Entre septiembre y lo que va de noviembre de este año, más de 15 artistas LGBTQ+ lanzaron en plataformas digitales sencillos, EP o discos que evidencian que algo está pasando con una generación de cantautores y cantantes pop de esa comunidad, que aspiran a llegar cada vez a más audiencia, aunque la propia dinámica de la industria de la música todavía presente resistencias.
A mediados de septiembre, Ceretti lanzó el sencillo «Por el mar» y Santa Beibi hizo lo propio con su disco «Mostris», a fin de ese mes Juani Cardillo estrenó su EP «Creo» y a principios de octubre Marté dio a conocer su álbum «Mirruña» y Matías Alemán salió al ruedo con «Camuflados».
Ese mismo mes, Eros White hizo debutar a «Psicosis reinventada», Anikké puso online el sencillo «A cielo abierto», Electrochongo estrenó «Fetiche», Mailén Pankonin subió un cover de «Plateado sobre plateado» y Galye lanzó «Neo-Me».
Noviembre comenzó con «Invocame», el EP de Fifí, y siguió con la marplatense Franivv, Gatika y Galán, y Martuli, que dieron a conocer «Diosa», «Ganas» y «Rompecorazones», respectivamente. Lupe estrenó el EP «Nuestros Besos Club Reworks», mientras que Les Neon sacaron a la luz el sencillo «Low cost» y Pablo y las Letras, junto a Electrochongo, estrenó «Amichas».
«Ocupamos un lugar primordial dentro del pop argentino, con espacios y propuestas por fuera de la norma a nivel estético, sonoro y lírico. Basta ver shows o videos y escuchar las canciones. Aunque no contemos con miles de reproducciones para que la prensa o festivales mainstream nos señalen como algo relevante, en lo que consideramos pop, estamos en un momento de ebullición», analiza Ceretti en entrevista con Télam.
Franivv coincide y subraya que «hay espacios muy interesantes que se vienen ganando y defendiendo desde hace años», aunque reconoce que, por ahora, el ámbito natural pareciera ser «el under, los antros, las marikotecas (sic) porque son un espacio seguro y en donde más cómodos nos sentimos construyendo».
«Falta una investigación profunda de lo que sucede en la escena local -opina Mailén Pakonin-. Hay muchísimxs músicxs que representan la época desde sus letras, procesamiento de voz, composiciones con influencia y clara referencia de lo cercano, regional. Personas que cuidan con mucha dedicación la curaduría de fechas, lo que se ponen, en qué lugares se presentan».
«El under, los antros, las marikotecas (sic) son un espacio seguro y en donde más cómodos nos sentimos construyendo»Franivv
En los 80, la sexualidad de los artistas pop era un secreto a voces o había que decodificar esa identidad en las letras. Leo García fue un parteaguas con «Morrisey» y, más para acá, algo similar ocurrió con Marilina Bertoldi.
Alemán quedó impactado con «la aparición de Leo en MTV haciendo una canción abiertamente gay, un beat increíble avalado por Gustavo Cerati y, encima, con un lookazo de ceja cortada y campera Adidas…AMÉ. Momentos como ese y tantos más que nos dio el pop dosmilero (sic) argentino hacen que hoy podamos abordar temáticas LGBTQ+ en nuestras canciones de forma transparente», reflexiona.
Galye aporta que «la sexualidad es algo que abarca todo, hasta cuando creemos que no estamos tomando inspiración de ella. Durante mi proceso creativo, me cuestioné muchas veces si debiera escribir algo ajeno a mí. Pero eso nunca funcionó: siempre en el resultado encuentro mi identidad trans, ya sea en una canción super profunda, o hasta en la más superficial. Eso es muy lindo y resulta natural en mí».
Para Ceretti las canciones pop siempre hablaron de sexualidad y cuenta que en sus temas no usa metáforas. «Soy un varón gay que se enamora de otros varones y se excita con otros. Siempre estoy hablando o cantándole a un varón y no me molesta hacerlo explícito. De hecho, me gusta», desafía.
Franivv cree que ser LGBTQ+ «ahora está ‘de moda'» todavía «hay cierta resistencia de la cis-heterosexualidad a nuestra música. La típica de separar a la obra del artista -ironiza- y eso cuesta mucho».
Pakonin también ve esa «moda» pero mientras cree que «llegan a personas que probablemente de otro modo no lo hubiera consumido» también subraya que «más que ofrecer un espacio real para sectores disidentes de la sociedad, aprovechan y usan a su favor cierto progresismo».
Alemán cree que, «para llegar a un mercado global, hay que construir una imagen de fácil consumo y por la propia complejidad que tiene la comunidad LGBTQ+ es un proceso que se da más lentamente. Pero que con el tiempo se hará cada vez más fuerte».
Franivv no es tan optimista y se pregunta «cuántos artistas LGBTQ+ hay en los line up de festivales como Loollapalooza o Primavera Sound. Podés contarlos con los dedos de la mano».
Galye coincide y cree que, como «somos ambiciosas, el sueño es siempre ir por más. El mercado musical se rige por lo que funciona o funcionó en su momento y no están con planes de brindarle el lugar a algo que de por sí no conocen, aun cuando se siente una falsa apertura hacia la comunidad, pero nos siguen marginando: a nosotrxs, a nuestra música y a nuestras posibilidades como artistas. Tengo esperanzas de que eso cambie pronto».
Fuente: Télam
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