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Creció la presencia de mujeres en cargos ejecutivos de la Administración Pública

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Creció la presencia de mujeres en cargos ejecutivos de la Administración Pública

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Ana Gabriela Castellani secretaria de Gestin y Empleo Pblico Foto Prensa
Ana Gabriela Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público / Foto: Prensa

El último informe sobre Brecha de Género en la Administración Pública Nacional (APN) es «auspicioso» porque «muestra por primera vez un dato que va a marcar un cambio que va a ser duradero», aseguró Ana Gabriela Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público, sobre el reporte que expuso el crecimiento de la participación de mujeres en cargos de alta dirección pública desde 2019.

El informe bianual, realizado con personal civil del sector público nacional y divulgado por la Secretaría de Gestión y Empleo Público, indicó que la participación de las mujeres creció de un 36% en 2021 a 48% en diciembre de 2022 en los cargos ejecutivos de carrera como directoras nacionales, generales, simples y coordinadoras.

Los resultados de diciembre precisaron que el 48,9% de los puestos de trabajo de personal civil son ocupados por mujeres, mientras que 51,1% son hombres, y en el caso de la Alta Dirección Pública esa proporción es de 48% y 52%, respectivamente.

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Con respecto a los cargos de Autoridades Superiores, indicó que el 36% son ocupados por mujeres y el 64% por hombres.

Si bien esos espacios de gestión representan uno de los universos donde sigue habiendo una brecha de género más amplia, el trabajo aportó que a diciembre de 2009 el porcentaje de mujeres como autoridades era de un 19% contra 81% de varones.

«Es importante que haya más conciencia por parte de funcionarios políticos, sean varones o mujeres, a la hora de conformar estructuras de conducción que sean equitativas en términos de género o donde las mujeres tengan las mismas oportunidades».Ana Castellani

En diálogo con Télam, Castellani explicó que el universo donde hay una «equidad plena consolidada» desde que arrancaron estos informes en 2019 es el de trabajadores y trabajadoras del Estado que no ocupan cargos ejecutivos.

En tanto, en el sector intermedio donde se encuentran los puestos de la Alta Dirección Pública se observa «por primera vez» una participación casi equitativa, a diferencia de años anteriores donde, por ejemplo, en diciembre de 2010 solo el 21% de los cargos eran ocupados por mujeres, puntualizó.

El ejercicio del poder femenino suele ser distinto a como se lo concibe tradicionalmente por parte de los varones
El ejercicio del poder femenino suele ser distinto a como se lo concibe tradicionalmente por parte de los varones

En el caso de las autoridades superiores (subsecretarías, secretarías y ministerios) se ve la mayor brecha «desde el día uno» y es donde «más tenemos que trabajar», indicó Castellani y explicó que la hipótesis en este punto es que en los cargos más altos interviene más fuertemente el techo de cristal que «opera vinculado al ejercicio del rol ejecutivo y la forma en la que está masculinizado».

Barreras invisibles para las mujeres

El techo de cristal se refiere a las barreras invisibles que impiden el ascenso de las mujeres hacia puestos de alta dirección en empresas y organizaciones, y es invisible porque no existen normas que impongan una limitación explícita en la carrera laboral de cualquier persona, pero opera como una construcción social que establece «roles esperables» por parte de las mujeres en el espacio público y privado, según el informe.

«Es importante que haya más conciencia por parte de funcionarios políticos, sean varones o mujeres, a la hora de conformar estructuras de conducción que sean equitativas en términos de género o donde las mujeres tengan las mismas oportunidades», expresó la funcionaria.

Para Castellani, la creación de áreas de género en cada espacio y las instrucciones a ministerios para conformar sus gabinetes fueron elementos que jugaron un rol muy importante y que posibilitaron la disminución de esa brecha en distintas áreas.

«Hay áreas de gestión que están más feminizadas, como educación, desarrollo social o salud. Eso es histórico y pasa en todo el mundo. Hay otras áreas (economía, finanzas, energía) que en general tienen predominio masculino. En esos casos hay que hacer estrategias concretas», manifestó.

Y destacó el trabajo conjunto que realizan el Ministerio de Mujeres y Empleo Público para que en cada repartición exista un área de género que «esté detrás de estos temas», además de otros como la prevención de la violencia laboral y el trabajo con las mujeres para poder fortalecer habilidades en el ejercicio de roles ejecutivos.

«Que se haya erosionado el techo de cristal en la alta dirección pública es para mí el dato más importante porque ese eslabón es más estable que el de las autoridades superiores. Hay que seguir trabajando en este ‘movimiento de pinzas’ por arriba y abajo», remarcó.

En ese sentido, expresó que se debe hacer hincapié con la formación y capacitación para la planta de trabajadoras que están hoy en igualdad numérica en la base de la APN ofreciendo capacitaciones y cursos de liderazgo, conducción de equipos, y herramientas de dirección pública o planificación de seguimiento de política pública.

Según la secretaria, el ejercicio del poder femenino suele ser distinto a como se lo concibe tradicionalmente por parte de los varones, y tiene que ver con las «formas masculinizadas del ejercicio de los cargos» que no resultan atractivos para las mujeres y es lo que las hace «alejarse de querer buscar esas funciones».

«Hay que trabajar para el ejercicio de un liderazgo más flexible, sea de mujer o de hombre, como así también en la conducción con perspectiva de género. Además de fortalecer las herramientas para permitirle a las mujeres equilibrar sus responsabilidades públicas con las tareas de cuidado que ejercen en distintos ámbitos», comentó.

Los resultados del informe indicaron que la brecha de género comienza a apreciarse a medida que se asciende en la escala jerárquica, aunque deja en evidencia también el crecimiento de presencia de mujeres en Alta Dirección Pública desde 2019, y un fuerte incremento a diciembre 2022, con más de un 10% respecto del año anterior.

«Hay más mujeres con títulos universitarios en la administración pública que varones, lo mismo pasa en las universidades. Entonces, no se entiende por qué no se llega a los cargos altos. No es que falten mujeres o que les falte capacitación. Hay que cambiar el imaginario sobre lo que es el ejercicio de un rol directivo», aseguró.

Castellani dijo que «no hay un modelo» para bajar a todos los ámbitos de la administración porque «hay que ser conscientes de la heterogeneidad de situaciones y de idiosincrasias», pero que «el cambio está siendo bastante veloz».

«Me dio mucha alegría ver los datos de paridad en la alta dirección pública, eso se logró en menos de tres años y me parece muy significativo», finalizó.


Fuente: Télam

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