Nomusa, joven artista afrouruguaya radicada en Buenos Aires, revisita en su nuevo EP “Bocarrota” -gestado junto al productor LVZY– géneros como el art-pop, el R&B, el afropop, el son cubano y la música popular de su país para cruzarlo en un periplo experimental con el costado alternativo de la música urbana actual.
La cantante y compositora, cuyo nombre verdadero es Camila Cardozo, reflexionó, en diálogo con Télam, acerca de su actualidad musical y de su relación entre la militancia y el arte: “Considero que mi arte en sí es político. A mí desde el arte me convoca el antirracismo. Soy una mujer afromigrante y actualmente vivo en una ciudad súper racista”, señaló.
“Además he militado activamente desde el 2019 en Mizangas: un Movimiento de Mujeres Afro de Uruguay. Asimismo, tengo claro que para mi carrera habría sido, quizás, menos tediosa, de haber separado el activismo y el arte. Es algo que me ha cerrado puertas, pero no me arrepiento porque soy fiel a mi música”, completó.
Nomusa – Ojos Finos «Bocarrota»
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“Bocarrota” contiene cinco canciones, colaboradores como Malapraxxis, Ojosfinos y CRRDR y sobrado atrevimiento para romper las fronteras entre los géneros: “Supongo que cada creación me sirve para conocerme mejor; creo que al final la clave es eso. No podría componer siempre lo mismo, cuando termino una obra me convierto en una persona distinta a la que era”, dijo sobre el aprendizaje y las canciones que vendrán.
Sobre su gran colaborador y mejor amigo, señaló que fue vital esa conexión de intimidad para sumergirse en esta obra de corta duración: “Con LVZY nos conocemos hace como diez años pero nos hicimos más amigos en el 2019. Hacer un tema con alguien es muy íntimo, mucho más un disco”.
“Vivimos juntos la despedida cuando en marzo me fui de Uruguay sabiendo que no iba a ver más a mi grupo de amiguxs como lo hacía antes. Fue un proceso re duro que me dolió mucho y que aún me duele. De igual forma, disfrutamos hacer ‘Bocarrota’; fue como parir un hijo. Cocinarlo fue diferente, lento, lindo intuitivo y nos cagamos de risa durante todo el proceso”, apuntó.
-¿De qué manera te está cambiando la mirada sobre tu propia obra el estar ahora asentada en Buenos Aires y conectada también con su escena musical?
-En realidad el disco ya estaba grabado, lo mezclamos a distancia y lo masterizó aca Sky Parnes un músico y productor argentino que conozco hace años. Me cambió bastante la visión de mi propia obra, me permitió colaborar con artistas residentes y/o nacidos en Argentina que solo conocía por Instagram. Me inspiraron la ciudad, sus sonidos, sus olores y también el ámbito de las artes visuales que es mucho más amplio que en Uruguay. Hace años vengo, desde chiquita; y me mudé por primera vez acá en el 2020, por ende ya conocía bastante la escena under.
-¿Qué venís a decir con tu nombre artístico? ¿Es un aporte a la deconstrucción del término “musa”?
-Nomusa es un nombre africano y para mí tiene el doble significado de “no ser musa”. En la mitología griega las musas son divinidades que inspiran y eso al correr del tiempo se convirtió en una construcción social que reduce a las mujeres -y a quienes no se perciben mujeres- a eso. En su momento recuerdo leer un artículo que criticaba el lugar de groupie al que se somete hasta hoy en día incluso a las artistas; y al leerlo me di cuenta que muchas veces lo viví personalmente. Sinceramente no sé si es tan profundo como para que llegue a ser un aporte a la deconstrucción del término. Quise darle un significado y que no fuera solo un nombre artístico.
Fuente: Télam
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