Pronuncia con elegancia los nombres en francés, pero cuela en su charla expresiones netamente porteñas. Tiene un rostro con reminiscencias eslavas pero vive en el barrio de San Cristóbal. Cantó el Himno nacional argentino durante los festejos del Bicentenario en la Avenida 9 de Julio y ahora lanzó una producción que homenajea a Barbara, una emblemática cantante francesa de los años sesenta, que le dio voz a las preocupaciones y sentires de las mujeres de su época.
Todas estas facetas componen la personalidad de Vera Cirkovik, una francesa que dejó su país para afincarse en la Argentina hace más de 20 años y por estos días vuelve a sus orígenes a partir de un homenaje a la “chansonista” francesa, interpretando sus temas por primera vez en español.
El backstage de la grabación con Lito Vitale
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Cuenta que llegó al país por primera vez para cantar como valquiria para la compañía de Ópera de Buenos Aires. Fue en el Auditorio de Belgrano y en aquella sala coincidió, curiosamente, con gente que sería fundamental en su futuro. Por un lado la Orquesta del Teatro Colón, con la cual se presentó innumerables veces dentro y fuera del máximo coliseo. Y por otro, el tenor y ex combatiente de Malvinas Darío Volonté, hoy su esposo, y el motivo de que se haya afincado en la Argentina.
“Ahí nos conocimos, pero nos reencontramos cuando volví a la Argentina para hacer “Tosca”. Entonces Darío debutaba en el rol principal de Cavaradossi. Después nos cruzamos en otras actuaciones en Europa y nuestra historia se fue afianzando”, cuenta como si aquel amor fuese el argumento de una de las óperas que ambos protagonizaron.
En principio Vera probó de repartir su año entre Buenos Aires y las capitales europeas. Ni siquiera intentó convencerlo a Volonté de instalarse fuera de la Argentina. “Además de su historia, conozco pocos argentinos que sean tan nacionalistas como él, tan arraigado a su cultura, a sus costumbres, a su comida. Así que entendí que tenía que quedarme acá”, confiesa y señala la casa de San Cristóbal donde ambos construyeron su refugio, con un ginko inmenso en el jardín y cientos de plantas que la transforman en una selva urbana y música por todas partes.
La interpretación del himno junto a Volonté, también en Rosario
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Aunque señala que lleva en la sangre el desarraigo ya que sus padres habían llegado a París provenientes de los Balcanes, la cantante asegura, con las emociones a flor de piel: “Extraño un montón y cada vez más. Es duro ir a actuar a Europa y ver a los amigos irse en subte, despedirse y no saber cuándo se los volverá a ver”.
Luego reflexiona: “Amo profundamente vivir en la Argentina. Pero sé que no puedo estar completa en ninguna parte y tengo que aprender a vivir así”.
Radicada en la Argentina desde hace dos décadas, la mezzosoprano se enorgullece de haber actuado en el Teatro Colón y en grandes teatros del país. Pero también de haber recorrido estadios y plazas. “Con Darío hicimos un lindo dúo y llevamos la ópera a grandes espacios, a lugares impensados, buscando un espectáculo de calidad pero para un público más amplio”, define e insiste en el concepto de «masificar» el arte y señala algunos hitos: una plaza en Tucumán, un estadio en Salta y la entonación del Himno Nacional en los festejos del Bicentenario en la avenida 9 de Julio.
«Sé que no puedo estar completa en ninguna parte y tengo que aprender a vivir así»
De modo individual, también decidió gestar sus propios proyectos en un registro que va de la ópera francesa, italiana o alemana, la música sacra y la música contemporánea. “Hace cinco o seis años hice un show de chanson francesa, interpretando temas de distintos autores, comenzando por Edith Piaff, quizás la más conocida en la Argentina. Después retomé un ciclo que hacía en Francia Leo Ferrer sobre los poetas malditos y me di el gusto de llevarlo a Francia, a la Ópera Nacional de Montpellier”, reseña.
Vera canta a Barbara en español junto a Lito Vitale
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Para el proyecto que actualmente tiene entre manos tuvieron que confluir su nostalgia por su país de origen y el azar. José María Perazzo, un argentino que vive en Nueva York, la vio en un espectáculo sobre “chansonistas franceses” y le ofreció las canciones de una de ellas: Barbara, que él mismo había traducido al español.
“Yo ya había hecho ‘El águila negra’ de Bárbara y otras canciones. Me fascinaba su personalidad, que fuese compositora y le diese voz a la mujer. Escribió sobre mujeres presas, mujeres con SIDA y sobre cuestiones cotidianas, como la despedida de alguien que es la amante, la segunda en cuestión”, sintetiza y se alegra de haberle contagiado ese entusiasmo a Lito Vitale, quien la acompaña en las grabaciones y también estará presente en el espectáculo del 6 de junio en el Café Berlín, en el que presentará el trabajo con el que vuelve a sus raíces: un disco doble con canciones en francés y en español.
Fuente: Télam
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