Considerado de manera unánime como uno de los grandes referentes del piano dentro del jazz, exintegrante de la célebre Jazz Messengers liderada por Art Blakey, y dueño de una extensa trayectoria en la que aparecen nombres de la talla de Oscar Peterson, Freddie Hubbard, Betty Carter y Walter Bishop, Benny Green debutará en suelo argentino mañana y el viernes en Bebop Club, en el barrio porteño de Palermo.
Se tratará de dos funciones en cada jornada, a las 20 y a las 22.45, en la que uno de los más importantes nombres contemporáneos del género ofrecerá un set de solo piano y sumará al trompetista local Mariano Loiácono en algunos temas como invitado especial.
«Estuve a punto de venir a Argentina varias veces pero finalmente nunca lo hice, así que estoy muy emocionado. Estaré tocando mi último álbum («Solo») y algunas otras canciones. Quiero ser yo mismo en el escenario y compartir mi música con la gente. ¡Escuché buenas cosas sobre la audiencia en Argentina!», expresó Green en una entrevista con Télam antes de su arribo al país.
Y anticipó: «Estoy muy centrado en los conciertos de piano solo. Durante la pandemia, pasé mucho tiempo con mi piano en casa debido al aislamiento. Así que pensé que era una buena oportunidad para mejorar mi interpretación como solista. Por supuesto que había tocado solo con mi piano antes, pero la mayor parte de mi carrera hice tríos. Ahora es el momento del piano solo y lo disfruto mucho«.
Sin embargo, se reservará algunos pasajes del concierto para compartir escenario con Mariano Loiácono, por lo que se prevé un interesante diálogo musical entre el piano y la trompeta.
«Anoche con mi esposa buscamos algunos videos en YouTube de Mariano. Dejame decirte que me sorprendió. Es un gran intérprete. No puedo prever a dónde nos llevará la música, pero estoy seguro de que será a un lugar agradable», se entusiasmó.
Nacido en Nueva York, hijo de un padre saxofonista y con estudios de piano clásico en Berkeley, California, Green hizo su irrupción en la escena jazzera de su ciudad natal en la década del 80.
Discípulo de Walter Bishop, acompañó siendo muy joven a músicos como Fay Carroll, Eddie Henderson, Bobby Watson y Betty Carter, además de integrar una big band dirigida por Chuck Israels.
Ya hacia finales de los ’80, fue parte durante dos años de Jazz Messengers, de ahí pasó a integrar el grupo de Freddie Hubbard y participó del trío de Ray Brown. En los años siguientes, además de comandar su propio trío, colaboró con Diana Krall y grabó un disco con Oscar Peterson, su padrino musical cuando ganó en 1993 el prestigioso galardón Glen Gould International Protege Price.
En diálogo con esta agencia, Green repasó parte de su extensa trayectoria y dejó algunas reflexiones en torno al jazz como género y a su legado como pianista.
– Fuiste miembro de Jazz Messengers durante varios años. ¿Cuál fue tu principal aprendizaje en esa etapa?
– Art fue un verdadero maestro. No hablaba demasiado pero cuando decía algo siempre eran las palabras correctas. Recuerdo la energía en el escenario, tocar alrededor del mundo, más de un set por noche siempre, la música tan intensa. La banda se «cocinaba» todas las noches. Una de las mejores experiencias de mi vida.
– Entre otras figuras, tocaste con Art Blakey, Freddie Hubbard, Ray Brown y Arnett Cobb. Ninguno de ellos es pianista. ¿Cómo incorporaste al piano lo que aprendiste de estos artistas que no eran precisamente pianistas?
– Bueno, mis mentores fueron pianistas, Walter David Jr. y Walter Bishop. Eran como padres cuando me mudé a Nueva York. Entonces, hablando de tocar con los maestros, puedo decir que cada experiencia que nombraste fue como un doctorado en Jazz. Betty Carter fue otra experiencia increíble. Betty quería un nuevo enfoque de la música cada noche. Solía decir: «¡Benny, no quiero tocar la misma mierda todas las noches!» (risas). Lo que quiero decir es que no importa qué instrumento toque el maestro, te enseñan de todos modos.
– ¿Qué significó Oscar Peterson en tu historia musical?
– ¡Qué puedo decir! El señor Peterson fue un verdadero maestro, mentor, amigo, familia. Hicimos una grabación juntos, uno de los mejores momentos de mi vida.
Mis mentores fueron pianistas, Walter David Jr. y Walter Bishop. Eran como padres cuando me mudé a Nueva York
– En tu repertorio hay canciones propias y lecturas de clásicos. ¿Qué rasgo personal sentís que incorporás a los clásicos cuando hacés tus versiones? ¿Cuál es tu búsqueda en esos casos?
– Intento poner mi voz y crear mi propia versión de lo que toco. En mi grabación de piano solo, hice algunos temas de algunos de mis héroes del piano, como James Williams, Cedar Walton, Horace Silver, Thelonious Monk. Me encanta tocar esas melodías y tratar de encontrar mi mensaje. Es un gran desafío para mí.
– ¿Cómo puede actualizarse el sonido del piano o tomar riesgos en un género musical que ya es un clásico como el jazz?
– Bueno, la música es movimiento, siempre está cambiando y tenés que ir por ese camino. Trato de mejorar cada día, buscando nuevas sensaciones, nueva música, acordes, sentimientos. El jazz es una música interminable.
– ¿Qué sentís que has aportado a la interpretación pianística del jazz a lo largo de tu carrera?
– No pienso en eso. Hay tantos maestros en la historia del jazz. Sigo haciendo mi camino, descubriendo música, aprendiendo. Si alguien es influenciado por mi actuación o mi música, estaré contento.
Fuente: Télam
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