El actor estadounidense Ryan O’Neal, recordado protagonista de la trágica cinta de amor “Love Story” y dueño de una carrera en cine y televisión que se extendió por más de seis décadas, falleció ayer a los 82 años en la ciudad de Los Ángeles.
Fue uno de sus hijos, el comentarista deportivo Patrick O’Neal, quien eligió comunicar la noticia a través de sus redes sociales: “Esto es lo más duro que he dicho jamás, así que allá vamos. Mi padre ha fallecido hoy en paz, con su querido equipo a su lado apoyándolo y queriéndolo como él nos quería a nosotros”, señaló sobre el intérprete, que había sido diagnosticado con leucemia crónica en 2001 y con cáncer de próstata en 2012.
“Como ser humano, mi padre fue tan generoso como se podía ser. Y la persona más graciosa en cualquier habitación. Y el más apuesto claramente, pero también el más encantador. Combo mortal. Amaba hacer reír a las personas”, lo retrató en otro pasaje del texto.
“Esto es lo más duro que he dicho jamás, así que allá vamos. Mi padre ha fallecido hoy en paz, con su querido equipo a su lado apoyándolo y queriéndolo como él nos quería a nosotros”Patrick O’Neal
Ryan O’Neal nació el 20 de abril de 1941 en Los Ángeles, el hijo mayor de la actriz Patricia Ruth Olga y el novelista y guionista Charles O’Neal. Por un trabajo de este, su familia se había trasladado a Munich, en Alemania, donde Ryan tendría sus primeros contactos con la actuación.
Es que su madre veía que el joven tenía dificultades para adaptarse al colegio y le consiguió un trabajo como extra en un programa que se grababa en la zona, “Tales of the Vikings”. La experiencia le generó interés en la interpretación y para 1960 ya estaba de vuelta en Estados Unidos, donde buscó sus primeros roles como actor.
Su primer crédito lo consiguió en un episodio de “The Many Loves of Dobie Gillis”, y a partir de allí encadenó entre 1960 y 1963 numerosos roles en televisión. En 1964 obtuvo el papel del galán Rodney Harrington en el drama del prime time “Peyton Place”, que resultó ser un gran éxito de cinco temporadas y le abrió a sus protagonistas las puertas de trabajo de perfil aún más alto.
La década de los 70 fue su gran momento, especialmente a partir del dúo que conformó con Ali MacGraw en “Love Story” (1970), el filme de Arthur Miller sobre una historia de amor de dos jóvenes de distintas clases sociales y fatídico final, que le valió a O’Neal la que sería su única nominación al Oscar de la Academia de Hollywood.
Muchos no lo recuerdan, pero el suceso de “Love Story” fue tal que en 1978 volvió a encarnar el mismo papel, esta vez como viudo, en la secuela “Oliver’s Story”.
Por esos años era uno de los más importantes intérpretes de la industria, como lo demuestran títulos como “¿Qué pasa doctor?” (1972), “Luna de papel” (1973), “Nickelodeon” (1976), todas a las órdenes de Peter Bogdanovich; o “Barry Lyndon” (1975), el esperado siguiente filme de Stanley Kubrick tras “La naranja mecánica”.
Su carrera en los siguientes años lo tuvo al servicio de realizadores como Richard Brooks, Norman Mailer y Terrence Malick, y más cerca en el tiempo con papeles en series televisivas como “Bones”, “Bull” o “90210”.
Tuvo varias relaciones sentimentales, pero ninguna tan importante ni tan famosa como la que lo unió, con idas y vueltas, durante más de tres décadas con la actriz Farrah Fawcett, recordada entre otras cosas como una de las originales “Ángeles de Charlie”.
Conoció a Fawcett a fines de los 70, cuando ambos eran ya celebridades. Aunque nunca se casaron mantuvieron una relación con varias tragedias que los medios no pudieron no comparar con la de “Love Story”.
Estuvieron juntos entre 1979 y 1997. En 1985 tuvieron un hijo, Redmond, diagnosticado con esquizofrenia. Se separaron por una infidelidad del actor, aunque volvieron a estar juntos en 2001, poco después de que a O’Neal se le declarara leucemia. Siguieron juntos hasta la muerte de Fawcett en 2009, víctima del cáncer de colon.
Fuente: Télam
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