partes del mundo unidas en un género. Creo que esa es otra de las pruebas. Aparte, Malcom X y el Dr. King me enseñaron esto que es como un mantra para mi vida. Esto de ser un estudiante eterno que aprende de todo, de la música, de la vida, de todo, porque uno siempre está aprendiendo.
Fuente: Télam
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