El adolescente de 14 años que confesó haber matado a palazos a su amigo de la misma edad, Joaquín Sperani, en julio pasado en la localidad cordobesa de Laboulaye, fue restituido al cuidado de sus padres, luego de pasar casi cuatro meses en un centro para menores de edad de la capital provincial, medida que hoy fue cuestionada por la mamá de la víctima, informaron fuentes judiciales.
Así lo dispuso el Juzgado Control, Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar, Género y Faltas de Laboulaye, a cargo de Sebastián Moro.
En una resolución, se ordenó que «el joven no punible se reintegre a su medio familiar bajo la guarda de sus padres, en una residencia ubicada en otra localidad, es decir, fuera de Laboulaye», según informó el Poder Judicial de Córdoba en su página web institucional.
La justificación
Allí se explicó que la medida por la que el adolescente que había sido alojado para su resguardo en el Complejo Esperanza volvió al cuidado de sus padres, es de carácter «provisoria», y que su familia no se podrá mudar «sin la debida autorización judicial».
A la vez que impone de modo complementario que el joven se incorpore a un tratamiento multimodal psicoterapéutico, individual, grupal y familiar de tiempo prolongado, espacio al que también deberán sumarse los padres, para abordar las funciones inherentes al rol parental.
La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), con la modalidad de «supervisión en territorio», estará afectada al estricto control de cumplimiento de los requisitos.
La readecuación de la medida de resguardo había sido solicitada por el abogado defensor del adolescente, Raúl Palacios; como así también por su representante complementaria, la asesora letrada Mariana Ferreyra, quien fundó su presentación «en base a los lineamientos sentados por el Tribunal Superior de Justicia, en la sentencia N° 389», explica el comunicado.
Mientras, la causa penal juvenil para determinar fehacientemente la autoría o no del presunto agresor, continúa en proceso.
(S)El descontento de la mamá
Tras conocerse la resolución judicial, la madre de Sperani, Mariela Flores, aseguró hoy a Canal 12 de Córdoba que la liberación del homicida de su hijo le «cayó mal», como «un baldazo de agua fría» porque no lo esperaban, aunque aclaró que el chico «nunca estuvo detenido» y que su internación en un instituto respondía a «una medida cautelar» que había tomado el juez Moro, para su resguardo.
La mujer explicó que ella se enteró que la orden la dio el Tribunal Superior de Justicia el viernes por la noche, luego de que llegaran a la causa los resultados de las últimas pericias al adolescente imputado.
Flores dijo que la decisión de restituir al menor de edad a su familia fue tomada «porque el juez Moro tuvo varios habeas corpus porque supuestamente estaba violando los derechos del niño, los tratados que tiene Argentina de que un menor no puede estar detenido».
Para la mamá de Joaquín, los jueces «malinterpretaron las pericias que determinan que el chico tiene que ser restituido a sus padres».
«Hablan en las pericias que él no padece ninguna patología», dijo Flores pero opinó que el asesino de su hijo «en el momento del hecho sabía lo que estaba haciendo».
«Estamos hablando de una mente asesina. Nosotros y nuestros abogados estábamos buscando el patrón de la forma de asesinar que tiene. Yo estuve investigando y hablan que a veces las personas asesinas se llevan algo de sus víctimas y acá él se llevó el celular de mi hijo como trofeo», comentó.
«Él mató a su amigo y estuvo al lado mío y le dio placer ver todo lo que él vio», afirmó.
Para Flores, si no lo hubiese descubierto en su momento, este adolescente «quizás hubiese matado a otro chico más» y luego afirmó que podría volver a matar.
También reclamó «medidas de seguridad» para su familia, y para la de otro chico cuyo apellido fue escrito en un papel por el acusado y que para ella iba a ser «la segunda víctima».
«Tiene todos los patrones y las características de un asesino. ¿Cómo la justicia puede dejar esto al azar? Y pensar que se tiene que reinsertar a la sociedad y volver a una escuela», cuestionó.
A su vez, comentó que el asesino de su hijo «supuestamente» no va a vivir más en Laboulaye, pero «sí en otra ciudad de la provincia de Córdoba» que ella desconoce cuál es, donde les comentaron que «han comprado o están viviendo».
«Hasta le van a cambiar la identidad para que no pueda ser reconocido. Le van a dar el poder a un asesino. Y te duele», agregó.
Flores opinó que «es injusto» y agregó: «Mató a Joaquín como si nada. Estamos hablando de una mente perversa. ¿Cómo puede la justicia hablar de los derechos de él? ¿Y los derechos para Joaquín nunca existieron? Porque mi hijo está muerto y no respira. Estamos solo. Este no es un caso común».
La muerte
Joaquín Sperani (14) desapareció el 29 de junio cuando llegó a la escuela Ipem 278 «Malvinas Argentinas», de Laboulaye, donde dejó la bicicleta en el patio del colegio y se retiró sin ingresar a clases.
Los padres de Joaquín se alarmaron al no tener noticias suyas, y una vez que desde el establecimiento educativo le confirmaron que ese día no había concurrido, inmediatamente radicaron la denuncia y comenzaron con la búsqueda.
El domingo 2 julio, el cuerpo del adolescente fue hallado por vecinos en una vivienda deshabitada ubicada en la calle Sarmiento 480, a unos 100 metros de la escuela a la que asistía.
Las cámaras se seguridad de la zona analizadas mostraron el momento en el que el chico caminaba por la vereda de la escuela acompañado por el amigo y compañero de colegio que luego se quebró y confesó la autoría del crimen.
La autopsia determinó que el chico tenía múltiples golpes en la cabeza que le ocasionaron politraumatismo de cráneo y daño encefálico que derivó en su muerte, en tanto hasta el momento se desconoce el móvil y, según lo que se conoce de la causa, habría actuado solo y premeditado el hecho.
En el lugar se secuestró un elemento contundente, compatible con las marcas que presentaba el cadáver del adolescente, quien murió golpeado.
La autopsia determinó que Joaquín murió a causa de un traumatismo de cráneo y que sufrió un daño encefálico que le provocó la muerte inmediata, luego de recibir más de 10 golpes en la cabeza.
Fuente: Télam
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