San Isidro vivió anoche su gran fiesta del Carnaval con un multitudinario desfile que colmó de color, ritmo y danza al corsódromo de la Avenida Rolón, en el corazón de Boulogne. Una fiesta gratuita que comenzó a las 19, culminó cerca de las 2.30 y reunió a más de 25.000 personas y a dieciséis murgas de distintas localidades del municipio en un recorrido de 300 metros en los que lo mejor del espíritu carnavalesco dijo presente.
Las murgas son peñas culturales de distintos barrios que funcionan todo el año. Ámbitos donde los chicos confeccionan sus trajes, aprenden a construir y mantener los instrumentos, a bailar. Muy feliz por esta noche en la que disfrutamos de un trabajo social y cultural que hoy se ve reflejado en una celebración en paz y en familia, expresó el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, poco después de recorrer el corsódromo.
Una fiesta con murgas formadas por artistas de tres a 99 años, entre brillos y lentejuelas, acrobáticas patadas al aire, baterías de percusión y vientos que fueron un show en sí mismas, paraguas multicolores, muñecos gigantes y una alegría que traspasó las vallas y contagió cada metro de vereda.
Los elencos bailan y ejecutan mejor sus instrumentos, las puestas en escena también se superan y todo eso se traduce en un espectáculo cada año más profesional. Vecinos que muestran sus talentos en la pasarela y vecinos del otro lado de la valla que son parte de una fiesta recuperada por el municipio que refleja una fuerte tradición rioplatense, pero con la impronta de nuestras localidades, comentó Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de Cultura de San Isidro y a cargo de la organización del desfile.
Los Purretes de San Isidro, integrada por adultos mayores nucleados en Puerto Libre, abrieron el desfile y, como el resto de los elencos, tuvieron sus intensos y precisos minutos de pasada, donde cada uno de los artistas dejó todo el aliento. Creo que no tuvimos errores, feliz, dijo el albañil y redoblante de Los Fantoches de San Isidro Franco Martínez (20), en Olazábal, la calle que marcó el final del recorrido, iniciado a metros del túnel.
Es la primera vez que vengo. Hermoso, sostuvo Ayelén Olivares junto a Kiara (10), su hija, que lucía una flamante mariposa en torno al ojo, tras su paso por el puesto de maquillaje artístico. El año pasado fue al taller de maracas y le gustó tanto que quiso volver, comentó Daniela Farías con su hijo Felipe, de 26 días, en brazos, mientras Dayara (6) pegaba brillos en el taller de antifaz. Dos propuestas gratuitas que no tuvieron pausa y por las que pasaron a lo largo de la noche más de 600 chicos y chicas de todas las edades.
Y entre murga y murga, Comando Carnaval se encargó de animar y agitar a las tribunas con sus acrobacias, juegos de luces y humor. La murga es un género muy rico, que cumple las leyes del teatro con música, plástica, danza. Es muy bueno que San Isidro siga fomentando estos espacios y rescatando el arte popular de las murgas en cada barriada, el trabajo creativo de los pibes, expresó Jorge Coco Romero, jurado junto a Aluminé Manteca Acosta y Arturo Blas Bisogni de la III edición del Concurso Municipal de Murgas de San Isidro. Un certamen que fomenta y apoya la capacitación de los elencos y cuyos ganadores, que se conocerán el 27 de este mes, recibirán 100.000, 50.000 y 30.000 pesos, del primero al tercero.
Muy emocionada, desfilar ante nuestros vecinos es una alegría enorme, pero los nervios también se sienten. El traje lo hice yo con la ayuda de mi hermano, comentó de azul y blanco, galera y mucho brillo, Yamila Sánchez, bailarina de Los Auténticos de Boulogne, a la que se sumó hace dos años.
Sandra Paletta, con su indumentaria negra y blanca, alzó con ganas uno de los enormes dados de Los Chiflados de Boulogne. Hace diez años que estoy en la murga. Esto es el esfuerzo de mucho tiempo y desfilar hoy con once familiares, entre nietos, nietas y nueras es realmente hermoso, un sueño cumplido, dijo la vecina, de 54 años, con la emoción reflejada en la mirada.
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