El intendente Julio Zamora acompañó la tradicional prueba de vehículos fabricados entre 1896 y 1919. El evento finalizó en los jardines del Museo de Arte Tigre, donde vecinos y visitantes disfrutaron de una exposición de más de 50 autos clásicos y la música de La Creole Jazz Band.
Con el acompañamiento del intendente Julio Zamora, se realizó la edición N°22 del Gran Premio Recoleta-Tigre. El evento tuvo su punto de llegada en los jardines del Museo de Arte Tigre (MAT), allí, vecinos y visitantes disfrutaron de una exposición de más de 50 autos clásicos.
“Tenemos el orgullo de que el museo forme parte de este circuito tan simbólico por noveno año consecutivo. Este evento nos traslada a una época en la que muchos de nosotros no vivíamos, y donde comenzó a utilizarse el automóvil. No sólo permite mostrarle una muestra atractiva a los vecinos y turistas, sino que también los invita a conocer nuestra ciudad y lo que hacemos”, destacó Zamora.
El circuito tuvo su largada desde la puerta del histórico bar La Biela, en Quintana al 600, Recoleta. Desde allí, los autos antiguos tomaron las avenidas Figueroa Alcorta, Udaondo y Del Libertador, dentro de la Capital Federal. Después, cruzaron los partidos de Vicente López, San Isidro y San Fernando para arribar al Museo de Arte de Tigre.
Luis Bustelo, vicepresidente del Club de Automóviles Clásicos de la República Argentina, aseguró: “El tramo de este circuito es de lo mejor que podemos hacer para mostrar los coches más emblemáticos de nuestro país. Estamos agradecidos nuevamente al apoyo de los municipios y de los vecinos que se mostraron interesados en venir a acompañar la llegada junto con la exposición”.
Entre los conductores de los automóviles que participaron de la carrera, Luis Penedo, señaló: “Formar parte de esta carrera es como volver el tiempo atrás. Es la mejor manera de mostrar los autos clásicos y que la historia siempre esté presente”. Por su parte, Jorge Girotti destacó: “Hace varios años que participo de este circuito. Mantener el auto es todo un desafío, pero cuando lo manejás te da una satisfacción enorme. Por suerte año tras año demostramos que se puede hacer con total seguridad”.
Al llegar a la meta, los conductores y copilotos de los autos clásicos recibieron el aplauso de adultos, niños y jóvenes, que miraron atentamente los vehículos antiguos y atuendos típicos de la época. Una vez concluido el circuito y con las maquinarias distribuidas por los jardines del MAT, tanto Zamora como Bustelo enunciaron unas emotivas palabras en relación con la importancia de valorar el tradicional evento. Finalmente, se dio lugar a la exposición junto con el acompañamiento musical de la clásica banda de jazz, La Creole Jazz Band.
Los orígenes del Gran Premio Recoleta-Tigre se remontan al principio del siglo XX, en los años de apogeo de la “Belle Epoque”. La carrera tuvo su inicio en 1906 y unió el barrio porteño con el distrito. Fue la primera de tipo rally en América del Sur y permitió avanzar con la apertura de la Avenida del Libertador, porque impulsó la construcción de puentes y del camino para llegar hasta Tigre. La iniciativa para rememorar el circuito surgió hace 22 años, y desde hace nueve tiene como lugar de llegada el Museo de Arte Tigre, donde se da el recibimiento a los participantes.
Estuvieron presentes: el concejal Rodrigo Molinos; la subsecretaria de Cultura, Milagros Noblía Galán; y la directora del MAT, Graciela Arbolave.
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