Se trata del comisario Rubén Edgardo Marcell (51), quien además fue desafectado de la fuerza por autoridades de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense, dijeron a Télam voceros de ese organismo.
Marcell estaba prófugo desde el pasado sábado, cuando se denunció el ataque, y se presentó este mediodía junto a su abogado en la sede de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en Violencia de Género de Tigre, a cargo del fiscal Diego Callegari.
El comisario mayor, además, enfrenta una imputación por «tenencia ilegal de arma de guerra», ya que secuestró en su casa un revólver 38 que no estaba registrado, y otra por «encubrimiento triplemente agravado», por tener una moto robada con patente adulterada.
Marcell, quien era el máximo jefe de la Estación Departamental de Escobar, que tiene el control de todas las comisarías del distrito, de la Unidad de Policía de Prevención Local, la Policía Rural y de la Comisaría de la Mujer de Escobar, fue denunciado por su pareja el sábado último.
La investigación comenzó la mañana del pasado sábado, cuando cerca de las 9 una vecina de la pareja llamó al 911 para alertar a la policía sobre gritos de una mujer víctima de violencia procedentes de la vivienda lindera.
Cuando los efectivos llegaron al lugar fueron atendidos por la mujer del comisario, quien les dijo que se había tratado solo de una discusión y no quiso hacer la denuncia.
Pero ese mismo día, cerca de las 14.30, la mujer fue a realizar la denuncia contra Marcell y durante una videoconferencia que realizó con el fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción de Violencia de Género de Tigre, Diego Callegari, se mostró muy afectada y desesperada, según detallaron a Télam las fuentes consultadas.
«Me amenazó con el arma de fuego reglamentaria y en casa tiene dos armas», le dijo la víctima al fiscal.
En tanto, fuentes policiales detallaron que la mujer relató que su esposo rompió a patadas la puerta de un quincho en el que intentó refugiarse al ser agredida.
«Te voy a matar. Vos no me vas a denunciar ni a arruinar la carrera», fue una de las amenazas que le hizo mientras la apuntaba con un arma, según relataron las fuentes en base a la denuncia.
Tras la exposición de la mujer y la certificación de las lesiones sufridas, Callegari acudió a la vivienda, de donde Marcell se había ido el mismo sábado tras el hecho, y se entrevistó con la víctima, quien le entregó un revólver calibre 38 y una escopeta, al tiempo que le dijo que la moto BMW que el comisario solía usar tenía algún problema legal, lo que más tarde se comprobó al determinarse que se trata de un rodado robado en 2019 que llevaba una patente adulterada.
Al día siguiente, Callegari y su colega Mariela Miozzo requirieron la detención de Marcell, mientras que la defensa del comisario presentó un pedido de eximición de prisión, que fue rechazado por el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Díaz, quien ordenó el arresto.
Pero cuando las fuerzas policiales fueron a buscarlo confirmaron que el comisario estaba prófugo y que la última vez que había sido visto fue el sábado, cuando se fue de su casa y luego pasó cinco minutos por la Estación de Policía de Escobar, donde dejó su arma reglamentaria, secuestrada por orden del fiscal.
La mujer de Marcell se encuentra bajo custodia de la Prefectura Naval, mientras que el comisario quedó detenido imputado por los delitos de «lesiones leves doblemente agravadas por el vínculo y violencia de género, amenazas coactivas agravadas, tenencia ilegal de arma de guerra y encubrimiento triplemente agravado por ser un hecho grave, cometido por un funcionario público y con ánimo de lucro», en el caso de la moto hallada en su poder. Télam.
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