Un hombre fue detenido este lunes como sospechoso de haber matado a Máximo Jerez, el niño de 11 años baleado junto a tres primos, que quedaron heridos, durante un ataque cometido el domingo en Rosario, y los vecinos de la zona destruyeron con palas y martillos el frente de su vivienda, donde aseguran que funcionaba un búnker de venta de drogas, informaron fuentes policiales.
El arresto y los incidentes se iniciaron cerca de las 13, cuando la policía fue al domicilio situado en Cabal al 1300 bis, del barrio Los Pumas, para detener a un sospechoso de la balacera cometida ayer a la madrugada contra un grupo de personas -entre ellas varios niños- que se hallaba frente a un kiosco ubicado en pasaje María de los Ángeles al 1500, en la zona de Cabal y San José, del barrio Empalme Graneros, en el noroeste de Rosario.
Al arribar al lugar, los efectivos hallaron a un numeroso grupo de vecinos que rodeaba el domicilio y atacaba el frente con piedras, palas y martillos con el fin de linchar a sus moradores, a quienes acusan de ser narcos.
Los efectivos se llevaron detenido al dueño de casa, a dos de sus hijos y a dos mujeres integrantes de la familia, al tiempo que dispararon postas de goma para dispersar a los vecinos enardecidos que querían ingresar a la vivienda.
Con los arrestos concretados, y luego de que se retirara la policía, los habitantes del barrio destruyeron varias paredes del domicilio y se apoderaron de todos los efectos que había en el interior, muchos de los cuales rompieron.
Los arrestos e incidentes de produjeron a horas de que fueran velados los restos de Máximo en el club «Los Pumas», situado en Cotone 130 bis, donde desde temprano la policía montó operativo de custodia en prevención de un nuevo ataque.
Esta mañana, el fiscal de turno de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos cargo de la causa, Adrián Spelta, informó que había sido identificado el auto desde el cual se efectuaron los disparos que mataron a Jerez e hirieron a sus primos -de 2, 13 y 14 años- y dijo que la principal hipótesis apunta a un ataque “atravesado por el narcotráfico” y por una pelea “por el territorio”, de la cual eran ajenos tanto los niños como sus familiares.
El estado de los heridos
En tanto, la directora del Hospital de Niños Zona Norte de Rosario, Mónica Jurado, informó que los tres chicos baleados que siguen internados ingresaron en el mismo momento que Jerez, con «heridas de arma de fuego con distintas lesiones» aunque con «buena evolución».
«Dos niños están en sala de internación conjunta, con sus familiares, evolucionando. La niña de dos años tiene una lesión y una fractura del humero proximal. El de catorce está con una lesión en la boca, en el labio superior, que lesionó partes blandas, pero que no provocó lesión ósea», agregó Jurado.
Sobre el chico de 13 años, la directora médica dijo que «está en la sala de cuidados intensivos, en estado reservado, pero con buena evolución, sin asistencia respiratoria, con una lesión hepática y de neumotórax, por lo que tiene un tubo para drenar esa lesión».
En este sentido, puntualizó que el adolescente «permanece con la bala alojada en la zona paravertebral sin lesión ósea de la médula espinal. Fue un milagro».
Jurado explicó que el chico de 14 años recuerda que «escupió la bala, por lo que probablemente el proyectil haya tocado alguna otra superficie y por eso no hizo tanto daño».
En tanto, sobre Jerez, la directora médica dijo que el niño “llegó sin vida» al hospital.
«Son los primeros niños que recibimos este año con heridos de arma de fuego. En el hospital de Zona Sur recibieron dos», agregó.
El velatorio de Máximo
También durante esta jornada, en medio del velatorio de Máximo, una de sus tías, Antonia Jerez, recordó el momento en el que escuchó disparos y salió a ver qué pasaba: «Estaba haciendo una torta de cumpleaños para mi nieta, escucho los disparos, salgo, mi hermana estaba gritando, diciendo que mi sobrino y los otros chicos que salían de su casa estaban heridos».
«Los tres chicos, primitos de él, están internados, uno en terapia que lucha por su vida, y otros internados, lamentablemente el único que no pudo salvarse es mi sobrino», dijo la mujer conmocionada.
«Estamos todos destrozados. Son chicos sanos, estaban jugando a la pelota y pasó lo que les pasó. Quiero justicia para que no haya más Máximos en el barrio», concluyó.
Por su parte, el fiscal Spelta, al realizar consideraciones sobre el ataque, manifestó que «se han perdido los códigos», ya que antes la presencia de menores de edad llevaba a la suspensión de un acto violento.
«Observo que se han pasado algunos límites en Rosario. Se ha perdido códigos. La presencia de menores de edad, que son inocentes y están ajenos a cualquier evento delictual, llevaba a que se suspenda cualquier acto violento», expresó Spelta al canal TN.
El domingo, tras la balacera, el fiscal ordenó la realización de las pericias de fotografía, balística, planimetría y laboratorio a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y a la División Científica Forense Rosario, además del relevamiento de cámaras y la obtención de testimonios. Según los peritos, en el lugar se hallaron tres vainas servidas de proyectiles calibre .40.
Fuente: Télam
Déjanos tu Comentario!