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Vicente López
domingo 14 abril, 2024

‘La única forma de pensar Argentina es como un planeta extraño’

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Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille

El dramaturgo y director Mariano Tenconi Blanco estrenó este jueves en el Teatro San Martín «Las ciencias naturales», una comedia de a momentos desopilante que parte de la idea del pacto fáustico para contar la disparatada historia de un Charles Darwin apócrifo que llega al Río de la Plata en 1830 para develar el origen de la humanidad.

Con actuaciones descomunales de Ariel Pérez de María, Agustín Rittano, Marcos Ferrante, Juan Isola, Gabriela Ditisheim y Andrea Nussembaum, música en vivo de Ian Shifres y producción artística de Carolina Castro, la pieza que se puede ver de jueves a domingos a las 20 en la sala Casacuberta es la segunda parte de la Saga Europea de Tenconi Blanco, que se inició con «Las cautivas» y que comprende cuatro obras en las que aborda el imaginario entre Europa y América en el siglo XIX.

«Tuve muy claro desde el vamos esta idea de una aventura demencial porque también lo que me gustaba era pensar que estos europeos que llegan a la Argentina llegan como a un mundo que tiene unas reglas que son muy distintas a las reglas del mundo, es un mundo muy distorsionado, es como si llegaran a otro planeta, que es la Argentina; porque, en el fondo, casi la única forma de hablar de la Argentina sería pensarla como un planeta extraño», asegura Tenconi Blanco en charla con Télam el día posterior al estreno.

«Son todos actores brillantes, que pueden actuar cualquier género pero que me han hecho reír mucho como espectador y desde el día cero les di bastante libertad en torno al exceso porque cierta búsqueda del exceso y del desenfreno estuvo puesta en nuestro horizonte desde el día cero»

«Las ciencias naturales» narra el arribo del científico alemán Ruydolph Weiss (Rittano) y su secretario Calixto Blanco (Pérez de María), al Río de la Plata en 1830 con la misión de descubrir el origen de la humanidad, a partir de lo cual se enredan en un mágico y misterioso viaje donde se entrevistan con Rosas (Ferrante), van a las tolderías de los indios ranqueles y presencian una representación teatral de una compañía alemana, entre otras peripecias, mientras Weiss es atormentado por un demonio (Isola) que le cobra en sangre sus ambiciones.

«Tuve bastante claro cuando empecé a escribir la obra -relata Tenconi Blanco- que quería que fuera una comedia y también lo tuve claro a la hora de elegir a los actores y proponerles el código a ellos. Son todos actores brillantes, que pueden actuar cualquier género pero que me han hecho reír mucho como espectador y desde el día cero les di bastante libertad en torno al exceso porque cierta búsqueda del exceso y del desenfreno estuvo puesta en nuestro horizonte desde el día cero».

– ¿Cómo es esa dinámica de trabajo con actores y actrices que venís aplicando?
– Trato de fomentar una poética de actuación fuerte, intensa, elijo actores que a priori ya tienen esa forma de actuar y entonces trato de darles la potestad para que lo hagan, siento que si los reprimo, si los lleno de indicaciones o de obligaciones va a ser difícil que ellos puedan explayarse, entonces trato de ser consecuente con lo que les digo desde el día uno, que yo quiero que ellos puedan tomar una intervención muy fuerte como actores. Me parece que es importante darle a los actores la libertad para que tomen decisiones en términos del tono en que dicen un texto, la velocidad con que lo dicen, libertad sobre qué hacen con el cuerpo, cómo manifiestan eso que les toca decir, no sólo trato de darles libertad sino de fomentar que ellos generen operaciones de sentido en torno a sus poéticas, a su imaginación, a sus capacidades, porque también elijo actores que sé bien qué estética tienen porque los vi actuar mil veces.

