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¿Cómo es posible ser una “boya humana” para denunciar  a un barco freezer en alta mar?

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Ayelén como boya humana © Martin Katz / Greenpeace

Hoy más que nunca nuestros activistas a bordo del barco Arctic Sunrise ponen el cuerpo literalmente para defender el Mar Argentino en una confrontación pacífica y valiente. Y en esta nota queremos contarte un poco más sobre cómo es participar en acciones en alta mar.

Desde siempre la acción directa no violenta estuvo en el corazón del modo de trabajo de Greenpeace. Y si bien ya pasaron más de 50 años desde las primeras acciones hoy en día ese modo de denuncia y llamado de atención de la organización sigue más vigente y necesario que nunca.

Cyn, Ayelén, Emanuel y Juan se preparan para la acción © Martin Katz / Greenpeace

Solo Greenpeace cuenta, gracias a la colaboración de muchas personas asociadas, con los recursos para llegar a aquellos lugares lejanos, sin controles, sin mirada social para poder exponer las prácticas de poderosos que operan en las sombras, casi secretamente y “tranquilos” mientras nadie los interrumpa.

Pero ahí llega Greenpeace, con un barco, con gomones, con cámaras de todo tipo (video, fotos), con investigadores, con periodistas y documentalistas.

Juan, Cyn, Ayerlén y Emanuel © Martin Katz / Greenpeace

Y con activistas: personas que, aun cuando cuentan con los entrenamientos correspondientes,  se arriesgan de manera voluntaria a poner el cuerpo en condiciones excepcionales para defender el planeta.

Ayelén y Juan contra Goliat

Así lo vivieron en este caso Ayelén Molaro y Juan Francisco Barcia (dos miembros del grupo de voluntariado de Greenpeace con más de 10 años de experiencia) cuando lograron sumergirse en el agua en el llamado “Agujero Azul”, fuera de la zona económica exclusiva argentina, a 400 kilómetros al sudeste de la Península Valdés. Allí, cientos de barcos pequeros aprovechan la falta de controles para depredar el mar.

Vestidos con los equipos de protección y trajes especialmente preparados (ropa térmica e impermeable, chaleco salvavidas, casco y aletas en los pies) sintieron seguridad porque hace muy poco habían estado realizando entrenamientos a bordo para poder prever cualquier situación.

Ayelén Molaro © Martin Katz / Greenpeace

“Estoy muriéndome de calor porque estos trajes son muy abrigados para no tener frío y ansiosa por empezar” dijo Ayelén antes de la actividad, mientras Juan declaraba  “Me siento cómodo, estamos muy preparados, son operaciones náuticas que ya hemos practicado, estamos entrenados en lo que vamos a hacer”.

© Martin Katz / Greenpeace

Primero ella y luego él lograron bajar de los gomones y permanecer flotando en el agua fría el tiempo suficiente para desplegar mensajes con carteles que sostuvieron con las manos: “Protege el Mar Argentino”.

Juan como boya humana © Martin Katz / Greenpeace

Todo eso mientras detrás dos Goliat gigantes y poderosos (un potero y un buque “freezer”) realizaban sus actividades incontroladas de traspaso de mercadería.

Operación de transbordo donde se pasa captura de pesca hacia un barco frigorífico © Martin Katz / Greenpeace

Aunque los pesqueros no pudieran leer el cartel se vieron sorprendidos por la presencia del Arctic Sunrise, los gomones y dos personas que por más pequeñas que se vean en una foto representan un mensaje muy grande, apoyado por miles de personas en el país que quieren proteger el Mar Argentino.

© Martin Katz / Greenpeace
© Martin Katz / Greenpeace

Y esa es la imagen que recorre hoy diarios y redes sociales apoyando la teoría del periodista y miembro histórico de Greenpeace Bob Hunter cuando hablaba de  “bomba mental”. Hunter sugería que la forma más rápida de cambiar la sociedad implicaba publicar imágenes e historias lo suficientemente impactantes (por su coraje, por su magnitud, por su simbolismo) para  que “exploten” en la cabeza de las personas en todo el planeta.

¿Por qué Greenpeace hizo esta acción?

© Martin Katz / Greenpeace

Desde hace varias semanas el barco Arctic Sunrise recorre las aguas que rodean el Mar Argentino denunciado las dos principales amenazas que acechan el hogar de la ballena franca austral: la industria pesquera ilegal, no reportada y no regulada y la industria petrolera.

© Martin Katz / Greenpeace

Como la zona de aguas internacionales que bordea los límites nacionales no tiene control ni regulación son muchísimos los buques pesqueros que aprovechan esta “tierra de nadie” para operar de manera destructiva a gusto.

Y ahí es donde nos ponemos en el camino de esas operaciones sucias. En este caso logramos denunciar un transbordo en alta mar en pleno acto. Se trata de la operación en la cual un buque pesquero descarga su captura a un buque frigorífico lejos de la costa.  Y como no existe en la zona de alta mar del mar Argentino reglamentación alguna que dicte normas para transbordos no hay inspección a bordo, todo sucede en las sombras y fuera de la mirada de cualquier autoridad.

© Martin Katz / Greenpeace

Esta modalidad tiene varios aspectos negativos:

-El pase de manos en la cadena de custodia de alimentos perecederos se hace fuera de la mirada de autoridades sanitarias, sin que estas puedan corroborar, por ejemplo, si se interrumpe la cadena de frío de los alimentos.

-Se hace casi imposible cuantificar la captura de peces y es una práctica que habilita el blanqueo de capturas provenientes de pesca ilegal, no regulada o no declarada.

-Se abre la puerta a prácticas comerciales cuestionables como el etiquetado fraudulento para facilitar el ingreso a determinados mercados. 

-Como en estas operaciones incluyen el traspaso de combustible, aumenta en forma exponencial el riesgo de contaminación por derrame de hidrocarburos

-Permite ocultar capturas ilegales y operar sin regresar a puerto, aumentando  las operaciones de pesca y la probabilidad de abusos de derechos humanos.

© Martin Katz / Greenpeace

Desde el Arctic Sunrise, los activistas siguen de cerca monitoreando, prestando atención a las posibilidades de seguir actuando para demorar, interrumpir, denunciar o exponer estas actividades que destruyen los ecosistemas.

Muy pronto el barco y la tripulación van a estar llegando a Buenos Aires. Y vas a tener la oportunidad de vivir la experiencia Arctic Sunrise en Puerto Madero. Hacé click aquí para conocer toda la información y anotarte al evento (gratis)

No te pierdas el día a día de la Travesía del Arctic Sunrise, mirá todas las fotos y videos en el diario del viaje.

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