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Cinco de nueve departamentos de Bolivia atraviesan sequías y en algunos de ellos la distribución de agua potable a comenzó a racionarse, informaron este jueves las diferentes autoridades regionales.
El gobernador de Cochabamba, Humberto Sánchez, dijo que se aprobó un decreto «que declara emergencia departamental», ante la sequía y escasez de agua.
Esta situación de emergencia permite la asignación de más recursos económicos para enfrentar los problemas y la movilización de más personal para la ayuda a la población.
🔴#URGENTE: Humberto Sánchez, Gobernador de Cochabamba, declara estado de emergencia por la sequía, que afecta a más de 12 municipios del departamento en Cochabamba 🔴#FidesInfo #FidesCBBA #Cochabamba #Bolivia pic.twitter.com/u4aIHOlHfo
— Radio Fides Cochabamba (@radiofidescb) September 21, 2023
Potosí, un emporio minero boliviano, es uno de los más afectados. Allí, el agua por cañería domiciliaria se raciona a la ciudad de unos 270.000 habitantes y algunos barrios son abastecidos, con grandes limitaciones, mediante camiones cisternas.
El jefe de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud, Huáscar Alarcón, señaló que el calor y la escasez de agua está motivando «la proliferación de muchas bacterias, parásitos y virus» y, por ende, mayores «contagios diarreicos».
Eva Copa, alcaldesa de la ciudad de El Alto donde está el aeropuerto cercano a La Paz, llamó a la población de 1,1 millón de personas «a hacer un uso del agua de forma razonable», debido a que una represa que alimenta a la zona está a su 50% de capacidad y que garantiza dar el líquido hasta febrero del próximo año.
Hoy inspeccione las represas de Tuni Condoriri y Alto Milluni. La reducción de sus caudales es preocupante y necesitamos tomar medidas urgentes.#EstamosTrabajando pic.twitter.com/6VYUOOfz75
— Eva Copa (@EvaCopaBo) September 20, 2023
Al respecto, dijo que otra alternativa es racionar durante las noches la distribución de agua por cañería domiciliaria, aunque se recogieron denuncias de la población de que el suministro no es normal.
Edson Ramírez, glaciólogo del Instituto de Hidráulica e Hidrología de la universidad estatal UMSA, dijo a la AFP que «todavía no hemos entrado a los efectos directos del fenómeno de El Niño. Estamos saliendo de una sequía para entrar a otra».
Según estudios de esta unidad, las sequías continuarán azotando los Andes del país, mientras que a inicio de 2024 se esperan inundaciones por lluvias en la parte oriental.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolivia, anticipó que la distribución de lluvias estará por debajo de lo normal hasta fin de año.
Fuente: Télam
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