– Es particular porque en estas dos piezas de la Saga Europea que se estrenaron se trata de obras complejas, de a ratos disparatadas o fuera de órbita, que pareciera que pueden desbarrancar en cualquier momento y donde la potencia de la actuación las sostiene.
– El primer ensayo en que vino un poquito de público me di cuenta de que, en algún punto, la estructura de «Las ciencias naturales» está basada en reeditar el encanto, que todo el tiempo vos vuelvas a aceptar la ficción, que como espectador digas: «Ok, quiero ver adultos disfrazados jugando» y para eso es indispensable la potencia de la actuación, porque si vos pensás en las escenas de «Las ciencias naturales», todo podría ser de otra manera, ¿por qué van a ver al caudillo y no a un ministro?¿por qué van a ver a una tribu y por qué esa tribu es así, por qué no van a otro lado? No hay una trama que los obligue a hacer un recorrido determinado, de modo que la única forma en que eso funcione es que la actuación vaya absolutamente a fondo para que vos como espectador no te preguntes nada. Es como si yo te invitara a una fiesta, si hay buena bebida, gente divertida y buena la música no te vas preguntar de quién es el cumpleaños, es un poco eso, la actuación armando la fiesta de la ficción.

Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille

– Hablabas de los indios, que remiten a los de «Una expedición a los indios ranqueles» de Lucio Mansilla.
– Es un libro maravilloso, lo releí mucho cuando estaba escribiendo la obra, es increíble el tono de comedia que tiene. Los escritores del siglo XIX de Argentina eran todos muy buenos pero con los indios a casi todos se les escapa la tortuga, como diría Maradona, porque ninguno tiene una mirada más inteligente, y la que tiene Mansilla es bárbara, no es ni una mirada solemne de «no, hay cuidar… y no sé qué», sino que es una mirada muy buena, que tiene sarcasmo y cinismo pero a la vez es compasiva y divertida. Todo ese bloque es un claro homenaje, por llamarlo de alguna manera, a ese libro y de hecho había puesto un montón de cosas más relacionadas con el libro que después fui cortando, porque incluso en la desmesura hay que tener mesura, pero es cierto que hay referencias claras como el ritual del Japaí u otras, después, la fiesta electrónica que armamos es un delirio nuestro. También el cacique Epuñamén tiene un poco eso de los indios de César Aira que siempre parecen más un profesor de historia que un cacique o lo que uno imaginaría que tiene que ser un cacique por la historia de la literatura más tradicional, Epuñamén es un cacique más inteligente, que organiza malones para robar libros, a la vez bisexual, es como mucho más corrido y parece que en la tribu el gobierno lo maneja la mujer y no él, él está en la cosa más filosófica pero la cuestión monetaria está más a cargo de Yuyito (Nusselmbaum).

«Cuando voy a escribir una obra nueva siento que tiene que haber algo que quiero investigar, aun si quisiera hacer algo parecido a lo que ya hice no me saldría, además de que en la Saga Europea la idea es que cada una de las obras tenga como un componente distinto»

– ¿Cómo manejás los bordes de la desmesura?
– Cuando voy a escribir una obra nueva siento que tiene que haber algo que quiero investigar, aun si quisiera hacer algo parecido a lo que ya hice no me saldría, además de que en la Saga Europea la idea es que cada una de las obras tenga como un componente distinto, si bien la idea es que tengan puntos de conexión. En este caso tuve muy claro desde el vamos esta idea de una aventura demencial porque también lo que me gustaba era pensar que estos europeos que llegan a la Argentina llegan como a un mundo que tiene unas reglas que son muy distintas a las reglas del mundo, es un mundo muy distorsionado, es como si llegaran a otro planeta, que es la Argentina.

Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille

– ¿Por qué la Saga Europea?
– Yo trabajo mucho en relación con la literatura argentina, me considero un escritor argentino y trabajo mucho con mi tradición y el Siglo XIX es el origen de la literatura argentina como el origen de la nación, siempre hago el mismo chiste porque medio que los que fundaron la nación son los mismos que fundaron la literatura argentina, Sarmiento, Echeverría, Mitre, casi todos eran militares, políticos y escritores y entonces yo siempre digo que quisieron fundar un país y fundaron una literatura. Si la idea es repensar los mitos literarios y trabajar de algún modo con la identidad de la literatura argentina y la Argentina, me parecía que había que pararse ahí.


Fuente: Télam

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