Una decena de circuitos autoguiados para recorrer Buenos Aires en bicicleta, con la propuesta de descubrir el costado emergente y la identidad de cada uno de los barrios porteños, se presenta como una de las alternativas gratuitas a los paseos clásicos y otras principales actividades de la ciudad, y se enmarca en una tendencia amigable con el ambiente que crece en todas las grandes ciudades del mundo.
Un carrusel de más de 40 años, con escenas venecianas del siglo XVIII pintadas a mano en sus tres pisos; un mercado solidario que reúne producción de asambleas populares, cooperativas y pequeños productores; un mural gigante de Roberto Goyeneche creado con fotografías diminutas de vecinos; o una de las primeras iglesias construidas por la colectividad coreana, son apenas algunos sitios que se visibilizan en los paseos.
«Estos circuitos invitan a dejar de lado la selfie y a detenerse, observar y pensar la ciudad que se habita o visita antes de tomar la fotografía, contra la urgencia del día que, a veces, no permite prestar atención a lugares, edificios o monumentos que se transitan», cuenta a Télam Javier Rodríguez, gerente de Desarrollo Turístico del Ente de Turismo de la ciudad de Buenos Aires.
Los recorridos se proyectan entre lo histórico, lo cultural y el ecoturismo, y promueven «un entendimiento de lo que se va viendo y de la historia del barrio que se pedalea», precisa Rodríguez.
«La gente se queda con la imagen de algunos lugares de la ciudad porque tienen un poco más de marketing, pero, la mayoría de los barrios tienen sus atractivos y su propia historiaJavier Rodríguez
Cada una de las rutas está explicada en mapas interactivos que se pueden descargar de la página web del ente, y en los que también se detallan las ubicaciones de las estaciones de ecobicis, que se pueden utilizar de manera gratuita de lunes a viernes y con modalidad de pago los fines de semana, si no se dispone de movilidad propia.
Lo interesante de la propuesta es que ofrece una visión que escapa a los recorridos clásicos en un afán por descentralizar el turismo de la ciudad, y pone de relieve lo emergente, en paseos que cada uno puede realizar por su cuenta, a su tiempo, en cualquier día y a cualquier hora, e independientemente del pronóstico del tiempo.
«La gente se queda con la imagen de algunos lugares de la ciudad porque tienen un poco más de marketing, pero, la mayoría de los barrios tienen sus atractivos y su propia historia, que no son elegidos en primera instancia, y estos circuitos dan la posibilidad de conocerlos», evalúa.
Además de murales, clubes, edificios emblemáticos por su arquitectura y diseño, mitos y personas que construyen la cultura, hay rutas que invitan a sumergirse en entornos verdes, como los que se promueven entre Palermo y Recoleta, en el Paseo del Bajo o entre Saavedra, Villa Urquiza y Coghlan, que alberga uno de los parques más antiguos y el tercer espacio verde más grande de la ciudad.
«En los mapas se explica la historia del parque que se está recorriendo y cuál es el vínculo con la historia de la ciudad, o, por ejemplo, por qué existe tal tipo de vegetación», detalla Rodríguez.
Uno de los itinerarios más pedaleados es el del Paseo del Bajo, que comienza en Retiro, atraviesa los barrios de San Nicolás y Monserrat, expone el impacto que tuvo Puerto Madero en los últimos años, y cómo las mega construcciones se conectan con la reserva ecológica, para finalizar en San Telmo.
«Si se quiere modernidad, la mejor elección es el camino del Paseo del Bajo, mientras que el que conecta San Telmo y La Boca es un poco más bohemio, junto con Almagro, y los que atraviesan Caballito, Villa Crespo y Colegiales tienen que ver más con el estilo de vida barrial», explica una de las mentes detrás de la iniciativa Pedaleando BA.
Estos circuitos «se complementan -agrega- con los que conectan Saavedra, Villa Urquiza, Coghlan y Belgrano, la zona norte de la ciudad, donde se experimenta un poco más la costumbre y el día a día porteño, con lugares más de barrio, espacios de bares y la nueva modalidad de tragos y la gastronomía auténtica».
Para desconectar, se sugiere la ruta del pulmón verde de la ciudad integrada por Palermo y Costanera Norte, con el Parque Tres de Febrero, el Rosedal, el Planetario, el Paseo Fangio, inmerso en los Bosques de Palermo y donde uno de los pilotos más grandes de todos los tiempos debutó en 1948, y el Parque de la Memoria, entre muchos otros espacios verdes.
Si alguien está triste, una ruta que «tiene la energía para alegrar cualquier situación es la de Palermo Soho, con un montón de espacios y murales para recargar pilas, tan llena de arte que no se terminan de conocer todos sus atractivos, ni murales, artistas, locales, ni la ambientación de los sitios», sugiere Rodríguez, aunque no recomienda hacerla los fines de semana por la cantidad de gente que atrae.
Este proyecto nació en medio de la pandemia de coronavirus con la idea de que «el interesado pudiera moverse por la ciudad de forma autogestionada e independiente», con la «bicicleta como atractivo», una tendencia que pisa «cada vez más fuerte en las grandes ciudades del mundo» y que en Buenos Aires ya vio circular a más de 328.000 personas, explicó Rodríguez.
Detrás de los circuitos un equipo de guías del Ente de Turismo de CABA recorrió y mapeó cada barrio, registró descripciones de cada sitio, tomó fotografías y filmó videos, y, luego, junto a los equipos de Comunicación y Desarrollo Turístico, se curó el relevamiento, devenido en Pedaleando BA, que se enmarca en el programa Turismo en los Barrios.
Los mapas de los circuitos con referencias, direcciones, fotografías y otros atractivos cercanos, además de locales bici friendly y de servicios, como bicicleterías, y las direcciones de las estaciones de ecobicis que ofrece en Gobierno de CABA, se pueden descargar de forma gratuita.
Fuente: Télam
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