Desde el municipio de San Isidro, siempre sostuvieron que la salud y la economía podían ir de la mano durante la pandemia. Un claro ejemplo es lo que pasó en la empresa John Foos de Beccar, donde la articulación público-privado evitó los efectos devastadores de la cuarentena en su versión más dura en 2020. El intendente Gustavo Posse recorrió la fábrica ícono del calzado informal juvenil que logró reconvertirse y dar trabajo a quienes eran despedidos de otras empresas del rubro.
Esta es mi segunda recorrida en esta gran empresa con más de 60 años que es un orgullo para San Isidro. El año pasado trabajamos juntos para su reapertura, le dieron trabajo a mucha gente y hoy celebramos que haya crecido su producción, señaló el intendente tras la recorrida junto a Walter Pérez, secretario de Inspecciones, Registros Urbanos y Tránsito del Municipio.
La salud y la economía van de la mano y esto es un claro ejemplo: se puede trabajar sin que haya contagios. El año pasado esta empresa necesitaba seguir trabajando e ideamos cómo darle una mano a una fábrica de calzados que no era esencial en ese momento. Empezaron haciendo barbijos y calzado para los trabajadores de la salud, luego planteamos habilitaciones especiales con protocolos sanitarios y juntos logramos que la fábrica pueda funcionar, rearmarse y hasta contratar empleados, contó Walter Pérez.
Victoria Arce, gerente de Recursos Humanos de la empresa John Foos, destacó que gracias al Municipio lograron reabrir la fábrica que también hizo lo suyo: La empresa puso micros y combis para el traslado de su personal para que no tengan que viajar en transporte público (no hubo contagios por sectores, sólo casos aislados), contó Arce.
Poco a poco nuevamente la fábrica volvió a la normalidad en su producción. Este año es muy importante porque logramos incorporar 65 personas a nuestra plantilla de trabajo que vienen de otras fábricas que cerraron. Con la mentalidad aperturista del Municipio pudimos reconstruirnos y reconvertirnos, concluyó Victoria Arce.
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