A partir de la década del 50 la actuación argentina comenzó un cambio vertiginoso gracias la actriz, docente y directora austríaca Hedy Crilla, un nombre casi ignoto fuera de un minúsculo grupo pero cuyo trabajo ha abierto un camino para la interpretación nacional que la realizadora Luciana Murujosa desanda en «Hedy Crilla, maestra de actores», film que se estrena hoy en el porteño Gaumont y que luego llegará al Cultural San Martín.
«El legado de Hedy está presente de una manera anónima -plantea Murujosa-. De hecho, casi que podría decirse que todos los caminos conducen a ella. Yo misma me di cuenta de que mi propia experiencia conducía a ella. Estamos todos ligados a Hedy, aunque esto se volvió en algo invisible, al igual que muchos ejercicios que eran de ella. Para hacer ese legado tangible, muchos actores que hoy admiramos, como Leonardo Sbaraglia o Julio Chávez vienen de esa raíz porque fueron alumnos de Alezzo; o Boy Olmi fue alumno directamente de Hedy».
De qué trata el film
La producción narra la vida de la actriz nacida en Viena en 1898 y que, perseguida por el nazismo por su origen judío, migró a Argentina, donde se reconvirtió en docente y directora de teatro. La cinta también cuenta con un impecable material de archivo y testimonios de Agustín Alezzo, Augusto Fernandes, Helena Tritek, Luisa Kuliok, Cora Roca y Pochi Ducase, entre otros.
La película, además, cuenta con la música original compuesta por Lucio Bruno-Videla para un cuarteto de cuerdas (piano-viola-violín-chelo) y la vocalización de una soprano, basada en un lied de Franz Schubert, inspirado en el pasaje «Margarita en la rueca», del «Fausto» de Johann Wolfgang von Goethe, un personaje que persiguió a Crilla durante toda su vida.
Hedy Crilla falleció en 1984, dejando detrás una vida en la que se la reconoce, entre otras, como la persona que introdujo el Método de Stanislavski, adaptándolo a su experiencia, que forma a una gran cantidad de actores, directores y maestros que propagan su legado, revolucionando así el estilo de actuación.
Télam: A los entrevistados se los ve muy emocionados en la película, ¿cómo transitaste ese rodaje?
Luciana Murujosa: Fue muy interesante. Primero tuve encuentros informales y a partir de eso, generé un plan de rodaje. El montaje es tirano porque tuve que hacer una selección muy poco sencilla. Obviamente que podía hacer un rejunte de entrevistas, pero la idea era que la película mantuviese un equilibrio y una estructura. Y ese vínculo con ellos me quedó para siempre. Y al mismo tiempo que ellos se emocionaban lo hacía yo. Sin conocernos generamos un vínculo amoroso. No me sonrojo al decir que Hedy también es mi maestra en este camino hacia mi ópera prima.
-Hay un pasaje de Margarita de «Fausto» que es recurrente en Hedy. ¿Creés que hay una unión entre ella y el trágico personaje de Goethe?
-No sé si puedo responder esta pregunta en su totalidad. En un documental uno no puede contar todo. Hay partes de la vida de Hedy que yo no conté porque no había forma de que quedase orgánico. Con un conocimiento más amplio de ella, sí te puedo decir que tenía una visión romántica de la vida. Para los germanos el romanticismo es casi inherente y ella estaba atravesada por eso. Seguramente haya un relación, al final, entre ambas porque Hedy fue engañada en varios aspectos y momentos de su vida, como Margarita, y al final consigue una redención, que era la de cambiar la historia del teatro argentino y en la formación de otros actores, no sólo profesional, sino también en la vida.
-Todos hacen hincapié en el rol de la palabra en el «método» de Hedy. ¿Creés que al ser extranjera podía tomar distancia y ver con mayor «objetividad» el uso del español?
-Seguramente, sí. Es muy probable que ella fuera más objetiva en el uso del español y el idioma en sí mismo. Ella decía que el español es una lengua hermosa, llena de vocales. Y seguramente uno, que está inmiscuido en este idioma, no se da cuenta de esa belleza, como quienes hablaban de «tú» en las décadas del 40 y el 50, cuando en Buenos Aires hablamos de «vos». Ella se dio cuenta de eso, por ejemplo. También hay algo con este método, que es que está ligado con la música y debe tener que ver con cómo los austríacos tienen internalizado en su ser la música. Ella planteaba que todo lo que parece muy simple en el idioma es muy difícil de aprender y ella buscaba la oración, la palabra y la sílaba más importante y cómo se dice para que tenga un sentido. Y eso tiene que ver con la música. Y esto está vinculado con el ritmo, que es algo que ella menciona en su método. Eso le da un sentido particular a lo que se dice.
-¿Por qué creés que el nombre de Hedy Crilla no tiene el debido reconocimiento?
-Creo que somos una sociedad, en general, que olvida fácil, que no es adepto a la conservación. En cine perdimos el 80% del material y en música 200 sinfonías. Hemos perdido mucho de la televisión. No somos de conservar como sociedad.
Por otro lado, creo que el hecho de que fuese mujer contribuyó a que su nombre no quedase más firme, sobre todo porque estaba en la retaguardia. Y el hecho de que fuera muy severa puedo haber jugado en contra. Todos lo dicen. Pero aún así, mucha gente pudo tomar esas críticas de ella y hoy están agradecidos. Era muy dura, pero al mismo tiempo era muy generosa. Por suerte, sus alumnos nunca dejaron de mencionarla. Estaría bueno que, con tantas escuelas de actuación, se pudiera dar algo de historia del teatro.
Fuente: Télam
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