Así lo aseguraron especialistas, sobre este tipo de psicopatología, ligada a la incapacidad de ceder al impulso del hurto. «No tiene tanto que ver con el objeto que se roba, sino con la imposibilidad de resistirse al impulso, es decir, las personas son empujadas internamente a cometer esos actos para sentirse aliviadas», explicó a Télam Diego Quindimil, psicólogo y docente.
Fuente: Télam
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