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Vicente López
viernes 8 noviembre, 2024

Científicos alertan sobre una “bomba climática” que avanza si no se frenan urgente las emisiones de CO2

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La comunidad científica que más sabe sobre cambio climático (el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU -IPCC-) hizo pública su última evaluación sobre la emergencia climática. Se trata del Sexto Informe de Evaluación y consiste de un reporte que integra las conclusiones de los 6 informes que el IPCC ha publicado desde 2018. Esto es lo que tenés que saber:

Estamos en una situación crítica (y va a empeorar)

Las consecuencias del cambio climático provocado por la humanidad ya se están viviendo en el presente. Eso significa que se están haciendo sentir incluso antes de lo que muchos pronósticos alertaban. 

A su vez, sus efectos se registran en todo el planeta por igual. Por ejemplo, la mitad de todas las especies ya están moviéndose de sus territorios habituales debido al cambio climático.

Como explica Carolina Vera, Vicepresidenta del IPCC, profesora e investigadora, “La influencia humana sobre el clima ha causado impactos peligrosos en la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo, y esos impactos se continuarán intensificando”.

Está comprobado que los extremos climáticos como olas de calor, lluvias torrenciales, sequías y ciclones tropicales están aumentando, y también su atribución a la influencia humana.

¿Qué esperar a futuro? Con la trayectoria actual, todo indica que el mundo superará el límite clave de calentamiento global de 1,5 grados centígrados en aproximadamente una década. 

A pesar de todo, ¡hay esperanza!

Hay esperanza porque tenemos una oportunidad -que quizás sea la última-  de prevenir los peores daños futuros del cambio climático y porque, además, sabemos cómo hacerlo. Sin embargo, no podemos demorarnos más en ponernos en acción: el tiempo no para y el margen de acción se achica minuto a minuto. Eso significa que los cambios deben darse YA, en todos los sectores y en todas las escalas. 

“Hay múltiples opciones factibles, efectivas y disponibles ahora, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al clima cambiante. Las políticas y leyes aplicadas en diversos países ya están reduciendo las emisiones”, resume Vera desde su cuenta de Twitter.

¿Qué hacer? Reducir las emisiones cuanto antes

Para mantenernos por debajo del límite de calentamiento establecido en París (1,5 grados centígrados) se debe reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2035. Así lo determinó el panel científico de la ONU tras una ardua deliberación.

Para lograr esta meta debemos abandonar rápidamente los combustibles fósiles. A su vez, es necesario que se entienda que la infraestructura fósil que tenemos ya es demasiada, así que no se puede empezar a construir nueva adicional.

Frená la exploración sísmica en la Costa Atlántica. Exigí un Mar Argentino sin petróleo.

En este sentido António Guterres, secretario general de la ONU, no tuvo pelos en la lengua para pedir el fin de la exploración de nuevos combustibles fósiles y que los países ricos abandonen el carbón, el petróleo y el gas para 2040

.

Es urgente implementar “reducciones grandes, rápidas y sostenidas de emisiones”, dice Carolina Vera. Por eso, utilizar esta ventana de oportunidad para reducir emisiones y evitar la llegada del peor escenario posible es imperativo. 

Con la conciencia de que cada poco más de calentamiento empeora las cosas, debemos hacer todo lo posible para limitar el calentamiento a 1,5 °C porque esto es lo que mantendría al mundo más adaptable. Si superamos esta marca, la situación general empeorará mucho y será más difícil adaptarse.

Lucía Prieto / Greenpeace

En Argentina el modelo de desarrollo basado en el crecimiento y extractivismo debe desaparecer. Es injusto y obsoleto. Esto incluye la expansión petrolera offshore en la costa Argentina. Nos merecemos un futuro que respete a las personas y los límites y ciclos de la Tierra.

Merecemos un futuro donde se priorice la vida por sobre las ganancias económicas para unos pocos, conectado con la naturaleza, arraigado en una diversidad de comunidades en las que las decisiones se tomen de forma inclusiva y en el que el progreso se mida en bienestar colectivo y en la capacidad de la Tierra para regenerarse.

En este sentido la transición debe ser limpia y no debe profundizar la matriz fósil, cómo los proyectos offshore de la Cuenca Argentina Norte y el puerto petrolero de golfo San Matías

¿Qué no hacer? 

Seguir con las políticas actuales no puede ser una opción. Si no cambiamos el juego ahora, el descenso en las emisiones de GEI  (Gases de Efecto Invernadero) no sucederá antes de 2030 (cuando necesitamos reducirlas a la mitad para esa fecha.)

No debemos quedarnos sentados ni de brazos cruzados cuando sabemos que la extinción de los arrecifes de coral, los veranos sin hielo marino en el Ártico y un clima extremo aún más desagradable nos esperan a la vuelta de la esquina. 

Las personas tenemos derechos. Los gobiernos tienen deberes. Las empresas tienen obligaciones. Hagamos que rindan cuentas y forcemos el cambio que necesitamos para evitar más daños.

Alcemos la voz por ellos: las personas menos responsables por la crisis climática son las más afectadas

El Informe del IPCC remarca un dato clave: muchos países y comunidades están sufriendo una devastación de la que no son responsables. Es decir, las naciones ricas contaminan más acelerando más el cambio climático, sin embargo son las naciones más pobres las sufren más los impactos. 

Para ilustrar esta situación basta un ejemplo: entre 2010 y 2020, la mortalidad por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en las regiones altamente vulnerables, en comparación con las regiones de muy baja vulnerabilidad.

En conclusión, los países ricos tienen una responsabilidad que asumir frente a los más vulnerables, a esto se llama justicia climática y en hacerla valer en acciones concretas se juega un mundo más equitativo.

Por último, resaltamos la importancia de este informe que también servirá de guía para la cumbre mundial del clima (COP28) que tendrá lugar este año en Emiratos Árabes, en el que los países evaluarán lo realizado. En virtud del Acuerdo de París de 2015, las naciones también deben actualizar sus compromisos climáticos para 2025.

Y ya para cerrar, desde Greenpeace sabemos que hemos entrado en una década crítica. Tenemos que reducir las emisiones mucho más rápido, proteger y restaurar la naturaleza y, al mismo tiempo, prepararnos para el calentamiento que ya no podemos evitar.




Fuente: Greenpeace

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