No hay postal completa de la ciudad de Nueva York sin el puente de Brooklyn. Y esto es así desde hace exactamente 140 años, cuando el 24 de mayo de 1883 se inauguró esta maravilla arquitectónica de 1.825 metros de largo y 84 metros de alto que une Manhattan con Brooklyn y que reemplazó al transbordador.
La construcción comenzó el 3 de enero de 1870 y demandó más de trece años de trabajo, un presupuesto de 15,1 millones de dólares y la vida de una veintena de operarios.
El día de la inauguración lo cruzaron unas 150 mil personas, muchas de ellas a pie, en un recorrido que actualmente lleva entre 45 minutos y una hora. La primera en hacerlo fue Emily Roebling -nuera John Roebling, el diseñador del puente que falleció sin ver su obra terminada-, luego de pagar un centavo de peaje, como todos los demás transeúntes.
Números y curiosidades
Construirlo llevó 6.740 toneladas de materiales. Es sostenido por cuatro cables de 1.090 metros de largo y 40 centímetros de espesor cada uno. Con sus 486 metros del tramo principal fue hasta 1903 el puente colgante más largo del mundo.
Entre quienes dejaron la vida en la obra, el primero fue el diseñador, John A. Roebling, que sufrió el aplastamiento de un pie y la posterior amputación de sus dedos. Poco después murió de tétanos.
Originalmente se llamó Puente de Nueva York y Brooklyn, luego Puente del East River y en 1915 adoptó su nombre definitivo, Puente de Brooklyn.
A pocas semanas de su inauguración se produjo una insólita tragedia. A una mujer se le quedó enganchado el taco de un zapato en una madera, empezó a gritar y los cientos que estaban cruzando creyeron que se estaba cayendo el puente y se desató una estampida. Doce personas murieron aplastadas y decenas resultaron heridas.
Actualmente, lo cruzan más de 140 mil vehículos por día (no se cobra peaje), además de unos 4000 peatones y unas 2600 bicicletas. Posee 6 carriles para vehículos en el nivel inferior (3 para cada mano) mientras que el piso superior es para peatones y ciclistas.
Para disfrutarlo en zapatillas
Nada mejor que recorrer el puente a pie porque desde tiene las mejores vistas de la ciudad. En menos de una hora se puede cruzarlo de punta a punta.
Desde Manhattan, la estación de metro más cercana es Brooklyn Bridge-City Hall porque, precisamente, la rampa de acceso está frente al Ayuntamiento.
Desde Brooklyn –en el barrio Dumbo- las estaciones más próximas son York St y High St–Brooklyn Bridge.
Finalmente, los nostálgicos pueden llegar a Dumbo desde la otra orilla en el histórico ferry y regresar caminando.
Fuente: Télam
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