Tomar la decisión de traer un hijo al mundo nunca fue fácil. Sin embargo, en la actualidad se agrega una complicación extra. Es que la conciencia de estar viviendo en medio de una crisis climática hace al futuro aún más incierto y lleva a que cada vez más personas descarten la opción por completo.
Elegir no ser padres y madres por este motivo es una tendencia que se registra en todo el mundo. Una encuesta realizada este año por la consultora estadounidense Morning Consult Pro para el New York Times reveló que uno de cada cuatro adultos que no tiene hijos toma esta decisión, en parte, debido al cambio climático. A esto hay que sumar otros factores, como la pandemia y el trauma colectivo que significó este periodo, que acentuaron este fenómeno.
Esta sensación poco esperanzadora que surge al pensar en lo que vendrá es compartida por los millennials y la generación Z (los Sub 25) por igual, según comprobó otro sondeo realizado por Deloitte en junio de este año.
De este informe se desprende que aproximadamente seis de cada diez personas de ambos grupos se han sentido ansiosos por el ambiente durante el último mes. A su vez, el mismo porcentaje menciona a los episodios extremos, como los incendios forestales, como disparadores del estrés.
En primera persona
Los testimonios de quienes deciden que es mejor no ser madres y padres por cuestiones ambientales sobran. Si bien también es cierto que hay cierto tabú al respecto, si se presta atención y se está abierto a escuchar, los casos se multiplican.
Podemos citar a la periodista Angélica María Gallón Salazar, quien escribió sobre el tema en el diario español El País. En la columna América Futura expresó: “Mi esposo y yo hemos decidido no tener hijos. (…) Pero, además, esta es una decisión que fuertemente se alinea con una cierta pesadumbre que compartimos sobre el estado del planeta en el que vivimos. Una perspectiva más bien pesimista sobre la vida que va a ser posible en esta Tierra que le dejaríamos a esa nueva generación”.
Por su parte, Gabriella, redactora publicitaria de 33 años que vive en Buenos Aires, contó a la agencia Télam: “Creo que ninguna otra generación se cuestionó tanto la maternidad/ paternidad como la nuestra. Estoy segura de que otras tenían otros problemas, pero aún así reproducirse era un acto de resistencia de la vida ante toda circunstancia. Hoy tener hijos es someterse a un futuro incierto”, concluye.
Otra cara de esta misma realidad es que esta eco ansiedad también alcanza a quienes ya tienen hijos. Es el caso de Natalia, quien cría a sus dos niños y tiene muy presente que su futuro estará marcado por una situación ambiental distinta a la actual. “Tengo dos hijos y la idea del colapso es una imagen rumiante en mi vida”, se lamenta.
Para buscar formas de expresar esta incertidumbre y tristeza que es inevitable con las niñeces, te compartimos algunas ideas:
En definitiva, esto que sucede cada vez en mayor medida es una señal clara de que saber que vivimos en un mundo cada vez más caliente y cambiante nos afecta y mucho. Por ende, el cambio climático también influye en los planes que hacemos para nuestra vida, incluída la planificación familiar.
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Fuente: Greenpeace
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