Belén Sepúlveda, cuya historia destacó el presidente Alberto Fernández en la apertura de las sesiones legislativas del Congreso, sostuvo este jueves que la Cooperativa Auge de La Plata, en la que trabaja, le “cambió la vida” a ella y «al barrio».
Tiene 35 años, es madre soltera, fue víctima de género y tiene tres hijos: Ainara de 13; León de 11 y Sofía de 7.
En diálogo con Radio Télam señaló que la cooperativa ubicada en el barrio Cristo Rey le «cambió la vida» tanto a ella «como al barrio», y explicó que su tarea es la de ayudar al oficial de electricidad.
«Yo soy la que le alcanza las cosas. Él me enseñó a poner tomas, me enseñó a poner las llaves, me enseñó a poner luces, a empalmar, gracias a él aprendí demasiado, si me mandás a poner un toma, tranquilamente lo puedo instalar”, aseguró.
“La vida me cambió en todo, estoy trabajando cerca de mi casa, cerca de mis hijos, tengo un sueldo y estamos reparando las casas del barrio”, destacó Belén.
Luego remarcó que en el barrio “hay casas muy precarias” con “cables muy precarios” y que, debido a esa situación, “muchas casas se han prendido fuego años anteriores”.
“Gracias a la cooperativa, si querés prender una luz podés hacerlo tranquilamente, si querés enchufar algo sabés que no te va a agarrar corriente. Todo está todo bien instalado y conectado porque tenemos buenos materiales, protectores y disyuntores”, resaltó.
Belén sostuvo que “nunca hay que bajar los brazos”, y que “siempre hay que seguir adelante”.
Contó que logró hablar con Victoria Tolosa Paz cuando la ministra de Desarrollo Social estaba recorriendo el barrio en un momento en el que ella la estaba pasando mal, “económica y emocionalmente”.
“Pasó un tiempo, vinieron los de la Cooperativa y ahí me dijeron cuál era el proyecto que iban a hacer en el barrio, y que yo estaba adentro. Imaginate mi felicidad, claro, cerca de casa, cerca de mis hijos, un buen sueldo, y más haciendo algo bueno para el barrio como por ejemplo las conexiones de luces y la seguridad”, dijo.
La cooperativa se creó bajo el programa Obras Tempranas de la Secretaría de Integración Social y Urbana del Ministerio de Desarrollo Social, gracias a la Ley de Aporte Solidario y Extraordinario a las grandes fortunas que aprobó el Congreso.
“Yo he trabajado de todo, hice de todo en mi vida, no tenía vergüenza de nada y no nunca dije no. Mi hijo León, por ejemplo, dice ‘mi mamá es electricista’. Y le digo: ‘no Leo, soy ayudante de electricista. Pero tiene muchos compañeros de la escuela que son vecinos y cuando llego a la casa dicen: ‘Ay, vos sos la mamá de León, la electricista. A mí me da ternura y orgullo’”, describió.
“Cuando el señor Presidente estaba hablando de que la cooperativa me cambió la vida, fue así. Por eso, en un momento, me largué a llorar porque dije que fue así. Me cambió la vida porque en ese momento la estaba pasando mal y donde aparece una cooperativa te da una mano en todo”, destacó.
“Hay muchas, muchas Belén, y todas tienen que saber que se puede, que siempre va a haber alguien que te va a escuchar. Y ese alguien te va a dar esa ayuda como yo la recibí gracias a la cooperativa”, explicó con cierta efusividad, y agregó que se preguntaba por qué le pasaba «todo» a ella mientras esperaba que sus hijos fueran a acostarse «para llorar».
“La pasé tan mal, tan mal, pero llegó mi salvación: entrar a la cooperativa. Hoy en día a mi hija le gusta jugar a la pelota, me pide unos botines y yo se los voy a comprar porque ahora puedo”, aseveró.
Sobre el final de la apertura de las sesiones ordinarias, el Presidente destacó que Belén “trabaja como asistente de electricista en la Cooperativa Auge, que busca resolver los problemas de instalaciones en las viviendas de sus vecinos”, y señaló que ella “fue víctima de violencia de género y había perdido su trabajo por las condiciones físicas y emocionales en las que iba a cumplir su tarea”.
Hoy, la vida de Belén cambió para bien y percibe un horizonte hacia el que dirigir sus sueños y sus esfuerzos.
Fuente: Télam
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