Marcela Acuña, detenida junto a su esposo Emerenciano Sena y su hijo César por el crimen de Cecilia Strzyzowski, desaparecida desde el 2 de junio en Resistencia, acusó en una nueva carta dirigida a la fiscalía a cargo de la causa que está «cercenada en derechos básicos de personas que se hallan en situación de encierro» y comparó su situación con «la dictadura genocida militar», informaron fuentes judiciales.
«Me dirijo a ustedes para insistir en el pedido que realizaron tanto mi abogada, como los abogados de mi marido y mi hijo, de poder acceder a ver a mi familia considerando que hace un mes no he tenido contacto con ellos y, si bien estoy privada de mi libertad, no estoy vulnerada en mis otros derechos que al parecer parece que así es ya que a comparación de otros detenidos, sigo cercenada en derechos básicos de personas que se hallan en situación de encierro», escribió la mujer desde la comisaría 6ta. de la capital chaqueña.
La carta con fecha de este viernes fue dirigida al fiscal Jorge Cáceres Olivera, quien confirmó a Télam que fue recibida este viernes por la mañana, y es una más de una serie que en los últimos días difundió la acusada.
«El derecho a ver a mi marido que se halla enfermo es un derecho humano universal, como el de ver a mi hijo, solo la dictadura militar genocida del ’76 ha actuado de esa manera en momentos donde la Constitución fue avasallada. Hoy estamos en ‘democracia’ pero al parecer no llega a la fiscalía 4, que actúa dando órdenes de reducirnos a ‘cosas’, no tratarnos como ‘personas’ que simplemente atravesamos un proceso investigativo», acusó.
Acuña insistió como en otras oportunidades en que tanto ella como su esposo son «inocentes».
«Si bien tanto Emerenciano como yo somos inocentes, a las pruebas me remito, el trato que recibimos no solo es inadecuado sino que no es acorde a derecho», expresó la imputada, quien aseguró que su marido «está enfermo».
Por último, Acuña señaló que a los «fiscales no les interesa tener inocentes que se están muriendo encerrados y alejados de sus afectos por un capricho».
«Bajo la aparente búsqueda de la verdad, ustedes, con su accionar, desconociendo los derechos planteados, reconocen en la tortura un mecanismo reglamentado toman nuestros cuerpos para la aplicación de suplicios al punto de aplicar castigos en lugar de la obtención de la verdad, el sufrimiento que me genera como mujer, madre, persona, usted lo implementa como un tormento», concluyó.
Fuente: Télam
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