Figura excluyente de la monarquía europea durante dos décadas, Lady Di cuestionó los privilegios de la Corana británica, incluida la de su propia existencia. La soledad e indiferencia del Palacio la hizo caminar por al borde del abismo. La empatía con quienes viven fuera de él la condujo a una popularidad global sin precedentes. El acoso mediático la llevó a una muerte trágica con sólo 36 años.
Fuente: Télam
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