Son días intensos, con sensaciones cruzadas. Pasamos del amor al odio y de la euforia a la desazón con un gol de diferencia. Sentimos en el cuerpo el peso de la incertidumbre, la comezón de la esperanza, el temor a la frustración ante cada partido. Al respecto, el psicoanalista Franco Rodelli afirma: “El resultado deportivo influye directamente en el estado de ánimo de la sociedad.
Fuente: Télam
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