Los dos hinchas de Newell’s Old Boys sospechosos de haber asesinado a pedradas a la simpatizante de Rosario Central, Ivana Garcilazo, el pasado 30 de septiembre después del clásico rosarino, fueron identificados este miércoles como un docente de nivel secundario y el coordinador de divisiones inferiores de un club, informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Se trata de Damián Reinfestuel y Ariel Cabrera, respectivamente, quienes aparecen en imágenes de cámaras de seguridad del barrio Parque en momentos en que escapan de la escena del crimen de Ivana Garcilazo, de 32 años, apedreada en la esquina de Ovidio Lagos y Montevideo, alrededor de las 19.40 del sábado 30 de septiembre último.
Ambos están prófugos desde que ayer martes el fiscal que investiga el homicidio, Gastón Ávila, ordenó allanar sus domicilios y el de familiares, con resultado negativo.
Además, Reinfestuel renunció a su cargo de docente de Química en la escuela donde dictaba la materia, luego de haber solicitado una licencia por enfermedad, explicó el fiscal.
Mientras que Cabrera “cambió su apariencia física” una vez que el MPA logró identificarlo, cortándose el pelo que desde hacía cinco años utilizaba atado con rodete, “y abandonó su lugar de residencia”, agregó Ávila en una rueda de prensa.
Por la tarde, un grupo de personas saqueó y rompió la vivienda de Reinfestuel, ubicada en la localidad de Pérez, lindera con Rosario hacia el oeste.
Según fuentes policiales, un grupo de personas ingresó al domicilio ubicado en el barrio Villa América de esa ciudad, de la robó muebles y objetos y destruyó parte del inmueble.
El ataque a la vivienda ocurrió luego de que la Fiscalía diera a conocer las identidades y fotografías de los sospechosos del crimen de Garcilazo, sobre quienes existe una orden de detención y la prohibición de salir del país, y que se encuentran prófugos.
Voceros policiales dijeron a Télam que no estaba claro si quienes ingresaron a la vivienda eran vecinos de la zona o personas que llegaron hasta el lugar una vez conocida las identidades de los sospechosos del crimen.
De acuerdo a los datos judiciales, Reinfestuel aparece en un video vestido con una remera celeste y pantalón y mochila negra, corriendo por Montevideo al 2700, a media cuadra de Ovidio Lagos, y se lo observa arrojar al cantero de un árbol una eslinga que le habría robado a Sergio, la pareja de Garcilazo, con quien se habría peleado tras el crimen.
En tanto, Cabrera fue captado por las cámaras vestido con una remera roja, un pantalón azul y una campera negra atada a la cintura, mientras consulta su celular y camina por la calle Ricchieri al 1400, a unas tres cuadras de la escena del crimen, en una actitud sospechosa en la que frena su caminata, mira hacia todos lados y vuelve sobre sus pasos.
Por su parte, el abogado de la familia Garcilazo, Marcos Cella, dijo a Télam que “a los sospechosos de este crimen aberrante y cobarde les aconsejo que se entreguen”.
Voceros del MPA informaron que ambos acusados poseen pedido de captura y prohibición de salir del país, mientras que un informe de la Dirección Nacional de Migraciones descartó que lo hayan abandonado por los pasos fronterizos legales.
Ivana, quien trabajaba como delivery, fue asesinada el 30 de septiembre cuando iba a bordo de su moto y recibió una pedrada en el cráneo que la hizo caer del rodado y dar su cabeza contra la calzada en la esquina de Ovidio Lagos y Montevideo, cerca del estadio de Newell’s, en el Parque Independencia.
El fiscal explicó que decidió hacer públicas las imágenes de los sospechosos –lo cual le impide una potencial rueda de reconocimiento posterior- porque “tenemos un caudal de información importante para poder tener un grado de certeza que estas dos personas estuvieron involucradas”.
Ávila reveló que hay una tercera persona involucrada en el caso, señalada por testigos como alguien que también tiraba piedras en la esquina del asesinato, cuya identidad mantendrá en reserva.
Acerca de los sospechosos buscados, dijo que “uno de ellos (Reinfestuel) un día después del clásico abandonó su rutina habitual, dejó de utilizar su teléfono, dejó de asistir a la escuela donde daba clases”.
“El otro continuó con su vida normal, pero cuando logramos su identificación cambió su apariencia física”, añadió el fiscal en relación a Cabrera.
También dijo que de acuerdo a la investigación, la misma noche del partido y el ataque a piedrazos a la mujer, se comunicaron telefónicamente y luego se reunieron en la vivienda de Reinfestuel, ubicada en la localidad de Pérez, lindera con Rosario hacia el oeste.
Los dos sospechosos vieron el partido entre Newell’s y Rosario Central en la casa de un tercero, amigo de ambos, ubicada a unas 30 cuadras del sitio donde ocurrió el homicidio.
“Me sorprende que son personas que se dedican a la docencia, con jóvenes y menores de edad”, sostuvo el fiscal, para agregar que “uno de los pilares de la sociedad está puesto en la educación de las personas, eso es llamativo”.
Fuente: Télam
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