La escena fue presenciada por Roie Galitz, Embajador del Ártico por Greenpeace Israel quien capturó enseguida cómo este pequeño oso polar descubre la botella tirada en el hielo y cómo comienza a manipularla, buscando entender qué es este objeto extraño en su hábitat. Por suerte, el cachorro de año y medio está a salvo porque no ingirió pedazos de plástico.
Al compartir las fotos en su Instagram, Galitz comentó: “Es una imagen perturbadora sobre el plástico y sus consecuencias. Esta botella, como muchos otros ítems en la región polar y otras partes del mundo, provino de un lugar muy lejano. Las corrientes oceánicas, en especial las del Golfo y del Ártico, traen con ellas, además de agua, la basura que las personas arrojaron a miles de kilómetros de aquí”.
Y agregó: “El plástico es uno de los peores enemigos de nuestro planeta, que tarda muchos años en descomponerse. Mientras tanto, los animales están en peligro de ingerir las partes en que se va descomponiendo. Difundo estas imágenes con la esperanza de que haga una diferencia“.
Mientras transitamos Julio Sin Plásticos, la campaña mundial que tiene como objetivo ayudar a evitar la utilización de plástico de un solo uso y corta vida útil, que estas imágenes sirvan de recordatorio de por qué necesitamos YA un fuerte y ambicioso Tratado Global de Plástico⚠️🌎
Fuente: Greenpeace
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