La avaricia rompe el saco
El catedrático Roque de Barcia aconseja no confundir avaricia con ambición y codicia. La ambición busca el mando, el poder, los honores, el aura pública… Claro, el ambicioso es capaz de extasiarse hasta el orgasmo viendo un rey sentado en su trono, sueña con un cetro…
Pero también hay que decir que la ambición es capaz de grandes ideas y de grandes hechos, encaminada a buenos fines la ambición puede plasmarse como una inmensa virtud social… ¡Y sí! Hablamos de la ambición que vuela, no de la que se arrastra…
La codicia querría ser propietaria de toda la ciudad, toda la tierra, el codicioso tiene la vista como derramada porque va mirando a todas partes, quiere ver todo aquello de que podría ser amo… ¡Y sí! La codicia es siempre egoísta y envidiosa. Y coincide con la avaricia en que son dos vicios degradantes…
¿Qué busca la avaricia? ¡Dinero, monedas de oro!… El avaro suspende el aliento y aplica la oreja cuando oye ruido de metal… ¡Ay se rompió el saco!…
¿De dónde proviene el dicho “La avaricia rompe el saco”? De una antigua leyenda popular en la cual un ladrón iba llenando un saco con las monedas que robaba. Cuando llenó el saco, lo apretó para abrir espacio así entraban más monedas, y el saco se rompió, las monedas echaron a rodar y, si bien el ladrón perdió toooda su recaudación, la gente supo recolectar tooodo el dinero caído… Tanto pretender el control sobre los bienes o las ganancias, acaban por ser causa de la temida pérdida…
Al principio, el refrán era “La codicia rompe el saco”, por eso quise emparentarlos. Dos caras de una misma moneda… La sabiduría popular condena moralmente a quienes se desesperan por concentrar bienes y riquezas, y por perder perspectiva se arriesgan a sufrir el efecto contrario al deseado…
A ver, Piter-G, españolillo rapero, cuéntanos cómo anda tu avaricia, ¿ya se te ha roto el saco?
Fuente: Télam
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