La cantante argentina Camila Arriva, radicada en Berlín (Alemania), lanzó «Mujeres», un disco que tiene la particularidad de estar integrado por tangos -clásicos y nuevos-, creados, interpretados y grabados únicamente por mujeres. y realizado desde una perspectiva de género.
«Quiero este trabajo sea la puerta de entrada a mucho más material con esta perspectiva, con este carácter, porque al fin siento que puedo ser genuina y que tengo una identidad; al fin siento que tengo algo que contar al mundo cantando», manifestó Arriva en alusión a su segundo álbum.
En «Mujeres», la cantante presenta desde una sonoridad actual y vinculada al baile, versiones de piezas de compositoras clave en la canción criolla de principios del siglo XX como Azucena Maizani («Pero yo sé») y Mercedes Simone («Cantando»), que cruza con compositoras de hoy como Maia Castro y Verónica Bellini, quienes hablan de acoso callejero y femicidio, en «Simplemente» y «Ni una menos», respectivamente.
Noelia Sinkunas en piano, arreglos y dirección; Sofía Calvet en bandoneón, Sara Ryan en violín y Mariana Borghi en contrabajo, acompañan a la intérprete en esta aventura musical, que abarca un amplio repertorio, que abre con «Amor sin aventura» una canción de Eladia Blázquez.
Arriva es licenciada en Artes Musicales con orientación en Canto de la Universidad Nacional de las Artes (Buenos Aires); en su primer álbum, «Canciones que traigo», se presentó como cantante popular; y en su faceta lírica participó de producciones operísticas y conciertos de cámara en salas argentinas y europeas.
«Tengo una formación académica y por mucho tiempo busqué la perfección técnica e interpretativa abordando idiomas y géneros muy ajenos a mí; entrar en el mundo del tango fue un desafío enorme, de abandono y de construcción de principios», sintetizó la vocalista.
La joven nacida en la localidad bonaerense de Lanús vuelve al ruedo discográfico con una clara intención: «Visibilizar la labor femenina, militar para que haya más voces y bandas femeninas sonando en las milongas; para que haya más mujeres girando por festivales- respetando la ley de cupo-; para que la gente no se horrorice cuando hay mujeres que bailan tango entre ellas o hacen el rol de líder».
«Este trabajo -continuó- es el principio formal de algo que se viene gestando hace unos años. La mezcla entre lo que fui lo que soy y lo que quiero ser como cantante; lo que quiero visibilizar del tango y lo que quiero militar como mujer.»
– Télam: ¿Cómo surge la idea de realizar un disco íntegramente por mujeres?
– Camila Arriva: Desde que empecé a bailar y a cantar tango, mi necesidad fue buscar el lugar que tuvieron y que tienen las mujeres en este ámbito. Quería que además de las compositoras, sean mujeres las que toquen y graben, dirijan, arreglen y diseñen.
– T: En el álbum conviven tangos clásicos con otros nuevos como «Ni una menos» y «Simplemente», que ponen el foco en el femicidio y el acoso callejero.
– CA: Investigué mucho y fui seleccionando en base a querer mostrar con eclecticismo las cosas que me interpelaban. Eladia Blázquez no podía estar ausente en la selección; cuando escuché «Amor sin aventura» por primera vez, supe que iba a ser el corte delmi disco: por su contenido, por su fuerza y porque de Eladia es una de las primeras canciones que recuerdo haber cantado. La idea de incluir clásicos como «Pero yo sé» y «El adiós» es, justamente, para recalcar que ya en la milonga estos temas se bailan y quizás muchxs ignoran que están compuestos por Azucena y Maruja (Pacheco Huergo). Tampoco podían faltar «Cantando», de Simone, «Soñando», de Bernardo. y el adorado vals «Desde el alma», de Rosita Melo. Y están presentes dos temas centrales que ocupan al feminismo: el femicidio -muy bien narrado por Vero Bellini (del grupo China Cruel)- en «Ni una menos»; y el tema del acoso callejero, desde la magnífica milonga de Maia Castro.
– T:¿La distancia te acerca más aún al tango?
– CA: A veces pienso si hubiese llegado al tango de no haberme ido. Berlín me permitió hacer del tango un mundo nuevo; es, para mí, el polo tanguero europeo más amable para vivir. Acá entré a una milonga por primera vez y la sensación de ver a toda esa gente abrazada, bailando música en nuestro idioma, limpió automáticamente la frustración que traía como cantante lírica. Ese día supe que en el tango me iba a quedar para siempre. Por otro lado, cada vez que viajo y canto en las milongas porteñas, me cruzo con tanta gente tan grossa y dispuesta a hacer cosas y siento ese tango que realmente sacude las baldosas. Ahí se me hace muy difícil volver a Alemania.
Fuente: Télam
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