A partir del anuncio realizado por el empresario Elon Musk de que su compañía Neuralink consiguió implantar un chip cerebral en una persona y que registró una actividad «prometedora», neurólogos advirtieron que todavía hay «más preguntas que respuestas» en cuanto a la implementación de esta biotecnología pero auguraron que en el futuro este tipo de intervenciones podría servir para tratar enfermedades como el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
«El primer ser humano recibió un implante de Neuralink ayer y se está recuperando bien. Los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales», anunció el lunes Musk en su cuenta de la red social X.
El primer producto de Neuralink se llama Telepathy (Telepatía en español) y el objetivo de esta tecnología es que ayude a tratar dolencias neurológicas complejas y a «redefinir los límites de la capacidad humana», según reza la compañía en su página web.
Lo que busca esta tecnología es utilizar una computadora a través de los pensamientos colocando un pequeño chip directamente en el cerebro del paciente que está conectado a más de 1000 electrodos y que funciona de manera inalámbrica.
The first human received an implant from @Neuralink yesterday and is recovering well.
Initial results show promising neuron spike detection.
— Elon Musk (@elonmusk) January 29, 2024
En noviembre, Neuralink empezó las pruebas en humanos convocando a personas con cuadriplejia producto de lesiones en la médula y con Esclerosis Múltiple Amiotrófica (ELA).
«La noticia del implante del chip cerebral plantea más preguntas que respuestas. Han demostrado que es técnicamente posible que un chip con más de mil conectores finos se ensamble con la estructura cerebral pero no hay mucha información oficial sobre el paciente, su patología y los resultados», dijo a Télam Gustavo Sevlever, director de Investigación y Docencia de la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (Fleni) y director del Laboratorio de Investigación Aplicada en Neurociencias (LIAN).
«En la neurología los implantes que interactúan con el cerebro son una técnica que tiene cierto desarrollo y que en ciertas situaciones se ha transformado en una practica corriente. Sin embargo, este chip tiene rasgos de complejidad adicionales a los que se conocen en la actualidad», explicó el profesional.
Metodología «ambiciosa, pero no novedosa»
Carlos Ciraolo, jefe de Neurocirugía Funcional y Estereotáctica de adultos y pediátrica del Hospital Italiano, opinó que «lo de Neuralink es algo más disruptivo porque ya va más allá de lo que es la estimulación a determinados puntos del cerebro, sino que su objetivo es tener una mayor interacción con sistemas computacionales».
«Es una metodología ambiciosa pero no novedosa», aclaró Ciraolo, y explicó que desde la década del 90 se empezó a trabajar en procedimientos que actúen directamente sobre el sistema nervioso central para tratar determinadas enfermedades como el Parkinson, el dolor refractario, la distonía o la epilepsia.
«Gracias a la mejor comprensión médica se pudo empezar a entender mucho más todas las redes de interconexión neuronal en el cerebro», aseguró Ciraolo y explicó que actualmente hay procedimientos de neuromodulación eléctrica que estimulan o inhiben la actividad eléctrica del cerebro, y de neuromodulación química, que libera drogas a partir de un reservorio colocado en el cuerpo.
A partir de este anuncio de Musk, ambos profesionales reconocieron que a medida que aumente el poder computacional de los chips y el conocimiento de las posibilidades de interacción con las estructurales cerebrales habrá un mayor desarrollo de las aplicaciones clínicas de esta tecnología.
Some researchers are concerned about a lack of transparency surrounding Neuralink, which aims to allow people to control devices through thought alone https://t.co/GPpqGZy9AQ
— nature (@Nature) February 2, 2024
Cerebro y computadora
«Es un tema fascinante que trasciende la aplicación médica porque se ponen en juego dos sistemas conceptuales que se cree que son similares pero son diferentes: nuestro cerebro no es una computadora y una computadora no es un cerebro», aseveró Sevlever.
El especialista apuntó que «el cerebro tiene 86 mil millones de neuronas y este sistema un poco más de 1000 electrodos».
«La asimetría de las dimensiones es más que obvia. Hay un enorme recorrido por delante para generar aplicaciones funcionales», precisó el médico de Fleni y aclaró que «la empresa Neurolink no está vinculada a las investigaciones clínicas tradicionales, es como un recién llegado desde la tecnología informática más dura».
Por último, el desarrollo de estos nuevos chips cerebrales generó preocupación en los ámbitos médicos por los riesgos físicos a corto y largo plazo ya que toda cirugía cerebral conlleva peligros, además de las cuestiones éticas que se desprenden de estos experimentos.
«Entiendo que este protocolo debe respetar los criterios de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), la experimentación en humanos está muy reglada sobre los cuidados de los pacientes», aseveró Sevlever.
«Hay que tener una visión integral bien clara del paciente, aquí quedan cuestiones éticas por conocer. Tiene que haber consentimiento muy claro por la expectativa del paciente y debe intervenir fundamentalmente un comité de ética», concluyó Ciraolo.
Fuente: Télam
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