El estudio piloto para la gestión de medicamentos antimicrobianos vencidos o en desuso domiciliarios, puesto en marcha por la Comisión Nacional de Control de la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCRA), busca «disparar la curiosidad y la concientización de la comunidad acerca del riesgo de contaminación ambiental que conlleva el descarte incorrecto» de estos medicamentos, dijo a Télam la infectóloga Paula Rodríguez Iantorno.
La investigación se desarrolla en el marco del proyecto «Trabajando Juntos para Combatir la Resistencia Antimicrobiana» del Ministerio de Salud, que cuenta con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal, y el financiamiento de la Unión Europea.
La infectóloga Paula Rodríguez Iantorno, secretaria de la CoNaCRA, afirmó en diálogo con Télam que «el programa surge a raíz de la necesidad de transmitir la información sobre el correcto descarte de antimicrobianos domiciliarios, estos requieren un tratamiento especial dado que se consideran residuos peligrosos».
«El programa surge a raíz de la necesidad de transmitir la información sobre el correcto descarte de antimicrobianos domiciliarios, estos requieren un tratamiento especial dado que se consideran residuos peligrosos»Paula Rodríguez Iantorno
La especialista explicó que «en los ámbitos del sistema de salud y farmacias están establecidas estas pautas específicas y reglamentadas, no así a nivel domiciliario».
De esta manera, continuó, «el vacío de información lleva a que la población elimine los antimicrobianos junto con los residuos del hogar o a través del sanitario por lo que este proyecto pretende ser una prueba piloto que permita disparar la curiosidad y la concientización de la comunidad acerca del riesgo de contaminación ambiental que conlleva el descarte incorrecto de los antimicrobianos».
«El vacío de información lleva a que la población elimine los antimicrobianos junto con los residuos del hogar o a través del sanitario por lo que este proyecto pretende ser una prueba piloto que permita disparar la curiosidad y la concientizaciónPaula Rodríguez Iantorno
El programa
El programa, que se desarrolló junto con la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y con el apoyo de OPS, convoca 100 farmacias en 9 jurisdicciones del país: Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Salta, San Juan, Santa Fe y Tierra del Fuego.
«Estas farmacias demostraron el compromiso con la gestión de residuos y la protección del ambiente, además nuestro deseo es poder hacer extensivo este proyecto a un mayor número de jurisdicciones y farmacias», aclaró.
Estas farmacias ya cuentan con un cesto destinado a depositar antimicrobianos vencidos, en desuso o con envase en mal estado en formato cápsula, comprimido o solución.
El mayor impacto de la eliminación inadecuada de los antimicrobianos, es la contaminación del ambiente.
«La salud humana, la sanidad animal, vegetal y ambiental se encuentran integradas y la presencia de antimicrobianos en el ambiente genera microorganismos resistentes a los mismos los que se puedan distribuir en la tierra, el agua, los animales y las plantas, pudiendo afectar nuestra salud teniendo en cuenta esta mirada integral», advirtió Rodríguez Iantorno.
«La salud humana, la sanidad animal, vegetal y ambiental se encuentran integradas y la presencia de antimicrobianos en el ambiente genera microorganismos resistentes a los mismos los que se puedan distribuir en la tierra, el agua, los animales y las plantas, pudiendo afectar nuestra salud teniendo en cuenta esta mirada integral»Paula Rodríguez Iantorno
La investigadora consideró que es necesario «compartir la información a la comunidad en todos sus niveles, es la mayor herramienta. Comprometiendo a los distintos efectores del sistema sanitario, difundiendo la estrategia de eliminación en las farmacias quienes luego se encargan de incorporar el residuo a la cadena habitual que ya está establecida».
Por su parte, la representante de OPS en Argentina, Eva Jané Llopis, coincidió en que «el propósito de este proyecto es colaborar en la disminución de la contaminación del ambiente que pueden producir medicamentos como antibióticos, antiparasitarios y antifúngicos que están en los hogares ya sin uso», indicó.
«De manera tradicional -agregó- se relacionó a la resistencia antimicrobiana con la salud humana y los hospitales, pero es una problemática multifactorial que incluye también a la sanidad animal, a la agricultura y al ambiente», agregó.
Cuando las bacterias, hongos y parásitos sufren cambios al estar expuestos a los antimicrobianos se produce la resistencia a estos. Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces, las infecciones persisten en las personas, y se incrementa el riesgo de propagación, abundó el comunicado de la OPS.
La consultora internacional en Resistencia Antimicrobiana de OPS, Genara Romero Thomas, explicó que en la región de América Latina y el Caribe, la gestión deficitaria de efluentes cloacales e industriales de grandes centros urbanos y el uso masivo de antibióticos, tanto en entornos clínicos como en producción animal y agrícola intensiva, son factores a tener en cuenta respecto de la dimensión ambiental de la Resistencia Antimicrobiana (RAM).
El proyecto incluye acciones de educación y comunicación a la población, así como señalética específica instalada en las farmacias adheridas.
Fuente: Télam
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